Artículo publicado originalmente por VICE Canada.
Dentro de la sala principal, cuelgan distintos tipos de látigos de las paredes. Hay esposas de cuero que cuelgan del techo y una gran cruz de San Andrés en la esquina. Otras habitaciones están decoradas con temas diversos: un consultorio médico con sujetadores y equipo para terapia intravenosa; un salón de clases con un escritorio muy pequeño y un pizarrón enorme; hay una habitación llena de espejos, adornada con sillas de castigos sadomasoquistas y un sofá victoriano. A principios de esta semana, me senté en un sillón frente a las dominatrices Lady Pim, Red Diamond y la dueña/directora del Ritual Chamber, Shahrazad. Aunque el sadomasoquismo, realmente, no es lo mío. Si tuviera que definir mi mayor fetiche, diría que me gusta que la gente sea amable conmigo. Aún así, conversar sobre el tema me parece infinitamente fascinantes. Ese día, fui ahí para aprender sobre la sumisión efectiva.
Videos by VICE
“Una persona no debe comenzar por etiquetarse como sumisa. Recomendaría que comenzara por tener experiencias diversas”, dijo Shahrazad. El tono de la directora fue paciente y amable, en contraste con su rudo atuendo de medias y uniforme militar. Daba la impresión de ser benevolente pero sin perder autoridad. Al igual que la directora de una escuela primaria, si la directora de una primaria conociera también la técnica adecuada y segura para la tortura de testículos. Mientras ella hablaba, Lady Pim y Red Diamond asentían solidariamente. “Exponerte poco a poco al tipo de juego que te causa curiosidad te permite decidir qué tipo de sumiso, dominante o ambivalente eres. O si siquiera eres alguna de esas cosas. La mejor manera de averiguarlo siempre es acercarte, hacer preguntas a las personas en las que confías y descubrir lo que es más conviene para ti”.
Aunque las representaciones de las dominatrices en los medios de comunicación se limitan principalmente a mujeres vestidas de cuero que torturan a hombres de negocios amordazados, las relaciones BDSM reales, tanto profesionales como personales, tienen más matices. A lo largo de nuestra conversación Pim, Red Diamond y Shahrazad me expusieron algunas de las complejidades involucradas en el trabajo, hablándome con humor, compasión y honestidad brutal acerca de los sumisos. En el transcurso de la hora que duró nuestra conversación, me compartieron su conocimiento y las mejores prácticas para renunciar al poder, así como los extremos actos de comunicación necesarios para aprovechar al máximo tus experiencias.
Explora cómo te gustaría ser dominado
Antes de intentar cualquier cosa, es mejor obtener una comprensión clara de lo que te excita sobre la perspectiva de la dominación y las escenas que te gustaría explorar. Eso puede suceder leyendo sobre esta cultura, tomando un taller o escuchando un podcast. La tarea rara vez parece sexy, pero el conocimiento y la información te permiten introducirte fácilmente en el BDSM sin perder la cabeza.
“Somos facilitadoras de fantasías psicoeróticas”, dijo Shahrazad. “La comprensión de la mayoría de la gente sobre el sexo es muy limitada. Nuestras fantasías eróticas a veces son sexuales, otras psicológicas y otras físicas. Puede ser una experiencia sensual o visceral. Puede ser una experiencia espiritual, en términos de adoración, o incluso de trascendencia del yo. La gente viene aquí por todo tipo de razones. Lo común es una situación erótica que involucra poder”.
Durante nuestra conversación, las dominatrices describieron decenas de escenarios. Algunas personas quieren ser momificadas. Otras desean ser azotadas y recibir castigos corporales. Para algunos, dominar es reverenciar, cumplir las órdenes de alguien a quien han puesto en una posición de poder absoluto. Hay juegos psicológicos que involucran cambios de edad, fetiches extraterrestres con huevos de silicón, se puede usar cera y cuerdas. Si tienes una fantasía, siempre es posible discutirla y explorarla con la dominatriz adecuada.
Sé vocal y específico al negociar tus deseos
Por definición, las personas sumisas permiten que otra persona tome las riendas, pero eso no significa que deba ser una experiencia unilateral. Las mejores escenas son excepcionalmente placenteras para todas las partes involucradas, ya se trate de un estilo de vida o de un contexto profesional. Antes de que empiecen las cosas, debe haber una negociación sobre las fantasías que cada parte quiere explorar, lo que está permitido/prohibido durante el juego, las fobias/alergias, los niveles de experiencia y el tono de la sesión. Ser lo más específico posible, o hablar de las cosas que te excitan o no si tienes dudas, permite a todos aprovechar el juego al máximo.
