Artículo publicado por VICE México.
Los traumas infantiles son esas pequeñas cosas que, sin advertirlo, forjan el camino hacia el resto de nuestras vidas. Si en algún momento tus padres — historia personal— te hicieron algo innecesariamente brusco, como hacer que comieras tu propio vómito como castigo, te tengo una noticia: no podrás comer nada con cebolla cruda en tu vida.
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Como podemos ver, estos pequeños sucesos desagradables, terminan por fijar las más extrañas minucias de nuestro desarrollo personal y social, creando en nosotros comportamientos y/o preferencias que muchas veces no podemos rastrear hasta nuestro inconsciente.
En el lado amable, es posible decir con certeza que todos, absolutamente todos y cada uno de nosotros, vivimos alguna experiencia dolorosa, humillante o triste que pasaría a nuestra historia personal como un punto referente de nuestra biografía. Todos tenemos traumas y problemas enraizados en experiencias infantiles que, probablemente, resultarán en comportamientos antisociales que nos joderán de adultos y ¿qué mejor manera de superarlos o celebrarlos conociendo los de los demás?
“Comí una torta, tenía demasiada mayonesa”. — Juan Pablo, 25 años
“Vi a mi vecino practicando zoofilia”. — Leonardo, 30 años
“Comí únicamente manzana durante un viaje”. — Óscar, 46 años.
“Casi me ahogo en un río”. — Paulina, 27 años.
“Mi hermano me perseguía con pescados”. — Mónica, 22 años.
“Tía dramática quería suicidarse cada Navidad”. — Melissa, 25 años.
“Vomité y me dieron una cucharada”. — Sergio, 25 años.
“Ver el video de la morsa”. — Fer, 19 años.
“Caí de la cama y convulsioné”. — Rosario, 19 años.
“Las lagartijas entran por orificios corporales”. — Luty, 45 años.
“Sonámbula tiré mi ropa del clóset”. — Ariela, 23 años.
“Me hice popó en la escuela”. — Uriel, 27 años.
“¡Me daban licuado de mamá Antonia!”. — Caro, 34 años.
“Enterré una varilla en mi frente”. — Itzel, 26 años.
“Comí Doritos y vomité 5 veces”. — Victoria, 19 años.
“Caí de árbol, aún tengo acrofobia”. — Fernaura, 19 años.
“Me senté en un asiento vomitado”. — Dev, 22 años.
“Mi tía se disfrazó de sayayín”. — Noé, 29 años.
“Mis calzones cayeron a media avenida”. — Nohemí, 22 años.
“Casi me ahogo con queso Oaxaca”. — Diana, 25 años.
Sergio extrapola todos sus traumas infantiles en Instagram.