mujer bebiendo en un baño con pintadas
Crédito: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

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Viajes

Fotos de la vida nocturna de Ciudad de México

“Mis momentos más creativos y de paz son por la noche, cuando los putos burócratas están durmiendo”.

Durante más de veinte años, el fotógrafo José de Jesús “Chucho” León Hernández ha documentado momentos de lo más salvajes que solo pueden transcurrir en la profundidad de la noche, cuando los habitantes diurnos de Ciudad de México duermen como troncos. Chucho deambula por la ciudad cámara en mano y se pasa por clubes nocturnos underground y por callejones oscuros para capturar crudas imágenes de droga, sexo, miseria, glamur, juerga y muerte.

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Inspirado por el drama de la iconografía del catolicismo mexicano y por la grandeza de la fotografía de moda, Chucho nos adentra en el curioso inframundo en el que más a gusto se siente. Muestra a los espectadores los puntos álgidos más eufóricos de la fiesta en Ciudad de México, así como el bajón más espeluznante de cuando acaba la juerga.

chica fumando con pintalabios rojos

Crédito: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

“No me interesa la parte técnica de la fotografía”, dijo Chucho a VICE en una entrevista telefónica reciente. “Me interesa su historia. Me veo a mí mismo como un editor de imágenes”. Este enfoque le permite estar en el momento por completo mientras se van desarrollando las escenas, y normalmente solo descubre las fotos buenas al día siguiente, mientras hace criba de todas las que hizo la noche anterior.

Con ese torbellino de retratos, desnudos e imágenes documentales, Chucho crea su propio ritmo visual y su propia cadencia, que compara con “la historia de una ciudad, de cualquier ciudad”. A raíz del lanzamiento de su nuevo libro, Vida (Edition Patrick Frey), VICE tuvo una charla con Chucho para que nos contara las cosas más raras con las que se ha encontrado a lo largo de estos años.

payaso en un autobus

Crédito: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

VICE: ¿Cómo te ha influido el catolicismo como artista?
José de Jesús “Chucho” León Hernández: me criaron mis dos tías, ambas católicas, y había parafernalia religiosa por toda la casa: almas ardiendo en el purgatorio, imágenes de la Pasión de Cristo con sangre cayéndoles por el cuerpo, velas… Me daban mucho miedo el fin del mundo, las profecías y el Apocalipsis. Más tarde descubrí en el centro de la ciudad las capillas barrocas más bonitas del mundo. Me fascinó el uso de la luz en los altares, la iconografía y los cristos negros.

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Cuando era adolescente me rebelé contra todo esto y empecé a trabajar con imaginería satánica y sexualmente explícita. Mezclaba el gore con imágenes católicas en revistas y escuchaba música garage, punk rock, jazz y clásica. Empecé a salir por la noche en busca de sexo y, con el tiempo, de fiesta y amigos. Me sentía como un niño perdido en un cine o en una iglesia: la vida me emocionaba y me acojonaba al mismo tiempo.

hombre con dos mujeres en lencería

Crédito: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

¿Cómo empezaste con la fotografía y qué es lo que más te gustaba de ella?
Cuando tenía 17 años, empecé a usar una cámara Polaroid que me dio mi novio. Hacíamos fotos de desnudos en edificios en ruinas en el centro de Ciudad de México después del terremoto de 1985. También experimentábamos con la luz y el movimiento.

Descubrí la fotografía en una época bonita y romántica. Luego empecé a ir a cines porno para fotografiar los restos del suelo: manchas de sangre y de semen, cualquier tipo de residuo, condones usados y sombras. También hacía fotos de iglesias y de cristos sangrantes. Con todo esto y con la parafernalia católica, hacía collages

y revistas caseras. Siempre me han fascinado las revistas caseras y el hecho que puedas dar tu punto de vista de las cosas documentando la realidad, pero alterándola y reinventándola al mismo tiempo.

¿Qué revistas de moda o libros te han servido de inspiración?
Soy una persona obsesivamente curiosa, así que decidí explorar la fotografía a través de los libros de Anna Piaggi, Diana Vreeland, Alexey Brodovitch, Terry Jones, Patrick Frey y Walter Keller. Me encantaban las revistas del estilo de RayGun, Nest, Interview, The Face y otras mexicanas de culto más oscuras como La regla rota y La guillotina.

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cocaína

Crédito: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

¿Podrías describir la vida nocturna de Ciudad de México de hace veinte años, cuando empezaste a fotografiarla?
Aún no había empezado la guerra de las drogas del gilipollas que teníamos por presidente, Felipe Calderón Hinojosa, así que la ciudad era mucho menos violenta. Por aquel entonces vivía en un apartamento en la Colonia Roma y casi cada noche íbamos ahí a escuchar música, a emborracharnos y a hacer más fotos.

