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Identidad

Así son las relaciones sexuales y el amor cuando eres una persona no binaria

Sin cánones ni estereotipos a los que recurrir y en los que escudarte.
persona no binaria tumbada en la cama
La autora. Foto cortesía de la autora por Adso Romero

Creo que sería importante empezar el artículo diciendo que creo que el amor, el afecto y la atracción son cosas muy difíciles de definir e imposibles de controlar. Partiendo de aquí, quiero hablar de la realidad de vivir una vida amorosa y sexual sin tener la seguridad de un género binario en el que escudarte, sin estereotipos y cánones a los que recurrir, tanto a través de mi propia experiencia como también de las vivencias de otras personas no binarias.

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En mi caso personal, siempre he sido una persona muy romántica y pasional: me enamoro a menudo, me siento atraída por otras personas a menudo y no creo en la monogamia, así que últimamente he empezado a decir que creo en el amor libre; no en el poliamor pues, en mi experiencia personal, el poliamor a veces puedo sentirlo como una repetición de patrones monógamos a gran escala. Para mi el amor viene de relaciones basadas en el respeto, en la amistad y el romanticismo. No creo en tener una única pareja, pero sí creo que las personas con las que comparto mi vida son profundamente especiales para mi y no me imagino sin su apoyo.

Cuando digo que estoy con varias personas la gente se suele escandalizar y pensar que tengo muchas relaciones como las de una pareja monógama pero, no es así. Igual veo a las personas que amo una vez a la semana o cada dos —soy una persona con cosas que hacer— pero calidad no es lo mismo que cantidad y para mi está bien así. Si coincidimos más genial, pero también soy una persona muy independiente que necesita su espacio.


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Al respecto, Luna Naumer, persona no binaria y trabajadora sexual, comenta que cree en la monogamia, pero "como creo en cualquier tipo de relación afectiva: monogamia, poliamor, relaciones abiertas o estar soltere. Todas las relaciones me parecen válidas siempre y cuando haya cuidado y cariño por todas las partes involucradas. De todos modos, la monogamia para mi no sería una opción válida. La limitación por parte de otra persona hacia mis acciones me resulta tremendamente violenta, y mis experiencias han sido bastante abusivas. Al menos por ahora descarto ese tipo de relaciones".

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Creo que el género tiene poco que ver en la atracción que siento por alguien. He de admitir que prefiero a personas con sensibilidades un poco femeninas, pero no considero que eso esté sujeto a ningún género. También hay veces en las que algunas personas se han sentido atraídas por mí y han creído que era problemático porque les gustaba mi parte masculina, pero como persona no binaria no soy una mujer trans y no me molesta mi masculinidad. Una masculinidad que, aunque definitivamente no es la clásica, es igual de válida.

He estado con chicas lesbianas, bisexuales, chicos gais y bisexuales —la gente heterosexual me suele apreciar desde la distancia— y sinceramente no siento que mi género les suponga nada, las personas con las que estoy o he estado me aman o amaban por la persona que soy y lo que les aporto.

"Mi sexualidad ha cambiado desde que empecé a tomar hormonas femeninas. Aunque los niveles han ido cambiando a lo largo de los años hasta encontrar el punto intermedio en el que me veo suficientemente femenina y masculina, hay cambios a nivel de sexualidad que me han marcado profundamente"

Por su parte, Luna Naumer define su sexualidad como queer y su atracción como "orientada a hacia la expresión de género no normativa". Siendo sus relaciones sexuales más cercanas "al espectro de la relación sexual gay, si hubiese que definirlo de alguna manera, aunque siempre estoy evolucionando y creciendo, y es posible que esto cambie en un tiempo". Iri Matute considera que elle siempre ha estado ávide de "de compartir intimidad con personas que me resulten atractivas por su personalidad y su belleza física. El género y las preferencias sexuales me dan igual porque, precisamente conocernos y conseguir encontrar juntos la forma de encajar nuestros géneros y preferencias sexuales es algo que me encanta y encuentro enriquecedor".

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Mi sexualidad ha cambiado desde que empecé a tomar hormonas femeninas. Aunque los niveles han ido cambiando a lo largo de los años hasta encontrar el punto intermedio en el que me veo suficientemente femenina y masculina, hay cambios a nivel de sexualidad que me han marcado profundamente. Mientras que la testosterona hace que el sexo se centre en el orgasmo, ahora el orgasmo es un biproducto y el acto del sexo en sí ha adquirido mucha más importancia (el contacto piel con piel, mirar, ser mirada, excitarme a nivel intelectual…).

El sexo se ha convertido en un espacio de excitación compartida más que un mero orgasmo. La seducción y la excitación mental pueden ser muy intensos y altamente eróticos. Luna está en proceso de transición por lo que "ahora más que antes mi cuerpa y mi relación con mi intimidad cambia casi cada día. Es algo difícil generalizar mi sentimiento hacia mi cuerpa y por ello mi sentimiento con el sexo. Cada cambio tengo que procesarlo y ver como yo reacciono ante el sexo", mientras que Iri por su parte dice "sentirse atrapade". En su caso porque "después de muchos años viviendo y ligando como una femme fatale, no se me está haciendo fácil desenvolverme en el terreno sexual siendo esta persona maravillosa que estoy viviendo ahora mismo. Yo, despojade de las armas de seducción que controlaba, empoderade y desempoderade a la vez, siento que ahora mismo estoy con mis dos cojones aprendiendo a abrirme camino en un mundo todavía demasiado binario para aceptar mi no binarismo. Me siento atrapade en mi cabeza llena de ideas, sin poder hacerme entender, sin saber comunicar quien soy, sin saber reconocer qué personas están leyendo mi verdadera historia y quienes todavía siguen esperando la historia del libro que ya dejé de protagonizar".

