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Identidad

Hablamos con las activistas que han hecho un crowdfunding para mudarse de Madrid a Berlín

'Cuando llegué a Madrid empecé a tener problemas respiratorios o dermatitis, cosa que antes no tenía'.
Captura de pantalla 2019-02-06 a las 17
Imagen vía GoFundMe

"Help two negroes escape". Así se llama la campaña de crowdfunding iniciada en la plataforma GoFundMe por Irene y Sheherezade, dos artistas y activistas negras y queer residentes en Madrid, cuyo objetivo es obtener el dinero suficiente, 5000 euros, para irse a vivir a Berlín y desarrollar sus proyectos artísticos junto a dos compañeros que ya trabajan en la capital alemana.

Irene lleva un proyecto artístico que se llama Consuelo. "Soy rapera, film maker y filósofa. Hago música que consideraría como 'sad negro trap', ese es mi género", comenta. El proyecto artístico de Sheherezade es Scopeta, "aunque tiene ramificaciones porque hay varios personajes aparte de Scopeta", dice. "Soy artista multidisciplinar, a finales de enero se inauguró mi primera exposición grande —grande literalmente, si vais a verla entenderéis por qué lo digo—, y también soy modelo, hago contenido audiovisual y estilismo, pero todo lo que creo es siempre autobiográfico. Trato el tema de la negritud, trato las experiencias pasadas, presentes y futuras relacionadas con ella… Lo que yo hago son pequeños altares para mis ancestros, pero ya no solo los pasados, sino los presentes: mis amigas, mi familia, para mí misma, para la gente a la que nunca he visto pero aun así me inspira…".

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En su GoFundMe, que la plataforma ha desactivado hoy sin que ellas reciban explicación, escriben que "este último año que acaba de terminar se nos presentó la posibilidad de mudarnos a Berlín y cambiar de vida, poder escapar del aire tóxico, la malas energías y caspa de esta ciudad. La intención en Berlín sería conseguir acceso a una vivienda amplia en la que poder tener espacios personales, buena comida (todos los días), y poder escapar de la forma de vida en la que estamos atrapadas y que nos empuja y obliga a llevar en un modo de vida en el que curar la depresión, el trauma y la ansiedad que viene encarnada de diferentes formas en nuestros cuerpos es imposible".

VICE: Irene, Sheherezade, ¿cuándo y por qué decidís emprender esta campaña de GoFundMe?
Irene: Tomamos la decisión de irnos a Berlín en agosto de 2018 porque conocimos a dos compañeros artistas que se llaman Fannie Sosa y Niv Acosta que nos ofrecieron hacer una pasantía. Nos abrieron las puertas a irnos con ellos a Berlín y como se dedican al mundo del arte y demás, tener un espacio y una red de creación y producción junto con ellos.

Sheherezade: De hecho, como ves, tardamos bastante en sacarlo porque estuvimos dándole muchas vueltas precisamente porque teníamos dudas sobre la acogida que pudiera tener. Fue resultado de meses de deliberar, es el único recurso para generar esa cantidad de dinero.

"No voy a negar la precariedad de nadie, porque desgraciadamente es algo que nos afecta a muchos. Lo único que quiero que se escuche y que se acepte es que, aparte de la precariedad generada por ser clase obrera, también hay una precariedad derivada de la criminalización porque tu cuerpo es negro o queer"

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¿Cuál creéis que es la motivación de las críticas que habéis recibido y, al contrario, qué consideráis que ha llevado a otra gente a contribuir con más de 800 euros ya a vuestro GoFundMe?
Irene: Yo creo que, por un lado, hemos recibido tanto odio y hay tanta indignación precisamente porque la forma en la que hemos expuesto nuestro proyecto pone de manifiesto bastantes incoherencias que hay en el imaginario europeo y colonial. Por ejemplo, el hecho de que haya gente que me escriba "Vete a pedir al metro, muerta de hambre", es como: vale, a ti te parece correcto que vaya al metro a sentarme, a humillarme físicamente para que te parezca bien que pueda pedir dinero. Ahí sí, pero sin embargo, si pido dinero por una plataforma de internet de forma digna, dándome valor a mí y a mi experiencia, a mi descanso, pidiendo una reparación histórica temporal de descanso te parece mal.

Sheherezade: Es una incoherencia extrema de la mentalidad caritativa europea.

