Cómo disfrutar de unas buenas vacaciones por menos de 250 euros

Foto superior por smartkiwiguy, vía

Joder con el Reino Unido. ¡Este país es una basura! ¡Un montón de basura! Es decir, no tengas en cuenta la población del país, toda esa gente horrible; bórralos de la imagen. ¿Este país? ¡Este país da asco! Grandes extensiones de cemento, columnas verdes y amarillas de polen elevándose hacia el cielo; campos calcinados y árboles altos, pequeñas ciudades grises y racistas, adoquines, Sainsbury's, autopistas, un cielo plomizo y la constante necesidad de salir de casa con paraguas y crema solar el mismo día. Nuestras playas dan puto asco. Nuestros complejos hoteleros son una mierda. Tienes que pirarte de aquí. Tengo que pirarme de aquí. Todos tenemos que pirarnos de ahí.

Por desgracia, (puede que a ti te vaya bien, no conozco tu caso), tengo que apañármelas con un presupuesto de vacaciones de unos 250 euros o así. Y para mí eso significa no beber en un mes, ir a pie en vez de coger el bus y planear cuidadosamente las comidas; no comprar jamás el desayuno en cafeterías y preparármelo en casa con avena para ahorrarme todo ese dinero, y ni así. Lo que quiero decir es que una gran parte del presupuesto de estas vacaciones ha salido de canjear en el banco todas las monedas pequeñas de un bote que tenía en la habitación. Pero el tema es: tenemos 250 euros para gastar. Y a pesar de todo, ¿puede alguien irse de vacaciones con una mano delante y otra detrás y 250 euros en la cartera? Puedes estar seguro de que sí. Es difícil, y quizá te toque dormir en algún antro de mierda, pero se puede. Venga, vamos a dar una vuelta por Europa antes de que el artículo 50 nos cierre el Eurotúnel detrás de nosotros para siempre. ¡Venga!

El mejor modo que he encontrado para comprar vuelos baratos es esta herramienta en Kayak, en la que pones tu presupuesto y haces ver que tienes flexibilidad con las fechas y entonces apuras alguno de los vuelos económicos de clase turista que hay desde Londres a toda Europa que se hayan anunciado las 48 horas anteriores. Con este método los precios fluctúan y las ofertas cambian, y puede que haya una manera mejor y más precisa de conseguir vuelos baratos, no lo sé. No soy un experto en ahorrar dinero; solo soy un hombre, un hombre que intenta sacarte de vacaciones y escribir un artículo al respecto; perdóname, por favor; solo fíjate en que todos los precios sean correctos cuando le des al botón de aceptar, por favor. También puedes probar Skyscanner, no seré yo quien te lo impida.

Los precios de los vuelos están calculados con salida desde Reino Unido, pero estoy seguro de que en tu país también habrá suculentas ofertas de vuelos baratos.

Nos tenemos que ajustar al presupuesto, tío, así que puedes quedarte en la habitación que lleva una semana anunciada en Airbnb, quedarte en un piso para ti solo durante un largo fin de semana, pasar dos noches de hotel o dividirte los gastos con alguien con quien no te preocupe compartir una cama y doblar el tiempo de estancia en cualquiera de las opciones anteriores. Pero sinceramente, ¿cuánto tiempo crees que necesitas irte de vacaciones? Pasa un par de noches fuera y un par de días sin trabajar bajo el ardiente sol de la ciudad en la que vives. Después de ello te sentirás genial. Renovado. Pero sí, igualmente no es que vayas a dormir en un sitio muy pijo durante mucho tiempo.

