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El artículo sobre el cambio climático tan deprimente que está mandando a la gente a terapia

Naučni rad o klimatskim promenama

Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.

¿Qué pasaría si te dijera que hay un artículo sobre el cambio climático que es tan excepcionalmente catastrófico, que transforma tanto las perspectivas y tan absolutamente deprimente que envió a las personas a grupos de apoyo y los animó a renunciar a sus trabajos y mudarse al campo?

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Buenas noticias: sí existe. Se llama “Adaptación Profunda: un mapa para navegar por la tragedia climática“. Lo conocí gracias a una fuente insólita – un chico que antiguamente trabajaba en publicidad quien había dejado su trabajo para convertirse en un activista medioambiental de tiempo completo. “Estamos jodidos”, me dijo. “El cambio climático va a jodernos a todos. Recuerdo pensar, ‘¿Debería simplemente aceptar el artículo de adaptación profunda y mudarme al campo escocés y esperar el apocalipsis?’”

“Adaptación Profunda” es bastante distinto a cualquier otro artículo académico. Está el lenguaje (“Estamos a punto de jugar a la ruleta rusa con toda la raza humana, con dos balas ya cargadas”). Están los destellos de humor negro (“Solo estaba bromeando en parte antes cuando me cuestioné el porqué de escribir este artículo”). Pero sobre todo, están las crudas conclusiones que traza sobre el futuro. Principalmente, que es demasiado tarde para impedir que el cambio climático devaste nuestro mundo – y que “el colapso societal inducido por el clima ahora es inevitable en el futuro cercano”.

¿Qué tan cercano? Más o menos una década.

El profesor Jem Bendell, un académico de sostenibilidad en la Universidad de Cumbria, escribió el artículo después de tomarse un sabático a finales de 2017 para revisar y comprender lo último en ciencia climática “de forma apropiada – nunca más sentado a un costado”, como me lo explica por teléfono.

Lo que encontró lo aterrorizó. “La evidencia ante nosotros sugiere que nos enfrentamos a niveles incontrolables y disruptivos de cambio climático, que traen hambruna, destrucción, migración, enfermedades y guerras”, escribe en el artículo. “Nuestras normas de comportamiento – que llamamos nuestra ‘civilización’ – también podrían degradarse”.

“Es momento”, agrega, “de que consideremos las implicaciones de que sea demasiado tarde para evitar una catástrofe medioambiental en las vidas de las personas que viven hoy”.

Incluso una imbécil como yo conoce algo de la evidencia que utiliza Bendell para probar su punto. Uno solo necesitaba salir durante la ola de calor sin precedentes del año pasado para reconocer que 17 de los 18 años más calientes del planeta han ocurrido desde el 2000. Los científicos ya creen que estamos cerca de llegar a un Ártico si hielo, lo que tan solo acelerará el calentamiento global. En 2017, incluso Fox News reportó las advertencias de los científicos de que la sexta extinción masiva de la Tierra estaba en progreso.

Erik Buitenhuis, un investigador principal en el Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático, me dice que las conclusiones de Bendell pueden sonar extremas, pero coincide con la valoración general del artículo. “Creo que el colapso societal sí es inevitable”, dice, aunque agrega que “es probable que el proceso demore décadas o siglos”.

Lo importante, dice Buitenhuis, es darse cuenta de que los efectos negativos del cambio climático ya nos han acompañado por algún tiempo: “el deterioro gradual posterior se ve mucho más probable para mí que un desastre dentro de los próximos diez años que será lo suficientemente grande que, después de él, todo el mundo estará de acuerdo con que el status quo está condenado”.

“El artículo de Jem está sobre todo bien investigado y soportado por ciencia climática relativamente tradicional”, dice el profesor Rupert Read, presidente del grupo de expertos de Green House y un académico de filosofía en la Universidad de East Anglia. “Es por eso que estoy de acuerdo con él en los puntos fundamentales. Y cada vez más y más personas también lo están”.