Irene: De igual manera, hay quien nos dice "a trabajar, como todos", y es gente que no sabe que yo llevo 6 años trabajando en Madrid de forma incansable, estudiando, y que a día de hoy estoy sin un duro, no tengo ningún tipo de estructura que me respalde y es una cosa ajena a mí, no es porque no trabaje. Hay una serie de estructuras y dinámicas sobre las que nosotras no tenemos control que tienen un impacto económico sobre nuestros cuerpos. También entra en juego el concepto de "necesitar ayuda". Nos recriminan que Sere tiene unas Nike que cuestan 200 euros, pero no saben que me pasé seis meses ahorrando para poder regalárselas y que después de comprarlas siguieron los sacrificios económicos. Otra cosa que es absurda es que digan que estamos estafando por "cobrar" 50 euros por una receta vegana o unas bragas firmadas. Tú no vienes aquí a comprar una receta vegana, la ofrecemos para que sea más dinámico, para agradecerte tu contribución y para dar un valor a cosas que no lo tienen en la dinámica capitalista.

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¿Qué tiene de distinta vuestra campaña a otras similares en las que algunas personas piden financiación para, por ejemplo, recorrer el mundo?
Irene: Yo creo que que una persona blanca diga que quiere hacerse un viaje, que no tiene dinero para ello y que lo pida por internet no es algo malo, pero está dando por hecho que dispone del tiempo suficiente para hacer ese viaje. Sin embargo, yo la solicitud que estoy haciendo pasa también por la reparación temporal y energética, no es solamente económica. El hecho de que nuestros cuerpos transiten las intersecciones de ser negras y de ser queer lo que hace es que esas dos intersecciones generen un impacto que no solo es económico, sino también energético y temporal.

Porque a pesar de que yo solo tenga cuatro horas al día para dedicármelas a mí misma, son cuatro horas en las que no hay nada fácil en lo que está sucediendo. En esas cuatro horas quizá tenga que ir al metro y me suceda algo, tenga que estar soportando constantemente misgender por el hecho de que por mi apariencia física no se pueda determinar a veces si soy una mujer o un hombre, tengo que soportar las reacciones a que nos vean a las dos besándonos… todo eso genera cierto tipo de violencia que repercute en nosotros de forma energética. Y también de forma temporal, porque yo tengo la suerte de tener papeles, pero muchas veces acceder a trabajos con temporalidades normales no es posible para las personas racializadas, y el trabajo acaba comiéndoles todo el día.

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¿En qué medida creéis que vuestra precariedad tiene que ver únicamente con vuestra condición de mujeres racializadas y queer? ¿Comprendéis que, por ejemplo, una mujer cisheterosexual blanca y no migrante en situación de pobreza y exclusión —recordemos que más de 3 millones de personas en España lo están— pueda sentirse ofendida porque identifiquéis la precariedad con vuestra condición de racializadas y queer? ¿Qué le diríais a esa mujer?
Irene: Yo, sobre todo en el caso de la mujer obrera, le diría que habría que hablar de interseccionalidad. Porque igual que seguramente entiende que ser mujer y ser obrera genera un impacto económico sobre su cuerpo, tiene que entender que ser negra es algo que también influye, y que ser queer, que nuestro género no sea conforme, también afecta. Estamos atravesadas por dos interseccionalidades más. No voy a negar la precariedad de nadie, porque desgraciadamente es algo que nos afecta a muchos. Lo único que quiero que se escuche y que se acepte es que, aparte de la precariedad generada por ser de clase obrera, también hay una precariedad derivada de la criminalización, de cuando te criminalizan porque tu cuerpo es negro o queer. Existe esa clase obrera que se puede entender como el punto más ínfimo, pero luego hay otra clase criminal detrás que está sometida a control policial, institucional, a violencia física y también a violencia epistémica. Porque constantemente se reduce nuestro conocimiento; yo estudio Filosofía y soy bastante elocuente, pero cuando un profesor ve que lo soy se sorprende, me dice que "no me esperaba eso". O cuando ven que no te callas, o que les dejas un puntito en la boca. Es violencia epistémica.

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¿Creéis que las críticas a vuestra petición de ayuda responden a un racismo interiorizado o a no entender que os queráis mudar a una ciudad similar —capital europea, occidental…— a Madrid para, en vuestras propias palabras, "poder escapar del modo de vida en el que estamos atrapados, que no permite curarse de la depresión, el trauma y la depresión"?
Sheherezade: Ambas cosas. Es una falta de empatía impresionante, y literalmente lo que hablábamos antes, es la confusión colonial.

