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Cultură

Cada vez hay más hombres mayores comportándose como adolescentes

Van a cumplir cuarenta, ya tienen hijos, pero siguen vistiéndose, actuando y haciendo cosas que son propias de los veinte.

¿Compraste dos meses antes la entrada para ver Star Wars? ¿Llevas zapatillas de deporte todos los días al trabajo? ¿Sigues leyendo cómics de superhéroes y fancines fotocopiados? ¿Te acabas de pillar la Play4? ¿Vas a conciertos de grupos de 18 años que hacen punk-rock? ¿No te pones traje ni para las bodas? ¿Tienes una lista en Spotify que pone "trap"? ¿Te has hecho ya tu segundo tatuaje?¿Has comenzado a practicar Muay-Thay? ¿Vistes a tu hijo como si fueras tú? ¿Has recuperado el tocadiscos de cuando eras adolescente de casa de tus padres? ¿Vas a montar este año un concierto en una sala cool? ¿Has comenzado a pinchar? ¿Qué es es piercing en la nariz que llevas desde hace 15 años? ¿Has posteado sobre la muerte de Lemmy y Bowie compartiendo vídeos que te parecían increíbles? Y, sobre todo, ¿ESTÁS A PUNTO DE CUMPLIR 40 PUTOS AÑOS?

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Es el complejo de Peter Pan pero elevado a una potencia mucho más superior. Lo normal es que con estos años tu ocio se reduzca a ir al parque con tu pequeño, tener un grupo de WhatsApp con tus amigos de la facultad o gente de la urbanización en la que vives (donde os mandáis fotos de chicas en pelotas, memes sobre Rajoy e imágenes del negro del pollón), ver el fútbol con los amigotes (previa autorización de tu chica), ir a comer el domingo a casa de tus suegros después de pasar toda la mañana buscando un nuevo chaquetón en un outlet, visitar una inauguración de la expo de esa amiga que hace fotos o salir con tu moto de gran cilindrada a creerte Peter Fonda en Easy Rider, cuando en realidad vas pisando huevos. Te acojona la velocidad y te adelantan hasta las bicis de motorcillo de Carmena.

Por ejemplo, llega Navidad y a los Reyes les pides ir a Coachella (al de verdad, al de los States), una tabla de longboard, un curso de cupcakes o una Vespa. A ver, nada de esto viene cargado en un camello de los que llegan desde Oriente (a los otros, tú sabrás lo que les pides), ni en la saca de Papa Noel. Los magos y el gordo del norte de Europa saben lo que te corresponde por edad. Una bufanda y un gorro (si tienes mucha suerte), colonia y after-shave de padre (no aromas juveniles) o pañuelos bordados con tus iniciales (que más que regalo, son una auténtica putada). Pon cara de agradecimiento, borra de tu mente la imagen tuya patinando como un loco junto a un grupo de chavales, con tu sudadera retro de los Raiders, y empieza a pensar cómo vas a poder ver la reunión de Guns'n Roses en streaming desde el desierto de California.

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Llevas gorra, a veces una parecida a la Samuel L. Jackson en Jackie Brown, te has dejado barba (te la arregla un barbero) y has descubierto que la ropa de segunda mano es la hostia. Hace unos años, pasabas por delante de esas tiendas que tienen el letrero de "Vintage" escrito a mano y pensabas que ahí solo entrarías con un Guardia Civil a cada lado. O si no, nada. Que eran un lugar donde solo se vestían chuchosflautas y tirados. Pues nada, aquí estás, con una chaquetilla de chandal roída y una chupa vaquera Levis una talla más grande de lo que te corresponde. "Dos auténticas gangas", no paras de repetir. Y te mola, porque te hacen sentir joven, tan joven como el chaval que las llevó a la tienda porque no tenía ni un duro. El dueño ya te conoce y te guarda polos Fred Perry (de tu talla, eso sí). Y eso es una cosa que te hace sentir realmente en la cima del mundo del anti-consumismo, porque tú en Primark solo te compras la ropa interior y los pantalones los llevas doblados por encima de los tobillos. Y eso no te queda bien.