¿Adónde? A Ibiza, hogar de las queridas ETS. No ETS de las malas, de las que acaban con tu vida o de las que hacen que tu madre aúlle en tu funeral "¡SE ME LO HAN LLEVADO DEMASIADO PRONTO. MUERTO. MUERTO. MUERTO. MUERTO. EL DIABLO SE LO HA LLEVADO AL INFIERNO!", sino una de esas graciosas e insolentes ETS; ya sabes, como la gonorrea. Y hogar también de británicos rojos como gambas, borrachos como cubas a las 3 de la madrugada e incapaces de articular la palabra "patatas" al pobre hombre del polo rojo chillón del puesto de kebabs.
¿Qué se hace allí? Chupitos, chupitos, chupitos, chupitos, chupitos, chupitos, chupitos, chupitos, chupitos; moreos con lengua de esos que solo haces cuando aún disfrutas de los últimos resquicios de hormonas de adolescente; chupitos, chupitos, chupitos, chupitos; vomitar en el balcón, de un blanco inmaculado de tu hotel de color beige; chupitos; un día de resaca en la piscina; chupitos; una nada recomendable fiesta en un barco por 100 euros; vomitar, vomitar, vomitar, vomitar; chupitos; perder tu sudadera favorita; volar de vuelta a casa y que idealmente tu madre te recoja en el aeropuerto y te diga que todo irá bien.
¿Vuelos? 50 euros.
¿Hotel? Te vas un día a Ibiza, tío. También podrías pillarte un par de Red Bulls y aguantar toda la noche, o quedarte medio dormido entre las parejas que se están dando un revolcón en la playa, o bien espera hasta que el sol salga por el mar y ve a la primera cafetería de expatriados que encuentres en la que te puedas pedir un desayuno inglés. No tiene ningún sentido reservar un hotel. Llévate un par de calzoncillos y un cepillo de dientes en una riñonera. Ese es tu equipaje para las vacaciones. Hecho.

¿Dónde? Está en Francia pero no es París; eso es bueno porque si vas a París con tu pareja, entonces debéis prometeros, lo siento (lo dice la ley); y honestamente, eso sería un lío que podría arruinarte las vacaciones. Además, los vuelos a Toulouse cuestan 12 euros, así que allá nos vamos.
¿Qué hacer allí? Un vistazo a TripAdvisor dice que Toulouse tiene montones de edificios arquitectónicamente increíbles, iglesias y mierdas de este estilo para pasear (piensa en toda la gente de Instagram a la que gustará una foto tuya frente la Basílica de San Sernín; solo eso ya vale los 12 euros), además de recorridos por viñedos cercanos y tal; pero seamos sinceros, lo mejor que se puede hacer en Francia es levantarse pronto, ir a la panadería, que te atienda una señora mayor francesa que se enfade porque no hablas un francés fluido, comprar pan recién hecho y bollos, ir al Carrefour, comprar la botella de vino tinto más barata, tres tipos distintos de queso y comértelo todo. No necesitas hacer el gilipollas con nadie más. Bollería, pan y queso. Un presupuesto de 10 euros al día. Vives como un rey. Un picnic francés.
¿Vuelos? 12 euros.
¿Hotel? Puedes coger tres noches en este apartamento independiente de Airbnb y todavía te quedarán 50 euros para tu presupuesto de quesos y vino, algo que por lo dicho anteriormente es suficiente para emborracharse felizmente.

¿Dónde? Está en Rumanía, tío, hogar de la oficina de Vice Rumanía, de la que (indefectiblemente) siempre salen los artículos más extraños de toda Europa. En esto siguen imbatidos después de una larga racha. Nunca se superará a VICE Rumanía. Me refiero a cosas como estas: EJEMPLO: Un idiota en Rumania propone cortar las cuerdas vocales de los perros si ladran muy fuerte
EJEMPLO: Este sacerdote rumano bendice cosas con su gran palo extensible
EJEMPLO: Me robaron la casa pieza a pieza y me la cambiaron por un maizal

¿Quién de vosotros puede mirarme a los ojos y decirme ahora mismo que no quiere ir a Rumanía? Claro que quieres ir a Rumanía.
¿Qué hacer allí? El medio litro de cerveza vale un euro, colega. Te podría decir, "Oh, tienes que visitar este salón antiguo de café y té: ha recibido buenas críticas", o "Esta pequeña vinoteca del centro es una joya", o "Este edificio es muy bonito", pero no te importa, porque el medio litro de cerveza cuesta 1,30 euros. No importa qué planes hagas porque se acabarán desvaneciendo o los cambiarás de la borrachera que llevarás encima.
¿Vuelos? Unos 50 euros.
¿Hotel? Puedes mirar esta oferta de Airbnb con vistas desde la azotea, con esos muebles de pallets de madera renovados que tu novia siempre está mirando en Pinterest por 43 euros. O puedes soltar 4 euros más para un hotel de cuatro estrellas con una piscina enorme y gente a la que pagan para que te limpie la habitación mientras no estás en ella y te preparan el desayuno cada mañana. También hay algunas habitaciones de Airbnb por 13 euros. Puede que incluso me mude allí un año. Sería factible ir a trabajar cada día desde allí.