Irene: Es racismo interiorizado y exteriorizado, si me estás llamando negra de mierda por toda la cara. Racismo interiorizado es el anuncio de Cola Cao. Todo este odio y este acoso que estamos sufriendo lo único que hace es visibilizar y confirmar la mierda que estamos viviendo y por la que queremos salir de este espacio. Puedes estar más o menos de acuerdo, pero no puedes negar que lo que estamos viviendo es real, que es nuestra experiencia.

¿Por qué habéis decidido como destino Berlín, una capital occidental europea como Madrid, y en qué medida creéis que os libraréis de esas opresiones a las que aludís en el GoFundMe y será distinto allí?
Sheherezade: Lo ponemos en el GoFundMe y lo decimos al principio: se nos presentó la oportunidad. Niv y Sosa se iban a desarrollar su proyecto allí, Black Power Naps, que gira alrededor del descanso de los cuerpos negros y racializados. De la reparación energética, del descanso, del hecho de que el pueblo negro no tenga derecho a descansar. Siempre se pinta, antes y ahora, al hombre negro y la mujer negra como unos vagos, "venís a nuestro país a robarnos los trabajos". Interseccionando con la incoherencia de la que hablábamos antes, nos siguen diciendo "sois unas vagas, trabajad si queréis dinero"…

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Irene: Una de las cosas que también nos pasan en Madrid es que la estructura de soporte que tenemos a nivel económico, pero también emocional, es inexistente. Cuando nos vamos a Berlín también lo hacemos por un factor muy importante, que son Sosa y Niv, que nos proporcionan esa estructura emocional que se necesita porque todo el mundo tiene derecho a estar con gente a la que quiere y que puede constituir su familia. Y no, no sé exactamente qué puede depararme Berlín porque Berlín no solo son ellos, no sé qué me puede llegar a ofrecer o qué me puedo esperar, pero sí sé que es distinto a lo que tengo aquí. Por un lado porque el aire está más limpio que en Madrid, porque los problemas de salud respiratorios a los que estoy sometida aquí puedo intentar evitarlos. Me puedo ahorrar la energía del metro de Madrid, que creo que se podría hacer una tesis doctoral de cómo de violento puede llegar a ser a nivel corporal, a nivel de salud… Entonces no sé que me espera, pero es distinto.

Sheherezade: Nosotras no estamos planteando Berlín como el Nirvana. Quizá seamos las dos únicas negras en 2 kilómetros a la redonda que haya, esa no es la cuestión. Pero yo llegué a Madrid en perfecto estado de salud física y desde entonces empecé a sufrir de asma, tengo dermatitis, y jamás había tenido esos problemas. Y eso en cuanto al ambiente contaminado, ambas tenemos anemia y carencias vitamínicas y otros problemas más chungos de salud que han derivado del estrés. No es solo no tener dinero para comer, es no tener energía para hacer lo que rodea a la alimentación: salir, comprar, cocinar…

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"No sé exactamente qué puede depararme Berlín porque Berlín no solo son ellos, no sé qué me puede llegar a ofrecer o qué me puedo esperar, pero sí sé que es distinto a lo que tengo aquí"

Pero, ¿en qué medida las opresiones que sufrís aquí serían menores en Berlín?
Irene: El proyecto supremacista blanco de ambos sitios es el mismo, lo que cambia es tener un espacio de interacción diferente, gente diferente, la posibilidad de no estar un contexto muy tóxico que nos afecta tanto a nosotras como a nuestra gente, expandir el horizonte y que no sea el mismo horizonte del día a día. Allí hay una red de industria mucho más beneficiosa para lo que hacemos.

