FYI.

This story is over 5 years old.

Relaciones

Deja de sentirte mal por desaparecer después de una cita

A veces el silencio duele, pero en el fondo el mensaje sigue siendo claro. A veces, el 'ghosting' puede ser la opción menos dolorosa.

Este artículo fue publicado originalmente en Tonic, nuestra plataforma de salud. 

Por muchas razones, las primeras semanas de enero son la época más atareada del año para las apps de citas. Y conforme los solteros regresan a sus celulares con la esperanza de encontrar el amor este año, es de gran ayuda recordar la regla principal de no perder el tiempo: el ghosting —o dejar de contestar los mensajes— ahora es una manera aceptable para terminar las relaciones casuales. Oficialmente, ahora es adecuado que al menos después de unos cuantos mensajes o de una cita mediocre, expreses tu desinterés por alguien a través del silencio.

Publicidad

Sé que suena insensible, en especial para aquellos ustedes que formalizaron las cosas en la era pre- swiping, pero hoy en día, el ghosting es increíblemente común: una encuesta de 2016 encontró que 78% de las personas solteras de entre 18 y 33 años habían sido ghostereadas al menos una vez. Un estudio más antiguo realizado por Elle encontró que más de la mitad de la gente que ha sido ghostereada también lo ha hecho.

Pero aunque la costumbre de terminar las cosas sin decir ni una palabra es bastante normal, en una búsqueda rápida en Google aparecen un montón de artículos que hacen que los ghosters se vean  casi cómo sociópatas. Esa opinión es tan dominante que incluso me dio pena haberlo hecho. ¿El ghosting es descortés? Tal vez, pero no está ni cerca de ser tan confuso cómo quisiéramos que fuera. Yo no me siento tan mal de haberlo hecho y si tú le has dejado de hablar a alguien por completo, tampoco deberías.

"Yo creo que hay un verdadero valor para el ghosting ", dice Ben Michaelis, psicólogo clínico y autor de Your Next Big Thing: 10 Small Steps to Get Moving and Get Happy. "En un momento determinado de una relación, es totalmente inaceptable, pero desde el principio, como después de una cita o de un agarrón que no estuvo tan bien, el ghosting es útil. Tratar de "romper con alguien" sin herir sus sentimientos con frecuencia resulta confuso para la otra persona, e incluso alarga relaciones que se deberían romper".

Publicidad

El ghosting quita la ambigüedad y ahorra tiempo. "Es muy difícil interpretar el ghosting como algo más que una señal de desinterés", dice Michaelis, "y de esta forma, le permite a ambas partes seguir con su vida más rápido."

Por supuesto, no todos están de acuerdo con esta manera de pensar: la mayoría de los argumentos en contra del ghosting se concentran en la falta del cierre de ciclos. Aquellos a quienes se lo han hecho puede que no sepan como reaccionar exactamente, y que tengan la esperanza de una reconexión. Esta esperanza falsa y la falta de claridad, que a menudo se interpreta como jugar con los sentimientos de alguien, es parte del porque los ghosters tienen tan mala reputación. Parece inherentemente egoísta, desalmado, y cruel.

Nancy Berns, autora de Closure: The Rush to End Grief and What it Costs Us, escribe sobre el cierre de ciclos, ya que se relaciona con las rupturas y la muerte. En un ensayo, dice que quienes buscan cerrar ciclos deben "aprender a vivir con algunas preguntas". Y tiene razón: que te dejen de hablar deja muchas preguntas abiertas, pero no hay ninguna garantía de que las respuestas te den consuelo. En algunos casos, la honestidad brutal incluso ha propiciado más alboroto.

Como ejemplo, la historia de terror de Gawker hace unos años: un pobre chico, gentilmente, después de una cita, le mandó un mensaje a una mujer para romper con ella. La mujer, envalentonada por su enojo, decidió avergonzar al chico en su blog y mandarle fotos de él desnudo a su jefe (Debe haber sido una primera cita muy buena). Mientras que la mayoría de la gente no reaccionaría de esa manera tan extrema por un mensaje de texto educado, no sería exagerado decir que los sentimientos de rechazo están entre las emociones más crudas y poderosas que cualquier ser humano puede experimentar.

En un estudio de 2010, investigadores del Albert Einstein College of Medicine en Nueva York mostraron una similitud entre la respuesta del cerebro al rechazo y su respuesta a sentimientos de amor y adicción. En el estudio, se le mostró a 15 estudiantes universitarios que habían pasado por una ruptura pero dijeron que seguían enamorados de sus parejas, fotos de sus ex's mientras recibían resonancias magnéticas cerebrales (qué fuerte). Las áreas del cerebro que se encendieron al ver las fotos eran las mismas que las áreas activadas cuando experimentaban sentimientos de amor romántico, antojo y adicción. El hecho de que el amor, el rechazo y la adicción se procesan de manera similar sugiere la idea de que el ghosting no duele porque es desconsiderado; duele porque nuestros cerebros no manejan la insatisfacción tan bien.

El rechazo romántico puede sacar lo peor de nosotros; no hay manera de evitarlo. Al menos el ghosting deja abierta la duda, incluso si es una duda que requiere un toque de delirio saludable. Las preguntas que deja abiertas pueden realmente ayudar a llegar al límite de esos sentimientos de rechazo. Alguien que deja de responder podría estar ocupado, podría haber muerto, o tal vez simplemente no quería tener que decir que su cita estuvo varios grados bajo cero.

El ghosting sólo apesta porque el rechazo es una mierda. A mí me lo han hecho, y nunca me acostumbraré a ello, tampoco, pero eso no significa que es algo terrible. Desde luego, no quisiera que alguien me llamara y me dijera: "La pasé muy bien, pero no me interesas". A veces el silencio arde, a veces me quedo con preguntas, pero en el fondo, el mensaje sigue siendo claro. Y aunque nunca se siente bien, lo más probable es que me hayan hecho un favor.

Saber esto pone en perspectiva el ghosting. En lugar de azotar a la persona que no respondió, es posible que incluso aprendas a decir gracias. Pero mejor no lo digas por mensaje.