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Si os preguntáis dónde encuentra amantes y/o affaires una persona no binaria, la respuesta, en mi caso al menos, a la antigua usanza, de fiesta y con amigos. Creo profundamente en el sexo con amigos (siempre y cuando se hable de lo que está pasando y no se confunda con ganas de ir a más). En esto Luna coincide conmigo: "el amor y el afecto para mi vienen más por relaciones amistosas, aunque las relaciones amorosas afectivas aportan mucho. Generalmente sexo y amor para mi van separados, ya que mi sexualidad está muy polarizada —o muy pública o muy íntima— y juntarla con el afecto a veces es difícil e incluso doloroso. El sexo para mi es más fácil incluso que el amor.

"Yo no utilizo apps por dos razones: la primera es que como persona trans tengo que aguantar demasiado abuso, acoso y microagresiones que, sinceramente, veo innecesarias. La segunda es que, personalmente, me interesa la seducción y la conexión más que la genitalidad, por eso tengo affaires con personas con las que tengo química, me gusta que las cosas sean espontáneas"

Y a pesar de que muchas personas lo hacen, yo no utilizo apps por dos razones: la primera es que como persona trans tengo que aguantar demasiado abuso, acoso y microagresiones que, sinceramente, veo innecesarias. La segunda es que, personalmente, me interesa la seducción y la conexión más que la genitalidad, por eso tengo affaires con personas con las que tengo química, me gusta que las cosas sean espontáneas. Luna, aunque las usa, coincide en que "las aplicaciones son muy binarias, y es muy difícil encontrar alguna pareja que realmente te entienda mediante una red social que se basa en el binarismo de manera tan agresiva". A pesar de ello dice que sigue usándolas porque "simplemente me gustan, me gustan las múltiples formas de comunicación, igual que en espacios físicos también en espacios digitales. Esto además de permitirte expandir hacia dónde llegas puedes conectar con gente afín a ti de manera más intuitiva, me parece una herramienta muy buena para encontrar otras personas queer". Por su parte, Iri, aunque dice usar Tinder, también resalta que lo que le tira para atrás del uso de aplicaciones es tanto el misgendering a pesar de que "en mi arreglo personal y en mi descripción soy bastante transparente respecto a mi identidad de género", como los fetichistas que ven que ser una persona no binaria es algo "morboso", o los que directamente preguntan si tiene o no "coño, para ver si me interesa seguir hablando contigo o no", así como "los que se pasan de 'respetuosos' y en vez de preguntar, tratan el tema como algo tabú. No preguntan ni mencionan nada, y después de hablar unos días me sueltan un 'bueno, a mi los tíos no me van. No soy gay'".

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Yo a nivel sexual, suelo dejar que tome la forma que ha de tomar, no me gusta entrar en el sexo con alguien con una idea preconcebida de cómo debería ser. He tenido relaciones de sexo exclusivamente basadas en el BDSM verbal, he estado con una chica trans con la que tuve mucho sexo genital porque nos sentíamos cómodas compartiendo nuestra anatomía similar, etc. Muchas veces en la comunidad gay, en la sociedad en general e incluso círculos queer suelen haber ideas muy arcaicas sobre la atracción que refuerzan ideas heteronormativas y que limitan a muchas personas de manera inconsciente. Iri asegura que sus parejas sexuales previas a su transición han sido clave en su sexualidad después de transicionar, "elles me permitieron explorar la parte del sexo que para mi es la más importante: la parte creativa. Lo que está en el mundo de las ideas". Para Iri el buen sexo es como narrar una historia, y como elle misme dice "seamos sinceros, ¿os estimula leer 'mete, saca, mete, saca'?".

Por ejemplo, el rechazo a reconocer el sexo no-penetrativo, convirtiendo la penetración en el objetivo del encuentro sexual, las identidades sexuales inamovibles en la comunidad gay, de la activa como energía masculina y la pasiva como energía femenina (cuando creo que es mucho más divertido si todo el mundo hace de todo sinceramente). El rechazo a masculinidades y feminidades que difieren de la norma… Como persona no binaria tengo una parte masculina y la disfruto, pero mientras que las mujeres la aprecian y la entienden, muchos hombres gais me descalifican de manera casi automática utilizando el argumento de que para ellos soy una “mujer”, sin tener en cuenta como eso coarta mi identidad y es, a efectos prácticos, un misgendering equivalente a decirle a una mujer trans que la ves un hombre.

Aún así creo que las mentalidades están empezando a cambiar, la norma no se puede sostener cuando es poco más que un delirio colectivo. La verdad es que la atracción, la belleza y la química trascienden el género y la gente está empezando a explorar su sexualidad más allá de lo que ellos creían cierto. Sobre todo cuando nos excita un cuerpo y una imagen, no hay atributos que pertenezcan exclusivamente a un género. Hay personas nacidas con sexo femenino musculosas, angulares, duras y dominantes; hay personas nacidas con género masculino suaves, esbeltas, imberbes y sumisas.

¿Que es una etiqueta al final? una falsa sensación de seguridad y estabilidad en un flujo mutante. Deberíamos entender menos y sentir más, al final la carne es carne y de cerca casi toda se siente igual.

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