¿Creéis que vuestro crowdfunding y vuestra iniciativa de iros a vivir a Berlín contribuye a la erradicación de la opresión de las personas racializadas o queer?
Irene: Un GoFundMe no erradica la opresión, porque al no haberla creado no puede contribuir a su erradicación. Es simplemente que, en tanto que nosotras somos parte de esa comunidad y estamos sometidas a situaciones de opresión similares, aunque no seamos portavoces de nada sí que estamos hablando de ella. El tipo de ayuda que necesitamos no es tan individualista como se hace parecer. Porque si yo viniera de una familia rica no pediría nada a nadie. Pero no tengo este respaldo, como mucha gente no lo tiene, y entonces nos vamos a ver sometidas a probablemente un tiempo indefinido de estar en la prisión, literalmente. Si yo hubiera conseguido cero euros, tendría que haber seguido trabajando 10 horas al día, en la soberana mierda, con la misma ansiedad, los mismos problemas psicológicos, la misma depresión… ¿Que puedo seguir haciéndolo? Sí. ¿Que me merezco no hacerlo porque necesito reparación histórica, temporal y energética? Pues también. Es la visibilización de una posibilidad y de un ímpetu que se puede tener. Y que se puede reclamar.

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Sheherezade: Hay una cosa que pasa en la comunidad y es que heredamos muchas cosas. Yo he heredado la precariedad de mi madre, de mis abuelos, y ya no solo de ellos sino de todo mi background. Mi apellido es Shephard, es un apellido esclavista de un inglés que compró un puñado de esclavos africanos y se los llevaron al caribe. Esa migración, ese trauma, esa precariedad y ese desarraigo, son una herencia que tenemos, y pasa que la asumimos.

Pensamos "somos precarios y así nos vamos a quedar, es nuestro sino". A mí nunca jamás se ma había ocurrido ir a un bar a tomar un té, darme cualquier capricho, pensaba que no tenía derecho a sentir placer, a darme descanso. El hecho de que nosotras estemos intentando salir de esto es importante para mí, para mis hermanos, para mis amigas, para la vecina de mi prima… Cada pequeña cosa que hacemos dentro de la comunidad es enorme. El yo salir de mi pueblo e irme a Madrid, el que mi hermana pequeña esté en la universidad, el que mi madre nos criase a nosotros cuatro bajo el pie del mundo… y el hecho de que nosotras estemos intentando salir de España, donde a mí me trajeron a rastras, y empezar a creer firmemente que merezco dormir en una cama, comer comida orgánica de Alemania, hacer cinco comidas al día, respirar aire puro, andar por el carril bici con una bici, el hecho de creerme eso, de verdad, es una maldita pasada. Y por supuesto, contribuyo, contribuimos. No somos las portavoces de nada, pero sí somos representación, igual que mi madre, mis amigas.

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Habláis de que canalizáis vuestros esfuerzos al activismo negro queer a través de expresiones artísticas. Sin embargo, vuestro crowdfunding apela a la individualidad, a vuestro proyecto personal de iros a Berlín. ¿De qué manera correlaciona con el individualismo neoliberal?
Sheherezade: ¿Cuál es la diferencia entre un colectivo de mujeres racializadas como el que he montado con otras 3 amigas, el primero en España, e Irene y yo, que también somos un colectivo de mujeres racializadas?

Irene: Yo personalmente considero que toda la gente que está dando dinero al GoFundMe está haciendo una inversión. Con ese dinero estoy teniendo tiempo, estoy teniendo recursos y voy a desarrollarme. Y, ¿quién te dice a ti que todo lo que yo obtenga voy a destinarlo solo a mí, tú que sabes qué proyectos tengo yo o con quién colaboro? ¿Quién te dice que si con los 5000 euros que pido consigo generar 15 000 no lo vaya a invertir en un proyecto que tú no sabes?

Sheherezade: Toda la peña que nos ha apoyado, los ángeles del cielo que nos han apoyado nos escriben mensajes diciendo que tienen muchas ganas de ver lo que vamos a desarrollar, que lo vamos a petar en Berlín… La gente sabe que el hecho de que nos vayamos para allá es para poder desarrollarnos como artistas y crear el contenido de calidad que tenemos la capacidad de crear. No es para comprarnos un chalet y quedarnos sentadas. La clase criminal de la que hablábamos antes es específicamente esto. El no tener derechos, el que no se nos reconozcan los derechos a nosotras mismas, ni como artistas, ni como personas ni como muchas otras cosas. Estamos pidiendo ayudas porque el Estado español no nos reconoce.

