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Eurovision

Analizamos el videoclip de 'Tu canción' para Eurovisión

Belena Gaynor analiza el videoclip más esperado de 'OT': 'No es para tanto, pero merece la pena ilusionarse'.
Todas las imágenes vía TVE

Aunque he trabajado en la última edición de OT llevando las redes, os confieso que nunca me ha hecho especial ilusión el Festival de la Canción de Eurovisión. De hecho, lo que más me gusta es el momento en el que reparten los puntos y España siempre es la gran olvidada de Europa. Hasta este año. Este año MA-TO por Almaia y por “Tu canción”.


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Amaia y Alfred son la esperanza de este país para volver a quedar en una posición digna ante los ojos de nuestros vecinos europeos. De ahí que todos los queramos como si fueran nuestros hijos y los defendamos con uñas y dientes en las redes sociales ante cualquier hater (ya sea europeo o de casa).

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Hay que destacar un dato muy importante, y es que dos de las pocas veces en las que hemos quedado en el top 10 ha sido gracias a las actuaciones de dos extriunfitas: Rosa de España, en 2002, con " Europe’s Living a Celebration", consiguió la séptima posición; y Beth Rodergas, que con su tema " Dime" nos dejó en octava posición.

¿Y qué es lo bueno de este 2017-2018? Pues que se han alineado los astros para que vuelva el mejor programa del universo, Operación Triunfo, y que además TVE se puso de acuerdo para que el representante —en este caso los representantes— de España para el festival salieran del programa. GRACIAS eternas a todas las personas que lo han hecho posible.

Pero vamos a hablar de lo realmente importante hoy: el estreno del videoclip de “Tu canción” (el cual me parece una maravilla que hayan decidido estrenarlo en prime time).

Es INEVITABLE emocionarse al escuchar las primeras notas de esta canción porque la relación de Almaia la hemos vivido como si fuéramos el tercer protagonista en el triángulo amoroso. El tema tiene magia y el cuerpo lo sabe, por lo que las emociones se despiertan y se ponen alerta —y si a ti no te pasa, tienes menos sensibilidad que Carlos Lozano como presentador—. Con magia me refiero a que es una canción capaz de trasladarnos a su romance, o a ese primer amor que todos hemos vivido alguna vez en la vida —si aún no ha llegado, paciencia—.

Dicho esto, os voy a hablar en detalle del videoclip —intentaré explicaros alguna anécdota por el camino— y, en segundo lugar, os explicaré qué cosas hubiera hecho yo si me hubieran pedido el encargo —como si yo fuera creadora de contenido o algo—.

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Las primeras imágenes del videoclip las protagoniza Alfred, que por cierto está guapísimo —sin ser yo una fangirl ni nada de eso—, vestido con un look muy rockero que contrasta con su imagen tierna y de buen niño —que lo es, y mucho—. Lo único que no entiendo de este plano es la tonalidad fría que se puede apreciar y que luego contrasta con una más cálida cuando aparece Amaia.

Ella también está guapísima y se agradece que le hayan dejado ser ella, muy natural, muy como la conocimos y como nos hemos enamorado todos. Jamás olvidaremos uno de los momentos más míticos de la edición, cuando justo antes de ir hacía el plató para una gala, Amaia dijo: “¡Tengo que depilarme los sobacos!”. O en una de las conexiones en las que acompañaba a los triunfitos por el camerino, fui a enfocarle las piernas y me dijo sin “pelos en la lengua”, nunca mejor dicho: “¡Mira! Tengo pelos en las piernas, pero me da igual, todos tenemos”. Más Amaia que nunca.

Volviendo al vídeo, en el primer segundo en el que aparecen juntos, ya nos olvidamos de minucias técnicas y nos dejamos llevar por el espíritu Almaia y por lo que transmiten solo con mirarse.

Uno de los planos más bonitos del videoclip es el plano cenital en el que cada uno aparece en un sillón típico de señora en medio de la nada, rodeados de hojas secas y muy intensos. ¿Por qué es bonito? Porque simboliza sentirte como en casa, refugiarse en esa persona. Pase lo que pase a tu alrededor da igual si estás al lado de la persona que quieres.

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Esta secuencia que se va repitiendo a lo largo del vídeo, y que es importante para entender cómo se sienten cuando están el uno con el otro, me recuerda sin duda a ese momento en el que te empieza a gustar alguien y solo piensas en pasar todos los momentos de tu vida a su lado. Aunque en mi caso, me quedo en esa postura cada vez que pienso en que, en algún momento, Chenoa y Bisbal se darán cuenta de que están hechos el uno para el otro y volverán a estar juntos —aún tengo fe en que eso suceda—.

