Nochevieja Universitaria de Salamanca: el mayor botellón de España

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Nochevieja Universitaria de Salamanca: el mayor botellón de España

Esta tradición, que surgió de manera espontánea, es ahora una de las grandes fiestas organizadas al aire libre. Una juerga con 13 campanadas, en lugar de 12.

Para los que estudiamos en Salamanca hace tiempo, lo de la Nochevieja Univesitaria no era más que una fiesta, de las muchas que había en la ciudad. Una reunión de 20 o 30 estudiantes que, como el día 31 volvían a su casa, aprovechaban las campanadas de unos días antes para brindar. Y luego seguir como un jueves más de fiesta, como un jueves cualquiera. Con el paso del tiempo, la cosa creció, como crece un pastel en el horno, o más. Y ahora esa tradición estudiantil (como podían ser los tunos, pirarse de clase o falsificar el boletín de notas) es un FIESTÓN, así con mayúsuculas. Con Dj's, conciertos, 200 policias controlándolo todo, kilos de basura y unas 20.000 personas practicando el botellón colectivo y monumental, porque se celebra en el centro de la ciudad.

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Ya sabemos que Salamanca se ha convertido en una de las capitales del ocio nocturno y la juerga de nuestro país y, poco a poco, de Europa. David Merino fotografió las despedidas de soltero que allí se celebran y habló de un auténtico Disneyworld del desparrame. En el que no falta ni un detalle: ni stripper, ni barra libre, ni disfraces extravagantes, ni una buena resaca al día siguiente… De todo. Si durante el año las despedidas dejan dinero a la ciudad (y se convierten en una tradición poco querida por la gente de allí), la Nochevieja Univesitaria es ahora un fiestón tan grande, que se ha ido de las manos totalmente.

Un escenario gigante en la Plaza Mayor -con actuaciones y eso (sic)- todas las calles repletas de gente, grupos practicando el botellón en cada esquina, votimonas, kilos de basura, plástico, botellas a medio acabar y zombis caminando al ritmo de The Walking Dead hasta el momento en que la ciudad amanece. Y hoy nadie va a clase. Un botellón permitido, un verdadero lujo para los que participan, y poca ayuda para la imagen de la ciudad… Pero, es por lo que se ha apostado en Salamanca.