El desacuerdo clave de Read con Bendell está en su creencia de que todavía tenemos tiempo de raptar una victoria de las garras de la derrota, al decir, “creo que es arrogante pensar que conocemos el futuro”. Pero eso no significa que la premisa de Bendell sea incorrecta: “de la forma en que yo lo veo, la adaptación profunda es un seguro contra la posibilidad – o más bien, la probabilidad – de algún tipo de colapso”, dice Read. “‘Adaptación Profunda’ está diciendo, ‘¿Qué necesitamos hacer si el colapso es algo que necesitamos para planear de manera realista?’”

Cuando hablo con Bendell, me dice que considera a “Adaptación Profunda” un esquema más ético y filosófico, que una profecía sobre el futuro del planeta. “Entre más nos neguemos a hablar sobre el cambio climático como algo que ya está aquí y que está arruinando nuestra forma de vida – porque no queremos pensar de esa manera, porque es demasiado aterrador o porque de alguna manera va a desmotivar a las personas – menos tiempo tenemos para reducir los daños”, dice con deliberación.

¿A qué se refiere con daños? “La hambruna es el primero”, responde, refiriéndose al descenso en las cosechas de granos en Europa en 2018 a causa de una sequía que provocó que la Unión Europea cosechara 6 millones de toneladas menos de trigo. “En la actualidad de la comunidad científica, lo adecuado es decir que el 2018 fue una anomalía. Sin embargo, si uno observa lo que ha estado pasando durante los últimos años, no es una anomalía. Existe una posibilidad de que 2018 sea el nuevo mejor caso de todos”.

Eso significa que, desde la perspectiva de Bendell, los gobiernos necesitan empezar a planear respuestas de emergencia para el cambio climático, incluyendo la cosecha y almacenamiento de comida.

Incluso limita menos sus palabras en su artículo: “cuando digo hambruna, destrucción, migración, enfermedades y guerra, me refiero a tu propia vida. Con los cortes de energía, pronto no tendrás agua saliendo de tu grifo. Dependerás de tus vecinos para obtener comida y algo de calor. Te volverás desnutrido. No sabrás si quedarte o irte. Vas a tener miedo de ser asesinado violentamente antes de morir de hambre”.

¿Deberían las personas empezar a construir refugios y a comprar chalecos antibalas” “No hay forma de sobrevivir a esto a menos de que lo intentemos juntos”, dice. “Necesitamos ayudar a las personas a que se mantengan alimentadas e hidratadas donde ya viven para reducir la alteración y reducir los disturbios civiles lo que más podamos”. De los financieros de Silicon Valley preparándose para el apocalipsis en Nueva Zelanda, dice: “una vez el dinero no importe más y los guardias armados estén intentando alimentar a sus hijos hambrientos, ¿qué crees que harán? Los multimillonarios que están haciendo eso simplemente se engañan”.


Bendell no siempre fue así de sombrío sobre el estado del mundo. Una vez trabajó para la WWF, una de las caridades medioambientales más grandes del mundo, y en 2012 fundó el Instituto para el Liderazgo y la Sostenibilidad (IFLAS por sus siglas en inglés) en la Universidad de Cumbria. El Foro Económico Mundial lo nombró un Líder Joven Global por su trabajo. Entonces, ¿cómo terminó escribiendo un artículo que determinó que la civilización – y la sostenibilidad medioambiental como la entendemos actualmente – está condenada?

“Desde los 15 años he sido un ambientalista”, me dice. “He entregado mi vida profesional y personalmente. Soy un workaholic, y todo se trataba de la sostenibilidad”. Sin embargo, una vez se sentó con los datos, se dio cuenta de que su campo se estaba volviendo rápidamente irrelevante frente a la próxima catástrofe climática. “Significaría no estar súper emocionado sobre la expansión del programa de reciclaje de uno en una gran multinacional”, dice. “Es un paradigma completamente diferente de lo que deberíamos estar observando”.

