Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
El miércoles por la mañana, Blue Cross Blue Shield publicó un informe de 32 páginas que detalla las innumerables formas en que los millennials verán su salud en declive y los costos de atención médica en aumento para los próximos 10 años. Todo el artículo es un agasajo, y combina muy bien con mi rutina matutina de “mirar mi café y pensar en lo efímera que es la vida”.
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En la introducción del informe, los analistas de Moody’s Analytics escriben que, al examinar los “patrones de salud de los millennials”, encontraron “varios hallazgos interesantes y preocupantes”. Utilizando una combinación de datos de Blue Cross Blue Shield, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y estudios de salud anteriores, el informe predice que los millennials alcanzarán la nueva triple amenaza de estar más enfermos, más pobres y morir más jóvenes que la generación anterior, la generación X. Nosotros los millennials básicamente ya habíamos predicho este resultado durante años –solo que sin todos los datos extravagantes– haciendo chistes de que moriremos antes que nuestros padres. Pues resulta que todo este tiempo hemos estado en lo correcto.
El informe hace referencia a dos futuros potenciales: un “escenario de referencia de las proyecciones”, o lo que se puede esperar si logramos corregir el curso de las cosas; y una “proyección adversa” mucho más aterradora, o lo que va a pasar si las cosas continúan tambaleándose por el camino de la fatalidad y la destrucción. Según esa proyección adversa, los millennials pueden esperar al menos un aumento del 40% en mortalidad en comparación con los de la generación X de la misma edad. Nosotros (y cuando digo “nosotros”, me refiero a mis semejantes enfermos y a mí misma) también podemos esperar pagar un tercio más en costos de atención médica que la generación anterior a la misma edad, y debido a eso, ganar aproximadamente 4.500 dólares menos por año.
El gran panorama económico parece algo como que los millennials son menos capaces de “contribuir” al “mercado laboral de Estados Unidos”. Como se espera que nos enfermemos más, también se espera que seamos menos buenos en nuestro trabajo, porque resulta que, las personas enfermas no son tan “productivas”.
Lo importante aquí son las posibles causas que los analistas han identificado como el “choque de salud” milenario, o un fenómeno que comparan con la Guerra de Vietnam y la crisis del VIH/Sida. Los analistas plantean la hipótesis de que la principal diferencia generacional puede atribuirse a problemas de “hábitos de salud”, o cosas como depresión, hiperactividad (es decir, ansiedad, TDA y TDAH) y abuso de sustancias. Entre 2014 y 2017, las tasas de depresión e hiperactividad aumentaron un 30% entre los millennials. En comparación con los de la generación X, los millennials de entre 30 y 39 años tienen menos probabilidades de morir por cosas viejas y aburridas como enfermedades cardíacas y cáncer, pero tienen más probabilidades de morir por sobredosis accidental, suicidio y homicidio.
Físicamente hablando, en realidad somos más saludables que nuestros predecesores, pero estadísticamente, eso no importa. A pesar de que tomamos sustitutos alimenticios, vamos a clase de spinning, damos 10.000 pasos todos los días y tratamos el azúcar como si fuera veneno, nos las arreglamos para estar deprimidos; calmando nuestros problemas con sustancias que podrían matarnos (y lo van a hacer); y con una ansiedad paralizante. Para colmo, los analistas escriben que pagar por estos problemas de salud nos estresa aún más, lo que contribuye a ser menos saludables.
Como una mujer millennial que corre casi todas las mañanas; no toma tanto; come equilibradamente; y hasta la fecha tiene un correo no leído de ella misma, con el asunto “terapeutas”… Personalmente, no sé nada sobre los problemas descritos en este informe. ¡Pero la mejor de las suertes para el resto de ustedes, tontos, nos vemos en el infierno!
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