Artículo publicado originalmente por VICE Asia.
En 2018, la ropa infantil tuvo un valor cercano a los 40,500 millones de dólares en todo el mundo. Esta industria en auge ha creado una mayor demanda de modelos más jóvenes. En China, en particular, los niños pueden ganar hasta 1,990 dólares por sesión de modelaje, ya sea en una campaña, un anuncio o un desfile. Los jóvenes más exitosos ganan más de 140,000 dólares al año.
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Pero esto tiene un precio: horas de trabajo extenuantes, presión de los padres y abuso físico. Son solo algunas de las críticas lanzadas contra el creciente y controvertido mercado de la industria de modelos infantiles.
El 1 de agosto, los internautas chinos se indignaron con una sesión de fotos que mostraba a un modelo infantil vestido con ropa de invierno durante un día de calor abrasador en Shanghai. Los espectadores vieron al niño quitarse la chaqueta entre tomas y algunos usuarios de WeChat escribieron: “el niño se ve miserable” y “es una tontería que los padres exploten a sus hijos para ganar dinero”.
No es la primera vez este año que las personas condenan la explotación infantil en la industria de la moda.
Este abril, un video de una mujer pateando a su hija de tres años durante una sesión de fotos provocó la furia de organizaciones, diseñadores y cibernautas por igual. El video, tomado en Hangzhou, una provincia del este de China, se volvió viral y obtuvo decenas de millones de visitas en internet. Desde entonces, la madre emitió una disculpa y se defendió en varios medios de comunicación. Después de la indignación, 100 tiendas de ropa para niños en la plataforma china Taobao firmaron una carta abierta contra el abuso de modelos infantiles. Las autoridades de Hangzhou también prohibieron que los niños menores de 10 años sean los rostros de las marcas.
Pero a pesar de estos incidentes, los padres chinos se apresuran a colocar a sus hijos en la pasarela, según un nuevo informe de la AFP en Beijing.
Xiao Liang, padre de dos niñas gemelas de cuatro años, inscribió a sus hijas en Le Show Stars, una de las primeras escuelas de modelaje en Beijing, durante casi dos años. Espera que las chicas puedan ingresar más tarde a la industria a tiempo completo. Él insiste en que sus hijas se divierten cumpliendo tanto sus clases como las competencias de pasarela en las que participan. Algunos de estos días superan las horas regulares de trabajo. “12 horas es bastante estándar”, dijo Liang.
Para muchos de los niños inscritos, la presión para presentarse es enorme. Lee Ku, fundador de la escuela de modelos, dijo a la AFP que con frecuencia ve a los padres comportándose con violencia en las sesiones de fotos.
“Si los niños no escuchan a los padres, creo que pegarles es bastante estándar”, dijo Ku.
La Ley de Protección de Menores de China, aprobada en 1991, ofrece regulaciones estrictas y prohíbe el empleo de niños menores de 16 años. Pero el modelaje ocupa una extraña área gris y parece que faltan regulaciones para los modelos infantiles. Las comunidades migrantes y las áreas rurales son particularmente vulnerables al incumplimiento de las leyes de trabajo infantil. Para complicar más este asunto contencioso, quienes contratan a los niños pagan a los padres en secreto para evitar las leyes de trabajo infantil.