¿Dónde? Escucha, quieres ir a Berlín, pero ya se te pasó el tren. Todo el mundo ya se ha dado cuenta de lo que hay en Berlín: se sabe que mola y los precios han subido acorde a su fama. Ahora bien, Berlín es un lema, no un lugar; y además, cuando vas allí no haces más que encontrarte con gente inglesa que se mueve en manadas, y eso es lo último que quieres si intentas relajarte. Por eso, en su lugar nos vamos a Leipzig y fingimos que mola tanto o más que Berlín, y cuando volvamos y la gente nos pregunte a dónde deberían ir, diremos "Leipzig. Fue genial. ¿Sabes?, creo que será la nueva Berlín." Y así crearemos un mito.
¿Qué hacer allí? Iba a investigar un poquito y vi que en realidad hay cosas que hacer en Leipzig (¡las entradas para ver jugar al RB Leipzig valen 15 euros!), pero entonces recordé que el carapán de Oobah Butler, colaborador de VICE, visitó la ciudad y se volvió loco con un monumento conmemorativo de la guerra, así que le pregunté qué hacer:

Traducción: [Hay muchísima cultura artística allí. Hay un lugar en particular que se llama "Die Spinnerei", que es una gigantesca fábrica antigua (casi como un pueblo pequeño) que abandonaron, pero ahora en algunas partes han montado galerías.
Espeluznante e increíble de cojones
Tienen un buen equipo de fútbol
Es uno de los pocos lugares de Sajonia (una región alemana) que no redujeron a cenizas con los bombardeos de la guerra, así que la arquitectura es una pasada
Del rollo sajón
Y montones de cosas soviéticas
Como cuando fui a los centros comerciales, en los edificios más bonitos que he visto jamás
Esta ciudad fue la responsable de la reunificación alemana por las plegarias abiertas que hacían cada lunes (el único sitio donde la gente podía expresarse libremente), así que se convirtió en un foro de discusión y protesta
Con el tiempo se extendió por el país
En la ciudad hay una pirámide secular, el monumento de la batalla de las Naciones, el más grande de Europa
Construido sobre una fosa común con 200.000 muertos de las Guerras Napoleónicas
Es uno de los lugares más chungos en los que he estado
El bar del Fausto, el poema, ya sabes, está aquí, y puedes comer y beber en él
Viejos salones y una comida es increíble
Hay muchísimos bares que molan… yo diría que es lo suyo. Hay mucha gente fumando en bares que parecen cafeterías
Es una cultura extraña, claramente olvidada
Es un extraño crisol de gentes
¿Te vale con esto? — ¿Pero cuánto cuesta la cerveza, tío?]

La respuesta, según Oobah Butler, es "unos dos euros o así".
¿Vuelos? 54 euros.
¿Hoteles? Puedes alojarte en esta casa de estudiantes de cinco estrellas de Airbnb por 13 euros una noche, o en esta habitación de invitados independiente con una apariencia de ensueño por 30 euros diarios. Este hotel parece ser el colmo de la relación calidad-precio, y en realidad es genial si quieres gastarte un poco más para no tener otros compañeros porque, para mí, los compañeros de piso alemanes (aunque son encantadores) te interrumpirán cuando vayas a mear a en plena noche, y estarás de pie, con la puerta entreabierta, aguantando mientras te preguntan en un inglés impecable dónde vives y de dónde vienes, qué piensas de Leipzig y que a qué te dedicas (todo mientras lían pitillos sin mucho esfuerzo) y 40 minutos después estarás desesperado por mear, y tu compañero alemán te dirá todo lo que podrías hacer si alguna vez vas a Múnich, porque accidentalmente les dijiste que (algún día, quizá en 25 años) quieres ir a Múnich. Al final te va a reventar la vejiga, va a explotar. ¿Los hospitales alemanes tienen algo para cuando te explota la vejiga? No lo sé. No creo que valga la pena descubrirlo.

