Publicidad
La España que mató a Excalibur y se mofó de los que lo defendieron es la misma que sostiene que un toro no sufre cuando es torturado en una plaza o lanceado por decenas de garrulos. Esa misma que se pide otro solysombra en el bar mientras insulta a los que sienten empatía por otros animales y los defienden. La misma que compra un cachorro de raza a un criador sin escrúpulos para luego abandonarlo en una gasolinera tras darse cuenta de que tener un animal en casa es una gran responsabilidad. Incluso la misma que amenaza con pegarte un tiro en la sien si osas pasear por un coto de caza con tus perros, pues éstos nos son más que una mera herramienta para sus propias cacerías.Hacer que esa España cambie de mentalidad y se dé cuenta de que los animales también tienen derechos es más difícil que extraer de la roca la legendaria espada del rey Arturo que dio nombre al perro de Javier y Teresa. La España cerril, de la que sigue costando desprenderse, pero que afortunadamente cada vez es más vieja, rancia y caduca."Lo peor de todo es que hasta ahora nadie ha dado explicaciones a Teresa y a Javier. Ni siquiera una disculpa por lo que les hicieron"