No existe nada mejor que ver animales recién nacidos explorar el mundo que les rodea. Es imposible no caer hipnotizado viéndolos cavar, saltar, oler, caerse, y observando esos ojos más grandes que sus cabezas. Ya os podéis imaginar cómo nos pusimos al conocer a unos bebés de leopardo de las nieves en Alemania -eran como gatitos hasta el culo de esteroides con la adorabilidad aumentada al 100%. A estos peludos rechonchitos les encanta ir en busca de aventuras en el patio del zoo de Magdeburgo, y ni siquiera su madre puede detener sus ganas de curiosear. Les vimos regatear con una pelota de fútbol y meter sus patas peluditas en el agua, y hacerse pis en el suelo de la enfermería (incluso eso fue mono). Además, son la mascota oficial de la asociación de Girl Scouts de Kirguistán. ¡Apostamos que les gustan sus galletas!