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"La gente sabe que el hecho de que nos vayamos para allá es para poder desarrollarnos como artistas y crear el contenido de calidad que tenemos la capacidad de crear. No es para comprarnos un chalet y quedarnos sentadas"

Pero, ¿en qué medida estáis rechazando la vía colectiva, social, y estáis optando por la individual, en tanto que reclamáis dinero de capital privado y no institucional para un proyecto de las dos?
Irene: Yo en ninguna medida lo veo capitalista, si tú quieres considerar esto como liberal, OK. Y sinceramente, no tengo fuerzas para empezar a pelearme con el Ayuntamiento para que me dé 200 euros. Si siguiese trabajando en Madrid 10 horas y en el poco tiempo que me queda gestionar mi salud mental, mi vida, mis proyectos, mi relación con Sere y una pelea institucional con el Ayuntamiento porque yo como persona negra me merezco una ayuda, sinceramente, no puedo.

Sheherezade: Es que es imposible conseguirlas. En mi casa, en Galicia, hemos estado haciendo papeleo durante mucho tiempo para que nos dieran todos los meses tres latas de judías y dos botes de leche porque mi madre nos ha criado sola y somos 4 hermanos, familia numerosa. Y no hablamos de dinero, hablamos de alimentos. El dinero no lo olemos, así que imagina dos negras de 21 y 23 años… literalmente es imposible.

Irene: A mí me pareció de traca cuando nos llamaron burguesas por redes. Como dijo nuestra amiga Nao, "la ficción está fuera de control".

Hay un vídeo de Irene que se hizo viral en el que, a raíz de las críticas recibidas por el GoFundMe, dice, "Toda la gente que está hablando mierdas son todo blancos, sinceramente, me tendríais que dar dinero simplemente por existir yo y existir vosotros, porque os podría pedir dinero y os podría robar la casa sin que me dijerais nada". Háblame del concepto de reparación histórica y de si pasa, como parece que das a entender en el vídeo, por lo económico
Sheherezade: Resulta que ahora todos hacemos memes pero nadie sabe lo que es el sarcasmo. Cada uno reacciona como puede a la presión que es tener a un montón de gente encima de ti, yo tuve una crisis e Irene se lo tomó con más humor.

Irene: Cuando yo dije eso la gente interpretó que estaba diciendo que iba a robarles la casa de manera literal. Ese vídeo era en forma sarcástica, yo no voy a robarle la casa a nadie. Efectivamente, estaba hablando de forma irónica y burlona sobre la reparación, pero no, la reparación no es solo una cuestión económica, lo llevamos diciendo todo el rato. No es una cuestión de dinero, pero sí uno de los ejes del movimiento negro. En 1860, cuando se abolió la esclavitud a cada esclavista le dieron 300 dólares por esclavo liberado, como forma de reparación por el impacto económico que suponía perder esclavos. A los esclavos les dijeron que les darían 40 hectáreas de terreno y una burra y aparte de que eso no sucedió, ¿quién repara el haber sido propiedad durante generaciones? ¿No tiene eso impacto económico y social? 300 dólares en 1860 eran como 4.000 dólares en la época actual. Entonces las repercusiones siguen resonando en la gente negra a nivel global. Sí que se puede decir que es una cuestión afroamericana pero no lo es, porque la esclavitud ha existido en España y en sus colonias, ha existido en Europa y en muchos casos ha existido reparación histórica pero no hacia la gente negra. Y es una precariedad que llevas contigo de manera no ya solo generacional, sino ancestral. Hay repercusión social, ambiental, energética… pero el vídeo era en tono sarcástico, la gente no entendió la ironía de forma deliberada.

Sheherezade: El tema de la reparación es una cuestión con la que hay mucho debate dentro de la comunidad, pero se habla, se debate. Muchos conocidos no están de acuerdo con el tema de la reparación, pero cogen como personas civilizadas con capacidad hermenéutica y se escriben para debatirlo. Vamos a empezar a darle sentido y realidad al concepto de civilización, porque hablamos mucho de civilización y llamamos salvaje a diestro y siniestro, a cualquier persona que no viva en Europa, y luego mira lo que nos ha pasado. Te digo que en mi país una persona pone la mano para que le den un euro y no se le echan encima 1000 personas como nos ha ocurrido a nosotras.

Con este GoFundMe no estamos pretendiendo eliminar la precariedad, el miedo, la paranoia y las distintas violencias de nuestras vidas o las de la gente como nosotras. Estamos intentando navegar la necropolis, generar un pequeño error en la matrix y poder tener la vida que tanta gente tiene por defecto y que para nosotras y nuestra clase, la criminal, esta detrás de un muro contra el que no dejamos de chocarnos.

*La entrevista ha sido editada para mayor claridad

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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