Siempre he tenido claro que cuando me jubile pienso estudiar Piscología, y no es broma. Es algo que siempre me ha gustado y nunca he tenido tiempo para ponerme en serio.
Por suerte para mi yo del futuro, no será nada excepcional que una persona mayor estudie en la universidad. Cada vez hay más jubilados que deciden retomar sus estudios universitarios. Aún así no todos tienen la suerte de entrar: según el último estudio del sistema universitario de los 4.852 estudiantes de más de 45 años que se matricularon a las pruebas de acceso universitarias suspendieron 1.670 personas.
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Puede que sea esa la razón por la que nacieron las Universidades de la Experiencia, para satisfacer esta nueva demanda in crescendo, facultades en las que los jubilados deciden si se presentan o no a examen y donde el único objetivo es aprender sin la necesidad de evaluar ese conocimiento. Tienen varios itinerarios en los que ellos son los que deciden cómo y cuando estudiar qué. A pesar de eso, cada universidad y cada facultad es un mundo y este programa funciona de forma diferente.
A pesar de eso, tanto los que van a las universidades para mayores como los que no, coinciden con los más jóvenes en las facultades y en muchas clases, ya sea de oyentes o de alumnos de pleno derecho, así que el otro día visité varias facultades de Barcelona para conocer a algunos de estos estudiantes senior y que me expliquen como es estudiar a partir de los 60.
Flora Rodríguez, 70 años
Cuando me jubilé decidí empezar a estudiar. De joven no pude hacerlo, así que para mí era una segunda oportunidad. Primero hice Psicología, porque siempre me había gustado. El curso pasado ya acabé y ahora me ha dado por la filosofía. Hoy es mi primer día en esta facultad, me he quedado en lista de espera para hacer las materias obligatorias, así que de momento estoy haciendo optativas.
Tengo dos nietos, uno de 29 y otra de 14. Les hace mucha gracia que esté estudiando una carrera, de hecho con mi nieto mayor coincidimos en la universidad (él en una y yo en otra). La menor viene a comer los lunes a mi casa y siempre me pregunta si tengo deberes, le hace mucha ilusión tener una abuela universitaria.
Me he sentido muy acogida por los jóvenes en mi primera carrera, ahora no sé qué pasará, pero espero sentirme a gusto. Estoy muy contenta con todo lo que he aprendido y hasta que el cuerpo aguante no me bajo del carro de la universidad. Estudio porque me gusta, he trabajado toda mi vida de auxiliar de enfermería con gente mayor, y ahora me toca disfrutar de esta experiencia tan rejuvenecedora.
José Jiménez, 81 años
Estoy estudiando Filología Hebrea porque cuando quise hacerlo no pude. Ahora a los 81 años tengo tiempo y me queda muy poco por acabar. Llevo 10 años estudiando, me matriculo por asignaturas y según el horario. Los días de clase me recorro media Barcelona en bus yo solo.
Cuando le dije a mi nieta que este año no me matriculaba puso el grito en el cielo. Ella que presumía de abuelo universitario quería que continuara los estudios, y al final lo he hecho. Me siento muy bien acogido tanto por los profesores, como por los alumnos y por todo el mundo.
Cuando era joven tenía una empresa de servicios. El mismo día que cumplía los 65 años me jubile. Mi señora ya no existe, ya murió.
Como me gustaba la cultura hebrea decidí apuntarme, pero además de estudiar vago por mi barrio y veo la tele. Lo que me gusta es ver documentales y las películas.
Josep Anton Castellà, 68 años
Un día me levanté y dije: “quiero estudiar Filosofía”. Ahora ya hace dos años que empecé y este es mi tercer curso aunque hago algunas asignaturas sueltas. Mi intención inicial era hacer cada curso en dos años, porque estoy jubilado y no tengo prisa, pero ha habido alguna asignatura que me ha quedado colgada de primer curso.
He sido médico toda mi vida, pero estudiar filosofía me parece más difícil que la medicina. La medicina es más difícil ejercerla, porque la vida de tus pacientes depende de ti. Con la filosofía aún no puedes matar a nadie. También es verdad que ahora estudiar medicina es más difícil que antes.