Lo que no esperaba era que el artículo fuera subido a Internet. “Apuntaba a esas personas de mi comunidad profesional y a la razón por la que están en negación”, dice. “Cuando lo saqué, no esperaba que chicos de 15 años en escuelas de Indonesia lo estuvieran leyendo con sus profesores”. Dice que “Adaptación Profunda” ha sido descargado más de 110.000 veces desde que fue publicado por el IFLAS como un artículo ocasional. “Alguien del grupo de las economías alternativas y la bitcoin me dijo, ‘Oh, todo el mundo está hablando de adaptación profunda en Londres en cenas y fiestas’”, se ríe.

Investigadores del Instituto para la Investigación de Políticas Públicas (IPPR por sus siglas en inglés), un grupo de expertos establecido y progresivo consultó el artículo de Bendell durante el proceso de escritura de su nuevo informe, “Esto es una crisis: enfrentando la era del colapso medioambiental“. Laurie Laybourn-Langton, su autor principal, me dijo vía correo electrónico: “aprecié la franqueza del artículo para enfrentar los problemas que muchos en la investigación y en las comunidades políticas parecen incapaces de enfrentar. Sin embargo, no nos suscribimos a la idea de que el colapso social es inevitable”.

Explica: “Esto solo aplica en parte porque es muy difícil predecir los resultados del complejo e incierto proceso de las perturbaciones ambientales interactuando con los sistemas sociales y económicos. Simplemente no lo sabemos. Dicho eso, no deberían descartarse como un resultado potencial, así que estamos pidiendo niveles de preparación más grandes para estas perturbaciones”.

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El efecto de las sequías en vacas de Etiopía. Foto: TheImage / Alamy Stock Photo

No todo el mundo admiró el artículo. Bendell lo presentó a una revista académica muy respetada para que fuera publicado, con poco éxito. La Revista de Contabilidad, Gestión y Políticas de Sostenibilidad (SAMPJ por sus siglas en inglés) me dijo que el documento necesitaba “revisiones importantes” antes de que estuviera listo para su publicación. Bendell terminó publicándolo a través del IFLAS y su blog. “El proceso académico es tal que tomé eso como un rechazo efectivo”, explica, diciendo que quienes revisaban querían que alterara sus conclusiones fundamentalmente. “No podría reescribir por completo el artículo para decir que no creo que el colapso es inevitable. Estaban pidiendo un artículo diferente”.

Emerald, la editorial académica que está a cargo de SAMPJ, dice que tiene problema con la forma en que Bendell enmarca la recepción de su artículo en su blog: “el estudio sobre el colapso que ellos creían que no debías leer – aún”. Un portavoz me dijo: “se llegó a la decisión con base en el mérito del artículo publicado y por el proceso de revisión de pares doble ciego integral a la academia y al avance del conocimiento. SAMPJ, y [la editora Carol Adams] son miembros orgullosos del Comité de Ética para las Publicaciones (COPE por sus siglas en inglés) y se adhieren a los estándares éticos más altos en las publicaciones. No vemos evidencia de que la decisión de las revisiones importantes fuera motivada políticamente.

“Emerald le solicitó al autor corregir su publicación en su blog para meditar sobre los hechos. Desafortunadamente, esta solicitud fue ignorada. La publicación sigue insinuando que el artículo fue rechazado porque ser considerado demasiado controversial. El artículo no fue rechazado, y se solicitó una mejor revisión a causa de los estándares rigorosos de la producción académica de la revista”.

Bendell dice que sí respondió la solicitud de Emerald de modificar su publicación de blog – pero solo si reconsideraban contarle las decisiones de quienes revisaron su artículo. (Bajo la revisión de pares doble ciego, las decisiones de los examinadores son anónimas). “Ese título puede ser leído de muchas maneras”, dice. “Es un artículo que los examinadores no querían que uno leyera. No lo querían publicado”.

El pesimismo y la fatalidad por el clima no son algo nuevo – los doomsday preppers (personas que se preparan en exceso para situaciones apocalípticas) han estado acumulando sus raciones alimenticias congeladas por décadas. Pero el artículo de Bendell parece haber tenido tocado un nervio importante, especialmente teniendo en cuenta que se estima que un artículo científico promedio es leído solo por tres personas más o menos. Rupert Read me dice que se lo enviaron simultáneamente otros tres académicos cuando fue publicado. Pero no ha sido tendencia en Twitter. No ha sido difundido por ninguna celebridad. Fue brevemente mencionado en un artículo de Bloomberg Businessweek, pero eso ha sido todo.

