Esta terapeuta, al estilo de los Soprano, quería un cliente mafioso para mandar a golpear a alguien

Lorraine Bracco en 'Los Soprano'.

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Diane Sylvia estaba en espera de las instrucciones sobre cómo deshacerse de un teléfono desechable. La psicoterapeuta de 58 años era una candidata poco probable para tener uno de esos celulares en primer lugar, pero en septiembre su vida comenzó a parecerse a un arco argumental de Los Soprano, momento en que descubrió que uno de sus pacientes tenía vínculos con la mafia. De acuerdo con una denuncia federal que no estaba sellada, ella le pidió al hombre que organizara que le dieran una paliza a otro hombre, lo que finalmente llevó a su arresto por parte del FBI mientras esperaba instrucciones para saber si debía lanzar el teléfono desechable, una pieza clave de evidencia, desde un puente.

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La operación encubierta del FBI comenzó el 6 de octubre, cuando el paciente llevó a un agente encubierto a la oficina de la terapeuta en Linwood, Nueva Jersey. Ella explicó que su objetivo era un tipo que la estaba extorsionando por dinero y que tenía información que podía hacer que perdiera su licencia como terapeuta. Al parecer, había cambiado de opinión con respecto a un asesinato que había mencionado en la primera reunión.

“Es necesario que le rompan su linda carita, eso es lo que quiero”, dijo Sylvia, según la denuncia. “Todo lo que tiene son sus grandes músculos y su linda cara”.

De acuerdo con la denuncia, la terapeuta y el agente comenzaron a intercambiar mensajes de texto a través del teléfono desechable que le recomendaron comprar. En un momento dado, Sylvia parecía querer cancelar todo porque su paciente había dejado de asistir a las consultas. Le dijo al falso sicario de la mafia que le pagaría $1,000 dólares por su tiempo, a lo que él respondió que un par de sus colegas ya habían localizado el camión del objetivo. Esa seductora información aparentemente fue imposible de resistir. “¿Cuando, ahora?”, le escribió en un mensaje de texto al agente. “Eso cambia las cosas”.

El 20 de octubre, los dos se reunieron nuevamente y discutieron las opciones, según la denuncia. Aparentemente, no le gustaba la idea que sugirió el agente (lanzarle ácido de batería al hombre), pero dijo que le gustaría que le cortaran la cara y le dejaran cicatrices permanentes, y que también le rompieran un brazo para que “no pueda hacer lagartijas”.

Después de unos cuantos mensajes extraños del mismo tipo, entre los que Sylvia dijo que el hombre al que quería mandar a golpear, de repente había ido a visitarla, concluyó que, de hecho, quería que la golpiza se llevara a cabo. En la mañana de Halloween, se reunió nuevamente con el agente encubierto en su oficina, esta vez le entregó $4,000 dólares, lo que ella pensaba que era la mitad del pago total. Justo después de que preguntara acerca del teléfono desechable, los federales la detuvieron y esposaron.

Sylvia fue acusada el lunes en Camden, Nueva Jersey, por el cargo de solicitud para cometer un delito de violencia. Ahora, enfrenta hasta cinco años de prisión y una multa de $250,000 dólares si es declarada culpable, según el New York Times. A pesar de que salió en libertad al pagar una fianza de $50,000 dólares, es bastante claro que su plan fracasó. Ya sea que el tipo al que trató de mandar a golpear brutalmente presente más información en su contra o no, es seguro decir que probablemente perderá su licencia de cualquier modo.

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