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Mi familia quería que los dejase, para mí eran totalmente una adicción, y me sentía incomprendida porque aunque estaban acostumbrados a ello y lo aceptaban no eran capaces de entender la magnitud del problema. Parecía que creyesen que eso era tan fácil como dejar de beber refrescos, pero para mí era realmente una necesidad, los chupetes eran como una droga. Traté de buscar en foros gente con el mismo problema, cualquier cosa que me hiciera sentir que no era tan bicho raro como creía, y que había por ahí alguien más que entendía cómo me sentía, pero no encontré a nadie.Tenía muchos chupetes. Me proporcionaban una sensación de paz y de tranquilidad comparables a cualquier adicción que podáis imaginar.
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Ese año fui de viaje de fin de curso en primero de bachillerato, y aunque en 6º de primaria me llevase a escondidas los chupetes para ponérmelos cuando estuviera a solas y pasar el mono, para este viaje decidí dejarlos en casa. Como estuve entretenida me acordé pocas ocasiones de ellos, y por fin creí que sería capaz de dejarlos. En tan sólo una semana que pasé sin ellos comprobé como el hueco entre mis dientes parecía mas pequeño, y me di cuenta de que era el momento, no podía retrasarlo más, así que al regresar a casa no los cogí y los guardé en la mesita de noche.No quería tirarlos, quería saber que estaban ahí pero no cogerlos. Tuve que acostumbrarme a humedecerme los labios de vez en cuando, cosa que no tenía que hacer al llevarlos siempre, y cada vez que tenía ganas de cogerlos masticaba chicle o chupaba un caramelo. Fue duro pero al final conseguí dejarlos atrás, y un mes después el hueco de mis dientes casi estaba cerrado (aunque llevé el aparato varios meses más), eso me confirmó que había hecho bien.A día de hoy muy de vez en cuando los recuerdo, pero ya no provocan en mí la misma sensación, así que simplemente siento algo de nostalgia. Supongo que los usaba porque me trasladaban a la sensación de tranquilidad que tienes cuando eres un bebé y no hay nada de qué preocuparse. Sólo puedo decir que personalmente me alegro y me siento orgullosa de haberlos dejado, y poco más.Sólo puedo decir que personalmente me alegro y me siento orgullosa de haberlos dejado, y poco más.