Artistas, músicos y poetas del mismo edificio hacían lo mismo. Los clubes underground como Los ojos y Ámsterdam abrían hasta las nueve de la mañana, había espectáculos porno en los clubes gais a las cuatro de la mañana y en las cantinas cutres del centro, que ahora están cerradas por el aburguesamiento, tocaban bandas de punk. ¡Y nadie hacía fotos a eso!

funeraría

Crédito: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

¿Puedes hablarnos de la muerte y de cómo habla de la historia que cuentas en Vida?
No quería hacer un libro sobre la vida nocturna en el que solo se viese el lado divertido de ser joven y feliz. (Me parece tremendamente aburrido). Quería mostrar la cara siniestra: brujería, animales muertos, funerarias, ataúdes rosas, melancolía, hospitales, el inevitable momento en el que tocas fondo, la resaca —como en una buena película de von Stroheim o de Fassbinder— junto con el renacimiento de cada fin de semana.

Cuando era más joven, descubrí Sanborns, una tienda de revistas muy grande que tenía la versión italiana y francesa de Vogue, Artforum, Cahiers du cinéma, i-D, The Face, etc. La gente se podía pasar allí horas mirando. Era un lugar conocido entre los gais para tener encuentros sexuales casuales en los baños.

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Era el lugar perfecto para un chaval de 15 años que nació en una ciudad en la que predominaba la nota roja, un tipo de prensa escrita muy popular que muestra fotografías explícitas de violencia, crimen, venganzas, accidentes trágicos, policías riéndose de travestis, narcosatanismo y que en las siguientes páginas incluye columnas de cotilleo sobre estrellas de cine y el horóscopo. En los quioscos se veían fotografías de cuerpos desmembrados a diario, de la misma manera que aparecen de la noche a la mañana tirados en las calles de la ciudad y por todo el país hoy en día. Así que nada de finales felices.

cabra muerta

Credit: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

¿Cuáles son algunos de los momentos más memorables que has vivido haciendo este trabajo?
Como muchos de los clubes están muy oscuros, mientras estoy trabajando solo me doy cuenta de pequeños detalles. Descubro escenas muy extrañas cuando descargo las imágenes en el ordenador. Por ejemplo, una chica me vio de camino a la cantina y desapareció. Volvió un rato más tarde maquillada de una forma muy exagerada. Al día siguiente, cuando estaba editando las fotos nuevas, ahí estaba ella, con un moratón en cada ojo. La foto estaba llena de detalles repugnantes y el maquillaje solo lo empeoraba.

Además, había rumores de sobre este famoso club en el que practicaban la santería; es bastante común que los bares y los clubes nocturnos quieran atraer a la suerte. Estábamos bailando y de repente el suelo estaba pegajoso. Le hice fotos y cuando las vi, me di cuenta de que era sangre. Cerca del techo había un altar. Durante un tiempo me dediqué a fotografiar animales sacrificados, como pollos, palomas e incluso terneros que estaban tirados en el suelo mientras volvía a casa. Curiosos encuentros.

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mujer

Credit: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

¿Puedes contarnos algo sobre los clubes más importantes de Ciudad de México?

Mi club ideal no existe. He ido a fiestas muy buenas en apartamentos y alguna vez al mes en clubes nocturnos. Últimamente organizo unas muy divertidas en casa de mi galerista con mi gente preferida, una mezcla de jóvenes y no tan jóvenes, con artistas, estafadores, modelos, camellos, etc. Pero aquí no hay una cultura de clubes o lugares extraordinarios. Para mí lo que importa es la yuxtaposición de gente y cosas, mi nueva visión de la vida nocturna de Ciudad de México a través de mis retratos.

¿En qué momento te diste cuenta de que querías dedicarte a documentar la vida nocturna a largo plazo?
Me encanta documentar movimientos en auge, a la gente nueva con grandes ideas, caras frescas, y encontrar nuevos amigos. La noche es mucho más que la cultura de clubes. La preciosa coreografía de luces y sombras y gente perdida como yo que camina por la calle me hace sentir como si estuviéramos rodando una película en la que los edificios, las prostitutas y los animales muertos también son protagonistas.

Me siento más seguro de noche en todos los sentidos. Se me van revelando secretos a medida que camino por la ciudad. Mi momento más creativo y en paz es por la noche, cuando los putos burócratas están durmiendo. Me gusta salir por la noche en bici escuchando música que me gusta en un estado como de trance. Soy una criatura nocturna, a veces lleno de fantasmas y paranoia.

cristal pintado

Credit: Jesús León, "Vida", Edition Patrick Frey, 2018

¿Qué se ha mantenido constante en la vida nocturna los últimos veinte años?
Tengo la teoría de que cada diez años más o menos surge un nuevo movimiento. Por aquel entonces, también surgía gente con nuevas ideas y puntos de vista alternativos, como nuevos poetas y músicos. Lo he visto y lo he documentado. Y volverá a ser así.

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