“Cuando entras en una escena o sesión con alguien, el espectro de las cosas que pueden suceder es muy grande”, dijo Red Diamond. “Como profesionales, tenemos un millón de juguetes. Podemos hacerte muchas cosas. Pero se vuelve realmente difícil cuando no nos permites saber lo que realmente deseas”.
Conoce tus limitaciones, lo que estás dispuesto a tolerar, y entiende que siempre puedes decir que no
El BDSM involucra conversaciones radicales sobre el consentimiento. En la negociación previa a cualquier escena se debe discutir qué es aceptable y qué no. Sin embargo, aceptar algo cuando es hipotético puede ser muy diferente a aceptarlo cuando ya está sucediendo en la realidad. El hecho de que estés haciendo el papel de sumiso no significa que, bajo ninguna circunstancia, tengas que seguir adelante con algo que no quieres.
“Enfrentamos las cosas que la mayoría de las veces las personas asocian con peligro o miedo. Es posible que enfrentar esas cosas sea bueno y ayude a abrir la mente. Puede ser importante, incluso si en un nivel superficial no parece ser así”, dijo Lady Pim. “Aunque nuestros juegos puedan parecer violentos no tienen nada que ver con el enojo o el abuso… puede parecer que hay una violación del consentimiento o que, incluso, hay violencia, pero en realidad se trata de gente en un espacio incondicional para ser ella misma”.
Una buena dominatriz profesional siempre tendrá en mente los intereses de sus sumisos. Tendrá la capacitación adecuada para lidiar con emociones y detonantes inesperados, pero incluso en ese contexto, es importante que abogues por ti mismo, por tus gustos y por tu seguridad.
Verifica que todo esté bien continuamente y comunícate
¿Estás obteniendo lo que quieres de tu experiencia BDSM? ¿Es demasiado doloroso? ¿No es suficientemente doloroso? ¿Sucede algo que no esperabas? ¿Cómo te sientes al respecto? Todas estas son cosas que vale la pena verificar durante tu sesión. Comunicar estas ideas y preguntas no tiene que sacarte del contexto de la escena. Si tu dominatriz es una médico traviesa, como su paciente puedes pedirle que golpee más fuerte. Preguntar sobre el consentimiento nunca mata la pasión, pero para obtener los mejores resultados, es mejor hacerlo de manera que se adapte al contexto del mundo que han creado.
“Hubo una persona a la que tenía atada. Durante la negociación previa, había expresado interés en, tal vez, experimentar con la vara de electroestimulación, que es una forma bastante segura de experimentar descargas eléctricas. Durante la escena, le dije que realmente me excitaría verle retorcerse como resultado de las descargas en su cuerpo”.
Lady Pim, Red Diamond y Shahrazad ofrecen muchos ultimátums: preguntas que se responden con un simple “sí”/”no” y le dan al sumiso la oportunidad de vetar algo en el momento sin perder la fluidez de la escena. Como sumiso, también puedes ofrecer tus propias formas de comunicación verbal, o discutir el uso de otras señales en caso de que tengas algo en la boca.
Por favor, no confundas a tu dominatriz con tu terapeuta
Ser sumiso puede ser divertido, lúdico y extremadamente benéfico para el bienestar de algunas personas. Ser sumiso también puede ser una intensa experiencia emocional. Cuando te involucras en la práctica del BDSM, es importante que tengas consciencia de tu salud mental y que, de ninguna manera, la sumisión funcione como reemplazo de un profesional de la salud mental.
“Es un tipo de trabajo muy cuidadoso el que hacemos”, dijo Lady Pim. “Ver a una dominatriz puede ser una gran exploración de tus traumas pasados. Definitivamente puede ayudarte a entender tus problemas. Pero, de ninguna manera, es un reemplazo de la terapia real”.
“No hay una relación significativa entre la salud mental y el BDSM, más allá del hecho de que cuando estás trabajando en tu salud mental, tienes que hacer espacio para eso dentro de tu juego”, agregó Shahrazad. “De la misma manera en que de tener un brazo roto no querrías que te lo ataran y azotaran, pues podrías terminar aún más lesionado”.
Lady Pim, Red Diamond, y Shahrazad están en Twitter.
Sigue a Graham Isador en Twitter.