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Un actor de "Kids" está haciendo un documental sobre "Kids"

Hamilton Harris es el chico de Kids que le enseñó a todos los adolescentes que no vivían en la ciudad cómo liar un porro. También es el creador del próximo documental —The Kids— en el que relata las historias reales de los actores de la película.
Jamie Clifton
London, GB

Hamilton (derecha) con el fallecido Harold Hunter (centro) y el patinador profesional Jeff Pang, en la época en que se filmó Kids. Fotos por Gunar Elmuts.

Hamilton Harris es el chico de Kids que le enseñó a todos los adolescentes que no vivían en la ciudad cómo liar un porro. También es el creador del próximo documental —The Kids— en el que relata las historias reales de los actores de la película. Para los que no hayáis visto aún la producción en alguna reunión con colegas, es una historia de ficción que gira en torno a las drogas, el sexo, la juventud y el sida en la ciudad de Nueva York durante la década de los 1990, y está inspirada y protagonizada por un grupo de verdaderos skaters cuyas vidas no distaban mucho de la de los personajes que interpretaban.

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Es precisamente en esas diferencias en las que se inspiró Harris para hacer el documental. Aunque un par de los actores primerizos terminaron siendo portada de alguna revista, a varios de ellos no les gustó la forma en que quedaba retratado su grupo de amigos y muchos de ellos acabaron sintiéndose igual de marginados que antes a pesar de que los turistas les pedían autógrafos y fotos a las puertas de la recién inaugurada tienda Supreme. Llamé a Harris, que ahora vive en Holanda, para hablar sobre el legado que dejó Kids.

Harris (en el centro a la izquierda, con la camisa abierta) y otros chicos durante la grabación de Kids.

VICE: Hola, Hamilton. En el comunicado de prensa de tu película se habla de cómo creasteis vuestra propia realidad a medida que crecíais. En la reseña que escribió sobre Kids, Rogert Ebert habla de que esa realidad es un mundo donde "los adultos simplemente no existen". ¿Es correcto lo que afirma?

Hamilton Harris: No, en realidad no lo creo. Será porque faltan cuatro días para mi 40 cumpleaños. Sin embargo, me doy cuenta de que los límites entre la edad adulta y la niñez son confusos. Algunos niños pueden tener la misma madurez emocional que un adulto y viceversa.

¿Entonces cuál era la realidad?

Ah, pues era [risas]… A pesar de lo cruda que parecía, fue una experiencia divertida, aunque también muy dolorosa y traumática. Cuando te crías en los EUA —esto vale para todo el mundo, pero yo hablo de EUA por que es donde yo estaba en los años 90—, te enfrentas a cosas como el crack, el sida y el racismo. Hay mucha gente a la que no le gustan los demás porque son "diferentes" [risas]. ¡Puede ser gracioso, pero es real! Ese era nuestro entorno. Sin embargo, como éramos un grupo de personas de diferentes clases sociales, etnias y razas —aunque con las misma situaciones traumáticas en casa—, nuestra experiencia estaba por encima de la raza, la religión y de nuestra procedencia.

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Parece que patinar os ayudaba a superar las diferencias raciales y de procedencia.

Sí, definitivamente. Lo guay de patinar es que siempre estás en movimiento. Cuando estás sobre el patín, aunque estés con un grupo de amigos, no estás haciendo una actividad en equipo —nadie te va a ayudar a saltar un cubo de basura—, depende sólo de ti. Cuando te caes de culo, es tu culpa y te tienes que levantar tú solo. Te da un sentido de responsabilidad. Eres tu propio terapeuta, lo que resulta especialmente útil si vienes de un hogar desestructurado, ¿me explico? Patinar es una terapia.

En ese sentido es algo muy solitario. No obstante, parece que —en vuestro caso, al menos— os proporcionaba a todos una identidad colectiva.

Sí, es algo muy abstracto pero a la vez muy tangible. Es lo que capturó Larry en la película. No me importa cuánto hayan falseado la historia ¾como que pegáramos a unos gais y toda esa mierda¾, era la historia y la visión de Larry y así debería quedarse. Pero sí consiguió captar la esencia de la realidad en la que vivíamos, esa energía que, creo yo, era muy espiritual.

También fue un momento crucial para el patinaje en la calle. Los primeros días de Zoo York y Supreme y la primera ola de patinadores neoyorkinos que empezaron a hacerse profesionales.

Exacto. Kids llevó esa subcultura del patinaje a a la cultura pop. Kids volvió pop a Supreme, porque antes de que saliera la película, patinar en Nueva York estaba muy lejos de ser cool. Cuando creces en viviendas públicas en las que solo los negros, los puertorriqueños o quizá las familias blancas pobres vivían, no es cool ir en monopatín. Además, para nuestro grupo —en el que había latinos, indios, chinos, albanos, musulmanes, cristianos, ateos, alcohólicos, de todo— patinar era una forma de unir a la gente. Hubo otras personas que fueron testigos de esto y supieron valorarlo.

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Aparte de ti, ¿quién siguió patinando? ¿Harold Hunter, Justin Pierce, Javier Núñez?

Todos patinaban, fuera o no delante de las cámaras. Cuando pensamos en Kids, recordamos a Justin, a Harold e incluso a Leo Fitzpatrick patinando, al igual que Rosario [Dawson] y Chloë [Sevigny], lógicamente. Kids estaba basada en la cultura skate, pero ese lado no se retrató en la película, porque la historia no iba sobre patinar ni sobre los chicos que inspiraron a Larry.

Las escenas de Harris y Justin Pierce en la recopilación de Zoo York (1997)

¿Y cómo terminó eso?