Tengo notas de todo tipo, he sacado algún que otro nueve pero también hay suspensos. La de primero que he cateado creo que ha sido una injusticia y me cogí hora para reclamar, pero llegué tarde y no pude hablar con el profesor. Procuro no preguntar mucho en clase para no romper el ritmo, hay gente que lo hace y particularmente creo que molesta bastante.
Estudiar me hace sentir más joven.
Ángela Orcaya 60 años
Yo ya había hecho Filología inglesa y también Turismo. Siempre me ha gustado estudiar, hice incluso un curso de Persa. Hace dos años y medio, cuando me prejubilé, volví a la universidad. Empecé de oyente, pero yo buscaba tener un reto, así que decidí matricularme en la universidad para mayores. Cuando tengo exámenes me pongo muy nerviosa, pero me motiva a la vez; lo hago por placer.
Mis hijos están acostumbrados a que siempre estudie. Cuando eran adolescentes decidí empezar una carrera a distancia, por lo que no les vino de nuevo cuando me apunté de nuevo a otra carrera.
Para mí es claramente una ventaja estudiar ahora: lo puedo hacer a mi ritmo y dispongo de mucho tiempo para prepararme las asignaturas. A parte de estudiar una carrera hago distintos cursos de historia, literatura… es mi manera de gozar de la vida. Yo entiendo que los estudiantes se quejen cuando un profesor no les gusta, porque yo también critico a los profes que no me gustan. Cuando hay un examen que creo que no es adecuado también voy a reclamar, y cuando hay buenos profesores me lo paso muy bien.
Anna Frigola 68 años
He estudiado toda mi vida: he sido actriz y sobretodo he hecho doblaje, por lo que tenía que estudiarme los textos. He doblado alguna que otra peli porno, allí improvisábamos y la verdad es que nos lo pasábamos muy bien. Lo único que te podía pasar es que de tanto respirar pudieses llegar a hiperventilar.
Como me gusta tanto la lengua y la cultura ahora estoy en la universidad estudiando lenguas y literatura. Mi marido también estudia francés, aunque él es más joven que yo y aún trabaja. En casa somos mi marido, mi gato y yo.
He optado por no examinarme y creo que es fantástico. Participo de los seminarios y las optativas de grado con gente muy joven. Para mí lo más maravilloso de la universidad es que ellos te dan un punto de vista que desconoces y tu también les aportas conocimientos a la vez. Hay una comunión muy bonita porque comparas lo que uno sabe con la visión que tienen los otros.
Hablando del mayo del 68, por ejemplo, nadie sabía qué era exactamente exceptuando de la profesora y yo misma, que lo había vivido. Cuando les explicamos lo que pasó algunos dijeron “Ah… fue un poco como el 15M”. Esa visión no se me había pasado por la cabeza, por lo que ellos también me aportaron algo a mí. Me hizo muchísima ilusión el día que una compañera me dijo “yo de mayor quiero ser como usted”.
Manuela Velázquez, 72 años
La de Historia del arte es la cuarta carrera universitaria que hago. Están estudiando si tengo algo que ver con Velázquez, mi familia viene de la rama artística y era una asignatura pendiente que tenía. He optado por la opción de carrera “normal” porque venir en plan oyente no me iba, me ponía más prepararme la clase, los exámenes, pasarlo fatal… me apetecía volver a vivirlo.
Hasta que me jubilé trabajé en farmacia de hospitales durante 40 años. Ahora me siento muy feliz aunque estoy preocupadisíma porque cuando termine el año que viene no sé qué hacer, quizás hago piano o Geografía o Historia.
Saco mejores notas ahora que cuando estudiaba en Santiago de Compostela, tengo un nueve de nota media y mis hijos me animan a que estudie más. Cuando eres joven estás con el tema más hormonal y te dedicas más a los ligues que a los libros. Como ahora tengo todo el tiempo del mundo y tenemos internet puedo estarme horas y horas buscando, es una gozada como herramienta de estudio.
La verdad es que hago muy buenos apuntes, cuando llego a casa los paso a ordenador, les adjunto fotografías de las pinturas y catedrales y muchos de los estudiantes me los piden para estudiar, media universidad los tiene. Lo que me choca más de la universidad es que los alumnos tutean al profesor, pero me parece estupendo. Yo personalmente he hecho muchas amistades aquí en la universidad.