Y seguimos con las compras, porque otra cosa que dices ahora es: "Wallapop mola mucho". En tu chat de colegones cuelgas pantallazos de vaciles que le haces a otros compradores -de cómo quedas como un gilipollas regateando no hay pistas- y de chollos que vas encontrando por ahí. Te has vuelto a comprar una Nintendo, tienes unas Converse Weapon de los Lakers de segunda mano "pero como si fueran nuevas" y también dos raquetas de squash que nos vas a usar en tu vida. Pero eso sí, que te quiten esos momentazos en los que quedas con gente que no conoces, te pruebas las zapatillas en medio de la calle, discutes sobre el precio y te acabas pegando un abrazote con el vendedor. Te sientes libre, haces lo que te da la gana, te escapas un rato de tu oficina (bueno, utilizas la hora de la comida, no vaya a ser que te pille el jefe) y, sobre todo, ya tienes una batallita que contar cuando vuelvas esta noche a tu hogar. Recuerda, eres padre, además de un espíritu loco que compra en Wallapop.

Música. Claro, tú siempre fuiste muy de música, de comprar CD's, ir a conciertos y leer revistas inglesas para enterarte de las novedades. Te gustaban los grupos de toda la vida, con los que creciste de adolescente, un poco de metal clásico, The Cure, Depeche Mode, Sonic Youth, la Velvet, algo de tecnho tipo Orbital o Aphex Twin, y mucho Jeff Buckey. Por supuesto, te enganchaste a la movida esa que se montó con Wilco y todo el country alternativo. Entonces, ¿por qué ahora vas a ir al concierto de Deafheaven si solo hacen ruidaco? ¿qué haces comprando casettes por internet, si no tienes reproductor? ¿por qué no zampas hamburguesas en vez de dar like a todo lo que saca en FB Burguer Records? ¿por qué te has gastado 300 pavos en un plato si tú tiraste a la basura tu viejo tocadiscos? ¿no te da vergüenza ir a bolos en casas ocupas? Así eres tú con cuarenta años en cuanto a gustos musicales. Perdiendo el tiempo viendo vídeos de Kinder Malo en YouTube. Lo tuyo son los conciertos de Refused o Vetusta Morla (mínimo a 40 pavos) en el Palacio de los Deportes.

Has dejado de salir a correr, porque crees que eso solo lo hace la gente mayor. Tienes el armario repleto de ropa de running, ropa cara, de marcas muy buenas, que fuiste comprando durante el par de años en que para ti correr era más importante que respirar. Coleccionas los dorsales de todas las medias maratones que has corrido, te quedaste con ganas de probar la carrera larga de Nueva York y, ahora, ¿qué vas a hacer con todo esto? A la basura. Porque ahora has decidido que la gracia, lo que te hace sentir bien, es darte de hostias con otro ser humano como tú. A ser posible más pequeño. Y por eso te apuntaste a boxeo, primero; luego a unas artes marciales raras en las que utilizabas un palo; y ahora estás probando con eso del Vale Tudo. Te aseguraron que era "un locurón", pero todavía no le ves la gracia. No te borras del gimnasio porque no quieres quedar mal con tus nuevos compañeros, mucho más jóvenes -y con menos barriguita- que tú.

Y terminamos con la política. Has votado a Podemos, eso está claro, y estuviste, aunque solo fuera de visita, como en la cárcel del Monopoly, en las acampadas del 15-M. En realidad lo que quieres es que pacten el PSOE y el PP y todo siga más o menos igual. Aunque eso no lo vas a confesar. Prefieres dar caña a Albert Rivera (es un blanco fácil), apoyar sinceramente a Manuela Carmena (algo que resulta todavía más fácil viendo a esta mujer) y en las próximas elecciones te has planteado sinceramente dejar de votar. Más que nada, porque has oído que es lo que van a hacer los jóvenes y TÚ te consideras uno de ellos. No tienes ni idea.