¿Dónde? No, a Ámsterdam no.
¿Qué hacer allí? Me parece que no me has entendido: aunque hay vuelos asequibles y es viable conseguir un bonito piso por Airbnb a un módico precio, no vayas a Ámsterdam. "Ah, pero es que quiero ir…": no. No irás a Ámsterdam porque fumarás demasiado hachís. Pensarás que eres capaz de fumar tanto como cuando tenías 16 años y suspendías la asignatura de arte por fumar cada día, y te olvidarás de que ya hace seis años desde la última vez que te colocaste, y entonces pasará lo siguiente: primero, vomitarás en un canal; segundo, te gastarás entre 10 y 35 euros en helados y gofres; tercero, acabarás en un sex shop gastándote 50 euros en un tapón anal que no usarás jamás; cuarto, ¿te despertarás en un McDonalds?; quinto, se harán las 2 de la madrugada y seguirás bebiendo en algún bar; y sexto, inevitablemente habrás pagado 100 euros para ver un espectáculo sexual y te quedarás allí dos horas sintiéndote extrañamente vacío y con la libido por los suelos. No, lo siento. Ámsterdam no es para ti.
¿Vuelos? Unos 50 euros, ¡pero no es para ti!
¿Hoteles? No pienso decírtelo.

¿Dónde? A cualquier parte de Portugal.
¿Qué hacer allí? No importa lo que haya para hacer, porque hay sol, y no necesitas más. No te vas de vacaciones por la cultura, ¿no? No te vas de vacaciones para pagar 6 euros por una oferta de itinerancia. Vas allí a hacer el vago bajo el sol y a sentir como tu alma se recupera y refresca; vas de vacaciones para dar vueltas por la ciudad durante el día sin responsabilidad alguna (sin trabajo, ni comunicaciones que exijan una respuesta urgente, ni preocupaciones; este tiempo es solamente para ti), y además, en Lisboa las drogas están despenalizadas. Todas las drogas. Me refiero a que a la policía no les "encanta" que lleves cocaína encima, pero no les molesta tanto. Piénsalo: una vigorizante cerveza barata, bacalao fresco para comer y una pastillita de éxtasis. No hay mejor manera de pasarlo bien en Europa por menos de 250 euros, lo siento.
¿Vuelos? 60 euros a Lisboa y 52 euros a Oporto.
¿Hoteles? En Airbnb hay habitaciones excepcionalmente baratas en casas de otros si lo que quieres es no pasar en ellas ni un minuto más que para ducharte o dormir.

¿Dónde? Bruselas, en Bélgica. Dile a tu tío euroescéptico que te vas al corazón del Parlamento Europeo, a ver qué dice. A ver si le provocas su tercer ataque al corazón.
¿Qué hacer allí? En Bruselas hay buen chocolate, buenas patatas fritas con mayonesa, buenas hamburguesas, buenos gofres y además preparan esas cervezas de 8 grados tan locas que ponen en jarras caras y te tumban después de la segunda; así que, ¿qué es lo que no te gusta del lugar, exactamente? ¿Qué? ¿Qué, qué, qué?
¿Vuelos? 80 euros (bien).
¿Hoteles? Hay unos cuantos hoteles buenos, bonitos y baratos en Bruselas y un hostal con buenas valoraciones en la estación, pero si no te apetece sentirte como en un infructuoso viaje de negocios en el que intentas vender el concepto de muerte asistida a varios países anónimos de Europa, te recomendaría un Airbnb para darle un toque de sabor; este en concreto se parece bastante al este de Londres (y además hay un gato), por 22 euros la noche.

ANDIAMO IN ITALIA

¿Dónde? Milán o Roma, depende de si prefieres señoras maduras y supermodernas, con la cara muy estirada y carísimas botas de cuero por encima de la rodilla o chavales en escúter conduciendo a toda velocidad alrededor del Coliseo.
¿Qué hacer allí? A todos los que he preguntado qué hicieron en Italia, se les pone cara de soñadores, y su expresión se atenúa como una puesta de sol, después suspiran y dicen "pasta". Y entonces suspiran otra vez y dicen "pizza". Así que realmente no sé qué conclusión sacar de todo, pero creo que los italianos apuestan fuerte por los carbohidratos.
¿Vuelos? Unos 50 euros a Roma y unos 80 euros a Milán; antes ponía que a Milán eran 50, y al refrescar la página ponía 70, así que no sé qué pensar exactamente. El tema es que cuesta dinero.
¿Hoteles? Ve a medias con alguien a quien te estés tirando y pagad 75 euros cada uno en este Bed&Breakfast. Tiene un balcón en el que sería divertido emborracharse y gritar "¡SIGNORE!" al negro cielo de Roma.

