Se espera que Donald Trump reconozca a Jerusalén como la capital de Israel este miércoles, una decisión que provocaría una reacción de furia en todo el mundo musulmán y condenaría las esperanzas de una solución al añejo conflicto de la zona, según la opinión expertos.
A pesar de las advertencias de los líderes mundiales y de los miembros de su propio gabinete, se espera que el presidente de Estados Unidos ofrezca un discurso este miércoles desde la Casa Blanca, en el que reconocerá a la ciudad en disputa como la capital de Israel.
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En este mismo camino, Trump podría dar los detalles para poner en marcha un proceso a fin de que la embajada de Estados Unidos, que se encuentra en Tel Aviv, sea reubicada. Aunque el traslado de la sede diplomática podría llevar un buen lapso de tiempo.
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El anuncio haría de Estados Unidos el primer país en reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, dejando de lado décadas de diplomacia.
Jerusalén es un sitio sagrado para tres religiones mundiales y es reclamada por israelíes y palestinos como su capital. Aunque la ciudad está bajo control israelí, los palestinos quieren que Jerusalén Oriental sea la capital de su futuro estado.
El inminente anuncio ha alarmado a exfuncionarios y analistas, quienes dicen que Trump innecesariamente corre el riesgo de desencadenar una guerra en todo Medio Oriente.
Consideran que también está poniendo en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos por la única razón de obtener apoyo entre los religiosos de casa.
“Si alguna vez hubo un autogol de un líder estadounidense en el Medio Oriente, esto es todo. Y es completamente innecesario”, dijo a VICE News Hady Amr, enviado especial adjunto de Estados Unidos para las negociaciones entre Israel y Palestina en la administración de Barack Obama.
“Como estadounidense, estoy profundamente preocupado por las implicaciones de esto para nuestra propia seguridad nacional”, agregó.
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Dijo que la medida “no beneficia a EE.UU. de ninguna manera” y “podría ser lo que finalmente impulse al cuerpo político palestino a una total falta de confianza en Estados Unidos”.
Fuera de Israel, la propuesta ha sido condenada mundialmente. Los líderes de Arabia Saudita, Egipto, Jordania, Alemania, Francia, Turquía y la Unión Europea se unieron a altos funcionarios de Gran Bretaña, China y Siria en una advertencia contra el cambio de estatus, en medio de temores de que se desencadene una ola de disturbios en todo Medio Oriente.
Peter Mandaville, exasesor en el Departamento de Estado, dijo a VICE News que cambiar la embajada a Jerusalén “eliminaría la idea de que Estados Unidos es un intermediario honesto a los ojos de los palestinos y el mundo árabe”.
Incluso el rey Salman de Arabia Saudita, el aliado más cercano de Estados Unidos en la región, describió el cambio de política como “una provocación flagrante para los musulmanes”.
Mientras que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se dirigió directamente a Trump en un discurso televisado el martes, advirtiéndole que “Jerusalén es una línea roja para los musulmanes”.
Bekir Bozdag, viceprimer ministro de Turquía, dijo que reconocer a Jerusalén como la capital de Israel sería un acto de locura que sumergiría a la región y al mundo en un “incendio sin fin a la vista”.
Los palestinos están planeando tres días de protestas a partir del miércoles, mientras que el grupo islamista armado Hamas prometió nuevos levantamientos. “Nuestro pueblo palestino no permitirá que esta conspiración pase, y sus opciones están abiertas en la defensa de su tierra y sus lugares sagrados”, dijo el jefe de Hamas, Ismail Haniyeh.
En respuesta, Estados Unidos advirtió a los funcionarios del gobierno y sus familias que eviten la Ciudad Vieja de Jerusalén y Cisjordania, y el Departamento de Estado ha aconsejado a las embajadas de EE.UU. en todo el mundo aumentar la seguridad antes de una posible reacción violenta.
Leslie Vinjamuri, directora del Centro sobre Conflictos, Derechos y Justicia de la Universidad de Londres SOAS, indicó que la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén parecía estar motivada por algo más que un deseo de apelar a su base religiosa de republicanos conservadores y cristianos evangélicos.
Trump desearía cumplir su promesa de campaña de cambiar la embajada justo cuando se acerca su primer año en el cargo. “Esa marca de un año le importa mucho a este presidente”, dijo.
Amanda Kadlec, analista de políticas de la Corporación RAND, dijo a VICE News que la medida probablemente “agregará combustible a los incendios existentes” en la región, y aumentará las presiones internas sobre los gobiernos de Medio Oriente alineados con los EE. UU.
Andreas Krieg, un experto en Oriente Medio del King’s College de Londres, dijo que la medida también socavaría la política de EE.UU. en una región geopolíticamente estratégica al despojar a Trump de credibilidad y legitimidad.
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