“Adaptación Profunda” es ese fenómeno social único: un artículo académico que se ha vuelto viral boca a boca.

Un activista ambiental le recomendó el artículo a Nathan Savelli, un instructor de vida de 31 años en una escuela secundaria de Hamilton, Canadá. Leerlo lo envió en espiral hacia la depresión. “Supongo que de alguna manera se sintió como si me hubieran diagnosticado con una enfermedad terminal”, me dice. “Si soy honesto, fue una mezcla de tristeza desgarradora y furia extrema”.

Savelli se sintió tan mal que buscó ayuda en un grupo climático de apoyo organizado por 350.org, el movimiento global comunitario del clima. “Había asistido a terapia antes por otro problemas, pero nunca a una sesión grupal, y creí que podía ser algo provechoso para mí”, me dice ¿Ayudó? “No estoy seguro de decir que alivió mi pena, pero definitivamente fue reconfortante estar cerca a personas que entendían lo que estaba sintiendo”

Y allí yace el problema con “Adaptación Profunda”: si uno acepta que el artículo es completamente acertado en cuanto a su predicción del colapso, ¿cómo sigue con su vida? ¿Cómo siquiera se levanta de la cama por la mañana?

“Soy consciente de las emociones complejas que desata”, reconoce Bendell. “Sí creo que si uno se cruza con este [artículo], entonces es completamente natural que exista algo de pena y desolación ¿Por qué no está bien eso? Todos morimos al final. La vida se trata de impermanencia”. En su blog, enumera múltiples fuentes para obtener apoyo psicológico, incluyendo varios grupos en Facebook y en Linkedln que discuten el colapso y ofrecen ayuda para quienes luchan por afrontar las conclusiones de su artículo.

Pero, agrega Bendell, leer el artículo ha sido “transformador” para algunos. “Las personas encuentran una nueva audacia en vivir la vida bajo sus propios términos – conectándose verdaderamente al deseo de su corazón ¿Cómo desean vivir, y por qué no viven así ahora en lugar de posponerlo?”

En un caso, incluso ayudó a impulsar a una académica de alto rango a renunciar a su trabajo y a la ciudad. En diciembre de 2017, la Dra. Alison Green abandonó su puesto como la pro vice-canciller de la Universidad Arden. Había leído el informe del IPCC que advertía que el mundo no está ni cerca de prevenir los incrementos en la temperatura global, y también leyó las 1.656 páginas de la Evaluación Nacional del Clima sobre cómo el cambio climático ahora está afectando dramáticamente nuestras vidas – y luego leyó el artículo de Bendell.

Los tres se combinaron para ponerla en el camino hacia un cambio de vida drástico. “Mi deseo es salir de la academia y salir de la ciudad. Le digo a la gente que me dirijo a las colinas”, me dice por teléfono. “Mi plan es conseguir una pequeña propiedad y vivir más cerca de la naturaleza”.

Leer el artículo, dice, ayudó a cristalizar su creciente inquietud sobre el ritmo y la escala del cambio climático. “Lo que realmente me sorprendió de este artículo es que un científico social estaba diciendo – no solo por su extravagante margen, este es un profesor de una institución establecida, con un historial – diciendo que creía que el colapso era inevitable”.

“Eso”, agrega, “tuvo un profundo efecto en mí”.

Ella no es la única. El propio Bendell dice que todavía está averiguando cuánto puede conciliar su trabajo como académico con sus nuevas conclusiones sobre el estado del futuro.

“Creo que la razón por la que mi encuadre y mi artículo despegaron es que quizás sea la primera vez que un científico social dice estas cosas de manera categórica”, dice. “Aparentemente estamos en negación. Es hora de romper ese tabú y tener conversaciones serias sobre lo que hacemos ahora”.

@misszing