¿Dónde? Split está en Croacia, y ha pasado de ser un destino de vacaciones barato, soleado, tranquilo y poco conocido a ser un destino de vacaciones barato, soleado, ruidoso y archiconocido" y la ciudad de las despedidas de soltero por excelencia en un lapso de ocho años, así que no, la verdad es que no tengo ni idea de qué esperar de tus compañeros de vuelo cuando vayas hacia allí. Las probabilidades de que inflen y aten una muñeca hinchable a la cabina del piloto en algún punto del trayecto es del 40 por ciento.
¿Qué hacer allí? Hay playas y cerveza barata. Deja de darle vueltas a tus vacaciones. Déjate de ir a "edificios interesantes" y a rollos como "el miércoles hay que ir sí o sí a este sitio que es Patrimonio de la Humanidad en vez de tumbarnos al sol comiendo langosta en el mejor día del año". Deja de hacer turismo, deja de descargar aplicaciones especiales que te ayuden a familiarizarte con ciudades que no conoces para que acabes viajando a las afueras y visitando unos jardines históricos que no son especialmente interesantes. A nadie le importa. No te enriquece. Birra barata y playa, deja de darle vueltas.
¿Vuelos? 56 euros.
¿Hoteles? Ahora mismo puedes irte dos noches a este hotel tan guapo por 80 euros.

O SIMPLEMENTE PUEDES IRTE DE VACACIONES CON TUS PADRES OTRA VEZ

¿Dónde? Consigues aguantar todo el verano, pero tu madre sigue insistiéndote; es agosto y todavía no te has marchado a ningún sitio, tus amigos se han ido sin ti y un par de ellos están recorriendo Tailandia; de ningún modo pudiste conseguir el mes y medio de vacaciones ni permitirte los 700 euros en vuelos, y tu madre te suelta que han alquilado la casa entera. No tendrías que gastarte ni un euro, solo tendrías que conseguir el billete de tren, y el nuevo novio de tu madre os llevaría en coche, así que realmente no costaría nada, especialmente si te rechazan la tarjeta en la estación delante de tu madre y en silencio ella te lo paga; así que sí, una semana en el sur de Francia suena genial.

¿Qué hacer allí? Hacer el vago por la piscina, cuidar al perro todo el día mientras tu madre y su novio se van a hacer un recorrido por los viñedos ("Lo habíamos reservado con antelación y pensábamos que no te gustaría… me levantaré antes y te prepararé bocadillos para que no pases hambre") y de vez en cuando caminar hasta el mismísimo final del campo que hay detrás de la casa y ver cómo el sol se pone lentamente, y entonces simplemente exhalas y te metes en una perfecta piscina de color aguamarina, nadas un poco y te aburres, y cada vez que miras el WhatsApp, el novio de tu madre murmura "deja de mirar el maldito teléfono", aparentemente tranquilo, pero hirviendo de furia por dentro. Así que dejas de mirar el teléfono porque no quieres que explote, pero incluso esa vez que lo haces a escondidas durante la cena te dice: "Han pasado 100 minutos desde la última vez que miraste el móvil!" ¡Qué es todo ese jaleo en los grupos de WhatsApp! Monta en cólera y grita "¡YA VALE!", levantándose de manera que toda la mesa se arrastra por el suelo y hace ese sonido agudo tan horroroso, los cubiertos repiquetean por todos lados y dice en un tranquilo tono amenazador "Tu madre y yo no te queríamos aquí"; y sabes cuánto significa para tu madre este expolicía tan capullo, pero no puedes hacer nada más, así que le llamas "imbécil" y "gilipollas", y eso hace que salte, por supuesto. Y se enfada tanto que se pone de color rosado, y los tres días que quedan de vacaciones los pasan con caras largas; ves a tu madre la mañana siguiente mientras su novio está en la ducha y dice, "Es mejor que hoy no te cruces con él", y el camino de regreso a la estación es inaguantable, y también lo es el viaje en tren, y te despides de tu madre con un abrazo mientras él da vueltas a las llaves e intenta encender el navegador para volver a casa. Tú lo arruinaste, sabes, igual que haces siempre; has vuelto a arruinar todo, de nuevo. Unos meses después tu madre y su novio cortan, y ella dice que no es por ti, pero en secreto sospechas que básicamente esa es la razón. Sea como sea: los gastos netos de las vacaciones con todo incluido han sido de 30 euros, y la mayor parte fue en un bar restaurante de la estación antes de haber salido. ¡Perfecto!