Una versión de este artículo apareció originalmente en VICE Francia.
Este febrero se cumple el aniversario número 20 de la Revolución Bolivariana que trajo a Hugo Chávez al poder, pero nadie está celebrando en Venezuela. El país está envuelto en una crisis política: el presidente en ejercicio Nicolás Maduro, quien reemplazó a Chávez después de su muerte en 2013, ha sido derrocado del poder por Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional de Venezuela que se autoproclamó presidente interino de Venezuela el pasado 23 de enero. Maduro fue reelegido para un segundo término de seis años en mayo de 2018, a pesar de reportes generalizados de fraude electoral. El nombramiento de Gauidó a la presidencia tiene el apoyo de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y la mayoría de países vecinos de Venezuela.
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Además de todo el caos político también hay una grave crisis socioeconómica que ha causado que más de tres millones de venezolanos hayan huido del país desde 2014, principalmente a Brasil y a Colombia. Los que quedan han asumido el impacto de la hiperinflación, así como el gradual desabastecimiento de provisiones necesarias para sobrevivir, como comida y medicina.
Un hombre joven en medio de la autopista conforme se iban desarrollando las protestas de 12 de febrero.
Pero tras el anuncio de Gauidó, la esperanza ha vuelto. El político de 35 años quiere acabar con Maduro y con todos sus sistemas. Desde finales de enero, los venezolanos se han tomado las calles para hacerse escuchar frente a temas como los desabastecimientos de comida y suministros, la agresiva hiperinflación, y el régimen de Maduro. Las duras respuestas del Estado han resultado en arrestos y muertes. Las últimas demostraciones ocurrieron el pasado martes en varias ciudades para exigir que se permitiera que la ayuda humanitaria pudiese entrar al país. Hasta el momento, permanecen bloqueadas por las fuerzas de Maduro en las fronteras.
En las primeras líneas de estas manifestaciones están los jóvenes venezolanos. Con máscaras cubriendo sus caras y con bombas Molotov en sus manos, ellos sin embargo no se resisten en confrontaciones directas con la policía, que responde a los manifestantes con brutalidad.
Muchos chicos se han visto obligados a dormir en las calles de Caracas por la extrema pobreza y los altos índices de criminalidad, entre otras cosas.
El régimen actual podría estar viviendo sus últimas semanas en el poder, pues la comunidad internacional y la presión desde las calles podrían terminar de expulsarlo.
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Los venezolanos están muy apegados a la bandera de su país, y las manifestaciones de días enteros están inundadas de estrellas azules y amarillas. Las personas sienten un respeto profundo por lo que representa la bandera, similar a como los estadounidenses ven sus estrellas y rayas.
Un joven manifestante armado con un martillo. Fue una de las figuras más agitadas que encontramos ese día, corriendo en todas las direcciones y golpeando el pavimento para crear proyectiles para usar contra la policía, que en el pasado no han dudado en responder con disparos.
En la autopista que atraviesa a Caracas se ven a los opositores de Maduro expresando libremente su alegría. Una ola de esperanza se apodera de la multitud.Una mujer joven se cubre su rostro con la bandera venezolana. Debido a la creciente tensión y represión política, muchos manifestantes han decidido esconder sus caras.Tan pronto pasó un camión, muchos jóvenes se atravesaron y lo detuvieron; se subieron a él y sacaron al conductor. El objetivo era bloquear completamente la carretera, pero algunos intentaron extraer gasolina del tanque, pues se trata de un producto escaso. Otros abrieron la carga para ver si había algo de valor para saquear.Un joven manifestante con despigmentación en la piel; una condición que se puede desarrollar por la desnutrición y las condiciones precarias de vida en el país.Un hombre con dos bombas Molotov llenas de grava, lo cual las hace incluso más peligrosas.Un manifestante haciendo bombas Molotov en el sueloA protester makes Molotov cocktails on the ground.Un manifestante enmascarado.Un manifestante con dos bombas Molotov en las manos mira a la distancia, donde la Policía Nacional ha hecho una barricada en la carretera.Un chico con una bomba Molotov. A pesar del peligro y de su corta edad, ahí está entre los adultos.Un manifestante con una roca, preparado en caso de alguna intervención por parte de la Policía Nacional. Un joven firme con la bandera de Venezuela, con piedras en la mano, frente a la Policía Nacional.Un joven prepara una bomba Molotov en medio de periodistas, fotógrafos y motociclistas.Dos oficiales de policía llegan en una moto a dispersar la multitud. Disparan varias veces al cielo, generando terror en los manifestantes y periodistas.Un manifestante caminando sobre un billete. El bolivar, la moneda nacional de Venezuela, hoy no posee virtualmente ningún valor. Algunos manifestantes los lanzan al aire en las marchas.Un grupo de manifestantes bloqueando la autopista que atraviesa Caracas, esperando a la policía.
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