Después de la película, aquellos que no aparecieron en ella —pero que eran parte del grupo— estaban molestos con esta invasión de nuestras vidas privadas y con los que estaban ganando dinero con ella, mientras que nosotros seguíamos luchando, muriéndonos de hambre e intentando encontrar nuestro camino en la vida, solos. No estoy diciendo que los realizadores nos hubieran perjudicado, porque los que salíamos en la película lo habíamos decidido. Siempre fue un caos, tanto antes como después del lanzamiento de la película. Pasamos de estar en esta pequeña subcultura y de lidiar con situaciones difíciles en una ciudad que no duerme, a formar parte de esta nueva cultura pop, con todo el desorden y el trastorno que esto implica. Es un tema muy delicado, hay muchos resentimientos. Para mí, este documental es como un deber, ¿sabes? Tuve que reflexionar mucho para llegar al punto de conceder esta entrevista, 20 años después.

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¿Qué fue lo que provocó que decidieras continuar con el proyecto?

Todo empezó en el año 2006, unos meses antes de que Harold muriera. En esa época, mucha gente estaba haciendo todo tipo de documentales y libros de cómo habíamos crecido, lo cual estaba muy bien, pero no fue nadie del grupo quien lo dijo. Todos seguíamos enfrentándonos a nuestros de traumas mentales y emocionales, y luego muere Harold y todos pensamos: ¿Estás de broma? Pero la idea de hacer algo seguía en mi cabeza. Después se lo comenté a uno de los productores —también escritor, dramaturgo y actor, Peter Welch— en el tiempo que estuve trabajando en un restaurante a dos manzanas del vecindario de Rosario y de Harold. Esto pasó en 2008, después de años de dudar y tener miedo de hablar sobre esta responsabilidad. Fue entonces cuando en verdad comencé a trabajar.

¿Porque aún había cosas de las que no querías hablar?

Exactamente. Aún tengo conflictos conmigo mismo. En 2010 grabamos unas secuencias con Tobin Yelland, uno de los mejores fotógrafos y camarógrafos de skate, de lo mejor en este mundillo. Después hablé con Chloë sobre esto, así que grabamos unas entrevistas con ella y con otros patinadores, pero aún no teníamos todo planeado. Peter me dijo: "Oye, Ham, el único que puede escribir esta historia —darle un mensaje y un propósito— eres tú". Y yo pensé: "Mierda, ahora ya no puedo echarme atrás".

Harold Hunter

Ya veo.

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En 2013, la escritora e intérprete Caroline Rothstein —quien también es productora de la película y que escribió este artículo [sobre el legado de Kids]— se integró en el equipo. Después le siguió Jessica Forsyth, miembro de la Fundación Harold Hunter y hermanastra de Harold, y luego Peter Bici, un patinador neoyorkino, que ahora es bombero. Peter se involucró en el proyecto hace como mes y medio porque necesitaba a alguien con quien hubiera crecido en la escena skate de Nueva York y que también hubiera vivido una evolución, alguien con quien hubiera compartido los momentos buenos y los increíblemente malos. Eso no le quita nada a nadie, ni sus experiencias, claro.

Leí ese artículo. Hay una frase en la que hablas sobre cómo Kids le dio a los patinadores esta imagen cool y sucia, pero que las circunstancias detrás de esa imagen nunca se trataron. ¿Es algo que vas a tratar en tu documental?

Tenemos que hacerlo porque es ahí de donde nace la esencia y la energía, de la lucha interna. Si no hablamos de esta lucha, entonces la historia dentro del documental no tiene sentido. La evolución hasta este momento no tendría ningún sentido.

Estoy de acuerdo. También participa Larry Clark, ¿cierto?

Sí, fui a verlo en abril a Nueva York y guau, la conversación que tuvimos fue como volver al principio. Pude hablar libremente de los resentimientos que tenía en el pasado, al igual que los demás.

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El fallecido Justin Pierce (a la izquierda, detrás) y otros en el rodaje de Kids.

¿Resentimientos de cómo se retrató en Kids a tu grupo de amigos?

De cómo nos retrataron, de que muchos ganaron dinero gracias a nosotros… y lo digo con total libertad. Luego Larry me empieza a contar cosas y yo pienso: "Vaya, me está diciendo cosas que se llevaría con él a la tumba". Tengo que contarte esto porque es divertido, la verdad. Ya no fumo hierba, ¿sabes? Pero una vez que estaba de regreso en Nueva York, tenía un dolor de muelas muy fuerte, y un amigo me dijo: "¡Te voy a dar un poco de hierba!" Y yo le respondí: "A la mierda, prefiero fumar hierba que tomarme un Percocet".

Bien, medicina natural.

Medicinal, simplemente. Entonces, mientras estaba en casa de Larry mi dolor de muelas empeoró. Traía un poco de hierba. Le dije: "Larry, tengo un puto dolor de muelas que está empeorando, así que voy a fumar un poco". Estaba sentado frente a su ventana, fumando y charlando con él, en ese momento en que estás fumado pero a la vez eres consciente de todo a tu alrededor.

Sí, sé a qué te refieres.
Y, hombre, estar sentado con Larry y que él me hablara con tanta sinceridad, a mí, que le enseñé al mundo cómo liar un porro en mi ópera prima, y después de conocerlo durante casi 23 años, fue como volver al principio. En ese momento fue cuando supe que era hora de hacer esta película. Es hora de compartir una visión más profunda del grupo dentro de la subcultura de esta película, que tuvo mucho impacto en esa época en particular. Es hora de mostrar cómo lo que vivimos en nuestra historia colectiva no solo afectó, sino que dio forma a una gran parte de la sociedad que conocemos ahora.

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