Ya llegó la primavera y el calorcito se pone cada día mejor, lo que implica que pronto estaremos viendo cientos de dedos gordos en las calles. Sí, estoy hablando de todas esas chanclas y huaraches, y una que otra tanga, que desfilaran por nuestra ciudad.
En algunos casos extraños, tendrán estilo, serán bonitas y de buen gusto. Pero la mayoría serán horribles, asquerosas y te harán vomitar. Hace poco vi cómo una rata casi le arrancaba el pie a un amigo enchanclado en el metro. El animal se le montó como si se tratara de un salvaje acto sexual. Mi amigo tuvo que sacar volando al parásito hasta el otro lado del andén, cual hacky sack. ¿Acaso quieres exponerte a los mismos peligros? Claro que no.
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Como un servicio público con el fin de mantenerte al tanto y alerta sobre los siguientes meses, decidí hacer una lista con las abominaciones más populares y atroces que acompañan al pie desnudo. También incluí una descripción de las personalidades que disfrutan de estos tipos de calzado.
Chanclas
De todas las opciones, la peor son las chanclas. Los/las que usan chanclas se preocupan más por su comodidad que por cualquier otra cosa. Estas personas (si es que podemos llamarlas así) se olvidan de la higiene, los modales y de dejar de ser uno más del rebaño, todo con tal de poder sentir la brisa entre sus deditos. Los que usan chanclas también son flojos y pasan desapercibidos, excepto cuando traen esa película de mugre a la altura del talón, producto de un entorno urbano. Por lo tanto, los que usan chanclas son unos cabrones egoístas que se preocupan más por su propia felicidad que por la elegancia, además de que corren el riesgo de salir seriamente lastimados gracias a la nula protección que les ofrece este tipo de calzado.
Huarache deportivo
Esta popular abominación se hace pasar por calzado deportivo, en especial cuando quien las usas considera que la pelotita hacky involucra un alto nivel de habilidad atlética. El usuario suele tener pelo largo (e indicios de calvicie por todos lados), además de usar bermudas con infinidad de bolsillos. También es muy probable que haya una facultad o escuela con ideas liberales detrás. Claro que también podría tratarse del clásico turista con shorts y cangurera. Sea como sea, estas cosas son espantosas las veas por donde las veas, y nunca serán cool, sin importar el número de rediseños.
Crocs
¡Hola, Rosie O’Donnell, qué bueno verte otra vez! ¿Cómo? ¿Estás saliendo con Mario Batali? ¡Claro que sí! Los dos son unas divas a las que les encanta usar zapatos realmente feos hechos para cirujanos. Por Dios, el Croc es ese mutante híbrido que encuentras en las isla de las sandalias malditas. Para usar este tipo de calzado en público tienes que ser un chef en su descanso, presumiendo tu comodidad, o una caricatura del peor tipo de turista gringo. O tu mamá.
Chanclas con plataforma
Esta mujer es la clase de doña cuyo segundo hogar es el centro comercial y se siente muy joven y cool porque compra ropa para su hija en Pull and Bear en lugar de Bershka. “Señora: es lo pinche mismo pero con diferente envoltura”. Aunque seguro ella también lo es, así que quizá sea adecuado. Definitivamente compraría zapatos en una tienda llamada Clóset de Diva. También es la clase de persona que ha visto a Snooki y ha pensado “No sean así, ¡no se viste tan mal!”
Birkenstocks
Para lesbianas o hippies. Y, de vez en cuando, tu abuelita. O la abuelita hippie y lesbiana. Que también sería vegana, definitivamente vegetariana y un desastre seguro.
Gladiadoras
Esta chica cae por cualquier estupidez que vendan en H&M sólo porque un montón de revistas le dijeron que era algo “bohemio y chic” o cualquier otra palabra que la gente esté usando para decir “horrible”. Lo siento, pero a menos de que seas una chica alta y delgada, vas a parecer una banderilla con cinta de aislar en un extremo. Esta es el tipo de chica que usa peplums y separa su clóset por colores. ¿En serio? ¿Te parece buena idea? ¿Tomas decisiones sin la ayuda de tu Vanidades? ¿Eres humana? ¿Quiźa sólo eres una mujer lagarto y todo esto es una conspiración de los Illuminati?
Chancla-Botín
Me encantan los botines tanto como al güey de a lado, pero hay una nueva moda que me asusta, y es cuando los botines y las sandalias se mezclan, cogen sin condón y dan luz a una abominación. ¿Qué rayos es esto? ¿Zapato? ¿Sandalia? ¿Una pústula andante? Gracias a la piel, el pie terminará más mojado que en un día de campo junto a un río, y lo peor de todo, el hedor quedará expuesto al mundo. Esta víctima de la moda es una persona sin sentido común a quien le gusta regodearse en sus excesos y seguro pide bellinis con su desayuno. No me sorprende que sus dedos tengan pinta de querer escapar.
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