Drogas

La policía y las eléctricas joden a miles de familias para acabar con las plantaciones de marihuana

'Cada vez que ocurre se nos estropea toda la comida y hasta incluso electrodomésticos y hay que conservar el ticket de compra y sacar fotos de todo para que te lo paguen, si es que algún día nos lo llegan a pagar'.
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Unos 2000 agentes de la Policía Nacional han trabajado durante meses conjuntamente con Endesa en la llamada Operación Verde para erradicar plantaciones de marihuana indoor en España. Algunos medios lo califican como éxito rotundo.

Más de 300 plantaciones indoor han sido incautadas y 814 personas han sido detenidas. Pinchar la luz de forma ilegal y utilizarla para las plantaciones indoor es lo que a la vez delata a las personas que cultivan. Hasta la fecha, los procedimientos de detección solían ser lentos, y las demandas y detenciones no se hacían hasta al cabo de cierto tiempo, por lo que los cultivadores ilegales de cannabis ya disponían de otro lugar en el que trabajar.

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Este juego del gato y el ratón ha llevado a la policía a desarrollar nuevos métodos más rápidos para erradicar las plantaciones y cortarlas de raíz. Uno de ellos son los cortes eléctricos frecuentes para evitar el correcto crecimiento de las plantas. Estos pequeños cortes estresan a la marihuana y pueden provocar una afectación en la producción o incluso un cambio de género, por lo que se deja de obtener el material esperado.


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Los productores se ingenian todo tipo de recursos para que las afectaciones sean mínimas. Desde SAI de ordenadores, una especie de baterías que conectan generalmente a servidores para que en caso de cortes de luz protejan los equipos conectados y que son capaces de aguantar la luz entre 10 minutos hasta media hora, a las luces fluorescentes o LED específicos para salvar la plantación.

Nos hemos puesto en contacto con Endesa y no nos han ni confirmado ni desmentido esta finalidad en los cortes. Tampoco nos han dicho si estos cortes se corresponden a una petición policial o bien a daños colaterales de este robo de vatios. Sí declaran haber detectado 65 000 fraudes eléctricos cuantificados en 601 millones de kWh, cifra que equivale al consumo eléctrico de Palma de Mallorca durante seis meses. En el informe que nos han facilitado especifican que cientos de miles de amperios son robados para utilizarse para cultivar marihuana a gran escala.

“Cada vez que ocurre se nos estropea toda la comida y hasta incluso electrodomésticos y hay que conservar el tíquet de compra y sacar fotos de todo para que te lo paguen, si es que algún día nos lo llegan a pagar”

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Pero lo que pocas veces se ha explicado en los medios han sido los daños colaterales que comporta vivir en un lugar en el que se cultiva marihuana. Miles de familias de barrios vulnerables de toda España se quedan sin luz, con lo que todo esto supone, cada vez que se efectúan los cortes.

María García vive en el barrio almeriense de Pescadería-La Chanca, asegura que está harta de presentar escritos y reclamaciones tanto a Endesa como al Ayuntamiento y la Delegación. “Llevamos ya casi cinco años así y se echan la pelota los unos a los otros sin darnos ninguna solución”, nos dice.

Para ella, como para tantos otros vecinos, representa una situación de humillación constante. “Estamos pagando como cualquier otro usuario y nadie hace nada para que las compañías eléctricas cumplan con su contrato de suministro”, explica. Aparte de tener problemas en la conservación de los alimentos, María denuncia vivir en una situación de desamparo absoluto: “Tenemos personas que están conectadas a oxígeno las 24 horas del día, tenemos medicaciones que deben estar en frío…”, según nos explica, la situación es desesperante.

Los barrios de El Puche y Los Almendros también se ven afectados, pero no solo en Almería tienen este problema con los apagones. En en barrio de San Cosme, en El Prat de Llobregat, un municipio cercano a Barcelona, también conocen de cerca este modus operandi. Allí ha habido hasta incendios provocados por la manipulación del fluido eléctrico para hacer crecer las plantas de marihuana por los cultivadores.

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En julio de este mismo año, la policía localizó una plantación cuantificada en 200 kilos escondida debajo de un plato de la ducha. Uno de los detenidos llegó a presentarse a las elecciones municipales bajo el paraguas de una agrupación local.

Después de estas últimas detenciones, los apagones no han cesado en el barrio. Los vecinos aseguran que ya han reclamado indemnizaciones por los gastos derivados de los cortes de luz. “Cada vez que ocurre se nos estropea toda la comida y hasta incluso electrodomésticos y hay que conservar el ticket de compra y sacar fotos de todo para que te lo paguen… si es que algún día nos lo llegan a pagar”, nos dice un vecino del barrio que prefiere que no publiquemos su nombre.

"El instituto del distrito norte de Granada llegó incluso a cerrar en febrero porque no había modo de realizar clases a oscuras"

Fuentes consultadas por VICE afirman que en el barrio de San Cosme, en El Prat de Llobregat, hay vecinos que alquilan habitaciones enteras para cultivar estas plantas a cambio de entre 500 y 600 euros al mes. Sin embargo, son todos los habitantes, más de 2000 hogares habitados por personas de una alta vulnerabilidad socioeconómica y sociodemográfica, sufren estos cortes de manera muy frecuente.

En El Prat, los vecinos no han creado aún una plataforma específica para combatir los apagones como sí ha ocurrido en otros puntos como en Córdoba o Granada. Allí los apagones han llegado a ser a diario, el instituto del distrito norte de Granada llegó incluso a cerrar en febrero porque no había modo de dar clases a oscuras y los comercios de la zona se quejaban de las pérdidas económicas y los daños materiales y para la salud que ésta práctica suponía.

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"Hay vecinos que alquilan habitaciones enteras para cultivar estas plantas a cambio de entre 500 y 600 euros al mes"

De momento, las pérdidas que ha dejado tanto el operativo como las repercusiones que trae el negocio de la droga no se han cuantificado. Según la legislación actual, las interrupciones imprevistas no pueden superar 5 horas anuales ni tampoco podrán ser más de 10 en zonas urbanas. En el caso que supere estos valores ya sea en duración como en número de interrupciones la compañía deberá aplicar un descuento de hasta un máximo del 10 por ciento de la factura anual e indemnizar a los usuarios por los daños causados tanto en alimentos como en aparatos electrónicos.

Si bien es cierto que en los últimos años ha habido un aumento del cultivo de la marihuana en nuestro país que está afectando al resto de Europa, está claro que en casos como estos acaban pagando justos por pecadores y el grado de afectación es más alto para la gente inocente que para los propios productores porque la mayoría de veces ya tienen otros mecanismos para superar estos impedimentos.

Esclarecer y depurar responsabilidades es clave para que estas familias vuelvan a la normalidad y sepan que pueden estar tranquilos, que aunque no estén durante todo el día en casa la comida no se les pondrá mala ni tendrán que tirar a la basura aquellos alimentos que habían comprado de oferta para ahorrar, pero que ahora les saldrá más cara que nunca. Por no hablar de los pequeños comerciantes que se les echa a perder todo el género.

Sigue a Alba en @albacarreres.

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