Pero volvamos a Almaia. No nos han querido hacer sufrir demasiado y nos han plantado un beso precioso en el minuto 1:04, del revés, pero con un fondo de hojas muy bonito que nos recuerda la conexión con el plano de los sillones de señora. Esa primera vez, esa ilusión, ese no sé qué, que te hace pensar en esa persona 24/7.

Y los siguientes planos reflejan la inocencia, la sensibilidad y la dulzura dignas de una película de Disney —dejando los estereotipos a un lado—. Parece justo el momento en que los protagonistas saben que van a ser felices el resto de sus vidas y de una forma inexplicable comienza a caer polvito mágico de ese que tiene Campanilla y comienzas a volar.

Segundos más tarde es cuando se asoma el recuerdo de OT1. Para los fans de David Bisbal —por si no lo sabíais, yo soy una de ellas—, en el minuto 1:45 encontraréis un movimiento de Alfred que nos recuerda mucho a él. Esos bailes descamisados por las playas de Almería de los inicios de Bisbal son totalmente diferentes a la actitud más indie que Alfred ha mantenido durante el concurso, pero no puede evitarlo. Alfred es bisbalero y se ha debido de ver las actuaciones de David millones de veces. Me imagino que por eso ha sido inevitable que haya cogido algún vicio gestual tan característico como este. No sé si vosotros también lo veis así o soy yo que estoy obsesionada.

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El caso ese que sigue avanzando la historia de amor de la pareja de España y vemos cómo en un momento Alfred va a buscar a Amaia al sillón de pensar, hablan un poco y… ¡YA NO ESTÁN!

¡PORQUE EMPIEZAN A VOLAR!

Será por eso que dicen que el amor te hace volar cuando es correspondido y te sientes como en las nubes cuando estás con esa persona especial, pero a mí me ha recordado a Peter Pan —porque sí, los polvos de Campanilla siguen presentes—.

Y viendo la cara de Amaia, ¡estoy segura de que se lo pasó en grande grabando esta escena! Y lo digo porque por lo que he podido compartir con ella. Es una GRAN FAN del mundo audiovisual, le encanta toquetear las cámaras. De hecho, a mí siempre me la intentaba quitar en el chat de OT cuando estaba grabando alguna cosa, o a día de hoy cuando coincidimos en algún evento. Qué le vamos a hacer. Es como una niña pequeña, todo le parece increíble y se le ve la ilusión en los ojos.

Para terminar, acaba con un plano básico de pareja enamorada bailando su canción favorita el día de fin de curso. Que no me parece ni bien ni mal, simplemente lo dicho: básico. Es como lo que todo el mundo se espera que pase y pasa. Quizás hubiera sido innovador darle un giro argumental o que se hubieran dado un abrazo mientras vuelan.

FIN.

Sí que es verdad que el videoclip no está mal, pero creo que su historia podía haber dado mucho más juego y la gente que no los conozca podría haberlos conocido un poquito más. No hay que olvidar que eran dos desconocidos que se han encontrado en una academia dentro de un programa de televisión y que ahora la gente los ve como los reyes de España.

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Lo que más echo de menos es que no aparezcan tocando el piano juntos, que es donde realmente surgió la chispa del amor entre ellos y nos sedujeron a todos los que estábamos viendo la actuación de “City of Stars”. También me hubiera gustado ver antes del primer estribillo ese momento de “tonteo” entre ellos, esos juegos que podíamos ver en el 24 horas y con los que absolutamente todo Twitter realizaba conjeturas para descifrar si el shippeo Almaia era REAL 100 por cien.

¿No os hubiera gustado que Amaia, después del beso entre hojas secas, hubiera puesto la cara esa de: “OH, ME HA DADO UN BESO”? —espero que sepáis a lo que me estoy refiriendo—. O algún momento más de complicidad que no sea tan prefabricado como el baile de fin de curso.

Eso sí, una de las cosas que más me ha gustado ha sido que los dos lleven zapatillas: Alfred negras y Amaia blancas. Me encanta porque Amaia siempre está reivindicando que no quiere llevar tacones, y oye, ¡ni falta que hace porque está espectacular!


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A pesar de estas cosas que incluiría y de que sea un videoclip muy sencillo y minimalista, creo que cualquiera que lo vea va a poder embriagarse del amor que transmiten. Y espero que sobre todo les pase a todos los eurofans que ahora mismo nos mantienen en lo más alto en las apuestas de pago.

Recordemos que los únicos duetos que hemos llevado a Eurovisión a lo largo de la historia han sido Sergio y Estíbaliz con " Tu volverás", y Azúcar Moreno con " Bandido". ¿Podrán mejorar Almaia los estilismos de Sergio y Estíbaliz o conseguir una puesta en escena tan kitch como la de Toñi y Encarna? Esperemos que sí.

Sigue a la autora en Twitter: @BelenaGaynor