Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
El pasado noviembre, un adolescente de Texas se subió al borde de un puente para tomarse una selfie frente al horizonte de Dallas, y terminó sufriendo una caída aterradora que casi lo mata, informa KTVT, afiliada de CBS.
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Después de un partido de hockey de los Dallas Stars el invierno pasado, Triston Bailey, de 18 años, y sus amigos decidieron escaparse al Puente Margaret McDermott para tomar algunas fotos, porque eso es lo hacen los jóvenes hoy en día, supongo.
“Hay [selfies peligrosas] circulando en todas las redes sociales”, dijo Bailey en una conferencia de prensa, según KTVT. “En Instagram y Facebook, hay gente con cámaras geniales. Queríamos tener nuestra foto”.
Lo siguiente que Bailey recuerda es despertarse en el hospital, dijo.
“Dicen que nos detuvimos al lado del puente para tomar algunas fotos y que yo me salte las barreras de concreto”, continuó. “Me oyeron gritar y pensaron que estaba bromeando”.
Pero desgraciadamente, no estaba bromeando. El adolescente se resbaló y se cayó de 15 malditos metros directamente al suelo mientras sus amigos horrorizados observaban desde arriba. “Me rompí la pelvis, me fracturé una costilla, y me perforé un pulmón”, dijo Bailey. “Me destrocé la cara, y tenía laceraciones en mi bazo”.
Según informes, el hombre golpeó el suelo con tanta fuerza que dejó una marca, pero de alguna manera, Bailey sobrevivió a la caída. Si hubiera aterrizado de otra forma, podría haber quedado paralítico o muerto.
“Es increíble que no se rompiera el cuello”, le dijo a KTVT J Darryl Amos, médico del Methodist Dallas Hospital. “Es increíble que no haya quedado parapléjico, o que no se haya roto el cuello. Es un milagro”.
Milagro o no, Bailey sigue muy delicado. Ha pasado los últimos cuatro meses recuperándose de sus lesiones, pero, afortunadamente, está en camino de recuperarse por completo.
“Podría haber muerto fácilmente esa noche”, dijo.
No está claro si Bailey logró tomarse la selfie, pero al menos el tipo tuvo la suerte de sobrevivir. No debería hacer falta decirlo pero: deja de tomarte selfies en edificios, trenes o con tiburones.