Duterte asegura que rescatará a miles de filipinos que son maltratados en Kuwait

Cerca de unos 10.000 empleados domésticos -la mayoría mujeres- de origen filipino podrían aceptar la oferta hecha por Rodrigo Duterte para volver a su país de origen desde Kuwait, luego de las crecientes preocupaciones tras el supuesto asesinato de una mujer que brindaba sus servicios en el país del Golfo Pérsico.

La seguridad de los cerca de 276.000 filipinos que trabajan en Kuwait en diversas industrias, ha sido tema central luego de que el cuerpo de Joanna Demafelis fuera encontrado en la nevera de su patrón el pasado miércoles. La mujer de 29 años había estado desaparecida durante un año.

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En medio de la indignación pública por el asesinato, Filipinas ha emprendido acciones para repatriar 10.000 nacionales que han estado fuera del país más tiempo del permitido por su visa, ofreciendo además cubrir los gastos del viaje y multas por no respetar los permisos.

“Venderé mi alma al diablo para conseguir el dinero para que (los trabajadores) puedan regresar a casa y vivir cómodamente aquí”, declaró Duterte este martes.


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Manila también ha prohibido a sus ciudadanos aceptar nuevos empleos en Kuwait. De acuerdo con la agencia de noticias CNN, 2.200 filipinos han recibido documentos de viaje para regresar a casa, y 900 han completado el viaje de manera segura.

Por su parte, el secretario de asuntos exteriores filipino, Alan Peter Cayetano, escribió en Facebook que los trabajadores que regresaron estaban escapando de la “explotación y abuso”.

“Ellos son los primeros de cientos que han decidido atender el llamado del presidente para regresar a casa para que puedan evitar mayores maltratos en el extranjero”, explicó Cayetano.

Más de dos millones de filipinos trabajan fuera del país, y las remesas enviadas a Filipinas forman gran parte del ingreso en la nación del Sureste Asiático. Cerca del 60 por ciento de ellos laboran en Oriente Medio, muchos como empleados domésticos.

Sin embargo, los trabajadores en Kuwait no están protegidos por leyes regulares. Grupos defensores de derechos humanos han documentado una amplia explotación de los empleados domésticos de origen filipino en el Golfo y otros países en el este de Asia, llegando a reportar abusos físicos y sexuales, largas jornadas de trabajo y falta de pagos de salario.


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El asesinato de Demafelis, cuyo cuerpo mostraba signos de estrangulamiento, ha provocado mensajes de ira entre Duterte y el gobierno de Kuwait.

Durante una conferencia de prensa realizada el viernes, mientras agitaba supuestas fotografías de la mujer cuyo cuerpo fue “rostizado como un cerdo”, el presidente filipino acusó a los empleadores kuwaitíes de abusar constantemente de los trabajadores filipinos.

“¿Hay algún problema con su cultura? ¿Hay lago malo con sus valores?”, cuestionó Duterte.

El ministro de asuntos exteriores de Kuwait, Sheikh Sabah Khaled Al-Sabah, condenó los comentarios del presidente de Filipinas.

“Estos comentarios no servirán en la relación entre Kuwait y Filipinas”, dijo Al-Sabah a los reporteros. “Condenamos las declaraciones del presidente filipino, especialmente desde que mantenemos un elevado contacto con el país para explicar las condiciones de la fuerza de trabajo filipina en Kuwait”.

La Interpol está buscando a los anteriores patrones de Demafelis, un hombre libanés y una mujer siria, quienes ya han abandonado el país, de acuerdo con los reportes. La joven filipina estuvo al servicio de la pareja desde que llegó a Kuwait en 2014. Su familia intentó contactarla pero no tuvo éxito ya que la agencia que la había ayudado a llegar a Kuwait estaba cerrada.

Imagen de portada: Imagen vía AFP/Getty Images.

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