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Relaciones

Ser infiel puede mejorar tu relación

“Hacen de la crisis una oportunidad para mejorar las cosas”.

Este artículo se publicó originalmente en Tonic, nuestra plataforma dedicada a la salud.

Antiguamente, la infidelidad era algo bien sencillo: te acostabas con alguien que no era tu pareja, te pillaban, se liaba bien gorda y probablemente se acababa la relación. Pero hoy día, como dice la psicoterapeuta y experta en relaciones Esther Perel, "la definición de infidelidad sigue ampliándose y ahora también engloba ver porno, hacerse un masaje con final feliz, chatear con otras personas o tener un perfil activo en algún sitio de citas. ¿Dónde está la línea que divide lo que es infidelidad de lo que no?".

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El nuevo libro de Perel, The State of Affairs: Rethinking Infidelity, ahonda en los nuevos aspectos de este antiquísimo tema y sugiere que la infidelidad no tiene por qué acabar siempre en ruptura.

VICE: La tecnología ha supuesto un cambio radical en lo referente a la infidelidad, ¿verdad?
Esther Perel: Totalmente. Hoy en día la infidelidad se interpreta de forma muy personal. Internet nos permite mantener contacto sexual con otras personas sin el elemento físico, y en este ámbito no hay instituciones religiosas que marquen los límites, sino que tenemos que ser nosotros mismos los que los establezcamos. El antiguo concepto de infidelidad ya no es suficiente.

También depende del lado de la cama en el que estés.
Sí, es una cuestión de perspectiva. No solo se trata de cómo te afectó a ti, sino de qué significó para mí. Con las parejas en general, suele ocurrir que los sentimientos de uno se convierten en la única verdad. Eso forma parte de toda negociación de pareja y hace que este sea un tema tan particular. Yo puedo decir, "Lo sé en cuanto lo veo" y ya está. Pero también tengo que escuchar tus ideas, que pueden ser muy distintas, sobre todo, por ejemplo, en el ámbito de la pornografía.

"Internet nos permite mantener contacto sexual con otras personas sin el elemento físico"

Hay gente que lleva desde los 11 años masturbándose viendo porno y no se le pasa por la cabeza pensar que eso se puede considerar una infidelidad; sin embargo, puedes encontrarte a alguien que no opine lo mismo y piense: Si estás conmigo, ¿para qué necesitas ver porno?

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Cualquier pareja moderna al principio de su relación debería sentarse a hablar sobre sexualidad e infidelidades y establecer los límites que consideren oportunos. Por desgracia, estas conversaciones suelen tenerse cuando ya se ha producido la crisis. Hablarlo antes ayuda mucho a mitigar el daño.


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¿Por qué suelen evitarse estas conversaciones?
Actualmente se tiene una visión romántica del amor basada en encontrar a esa única persona que se convertirá en tu media naranja inseparable. Buscamos cosas en ese amor romántico que antes buscábamos en la religión. Buscas a esa persona única que sea tu amiga, tu confidente, tu amante pasional, tu alma gemela intelectual, aquella con la que criarás a tus hijos, tu inspiración para superarte en el trabajo, lo que sea. Una persona para todo.

Todas esas expectativas convierten a la persona en alguien muy especial, y cualquier mención a algo ajeno a la pareja, al "lo eres todo para mí", se percibe como una amenaza. ¿Cómo abordar el tema de la transparencia o los límites al principio de una relación? Desde el momento en que te pusieras a hablar de ello, harías al otro sentir que no es suficiente para ti.

"Actualmente se tiene una visión romántica del amor basada en encontrar a esa única persona que se convertirá en tu media naranja inseparable. Buscamos cosas en ese amor romántico que antes buscábamos en la religión"

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Es una encerrona porque no es cierto: eres más que suficiente. Pero no lo eres todo. Y estas charlas hay que tenerlas. No hacían falta en la época en la que la gente se casaba y practicaba el sexo por primera vez, o cuando el sexo era un deber matrimonial para la mujer y a nadie la importaba lo que opinara ella o se consideraba meramente una forma de procrear.

Hoy, en cambio, el sexo también se contempla como una fuente de placer y un vínculo. Ha de haber motivación, interés, voluntad. El sexo está muy enraizado en el deseo.


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Otra de las razones por las que es complicado tener este tipo de conversaciones es porque a la mayoría se nos ha educado para no hablar de sexo, ¿y ahora tienen que hacerlo con las personas a las que más quieren? En muchos países, el sexo a menudo se considera algo sucio, vinculado a disfunciones o enfermedades, y está reservado para la persona amada.

Hace tres años, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) suprimió el término "placer" de la definición de sexo; la OMS, sin embargo, lo sigue manteniendo.

"¿Cómo abordar el tema de la transparencia o los límites al principio de una relación? Desde el momento en que te pusieras a hablar de ello, harías al otro sentir que no es suficiente para ti"

Entonces, ¿cómo se puede romper el hielo para empezar una conversación de este tipo?Pues utilizando frases como: "nosotros estamos por encima de todo eso", "no vamos a caer en esa trampa" y "tampoco vamos a fingir que es algo que no existe, pero sabemos que, si ocurriera, solo serviría para reforzar nuestra relación". Parte de mi libro trata precisamente sobre eso: la necesidad de cambiar la perspectiva en estas charlas, abordarlas desde un enfoque más comprensivo y que ofrezca a las parejas el vocabulario y las herramientas que necesitan. Yo contribuyo con el libro y con mis podcasts, en los que puedes escuchar mis sesiones improvisadas con parejas.

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En gran medida se trata de ser honestos respecto a las relaciones modernas, lo cual suele ser muy distinto a lo que la gente publica en las redes sociales. ¿Por qué hay parejas a las que les cuesta tanto reconocer que llevan tiempo sin disfrutar del sexo porque no es una preferencia para ninguno de los dos?¿Cómo aprendió la gente a hablar de las ITS y del VIH? Hablando.

No será una charla agradable y distendida, pero es necesaria. Puedes empezar admitiendo que las infidelidades existen, que no sois tan ingenuos como para negar eso.

También sugieres que las infidelidades no tienen por qué significar el fin de la relación.
Depende. Hay veces en que la infidelidad supone el golpe de gracia a una relación que ya agonizaba. Es la forma que tiene la persona traicionada de demostrar su sospecha de que acabaría pasando y la forma de la persona infiel de librarse de una relación. Pero también hay infidelidades que afianzan las relaciones.

"No será una charla agradable y distendida, pero es necesaria. Puedes empezar admitiendo que las infidelidades existen, que no sois tan ingenuos como para negar eso"

De ser así, ¿cómo se empieza de nuevo?
El primer paso es la primera fase: la crisis. ¿Qué ha ocurrido? La realidad se ha hecho añicos no solo porque no puedes confiar en tu pareja, sino tampoco en tu criterio. Te sientes traicionado, rechazado, herido y asustado. En la fase de crisis, la protagonista es la persona herida. La otra debe reconocer su traición y mostrar arrepentimiento. Debe reaccionar al dolor de su pareja, al margen de lo que la infidelidad haya supuesto, y dejarle tiempo para recomponerse.

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Cuando las aguas se calman un poco, empezamos a buscarle un sentido. ¿A qué ha venido todo esto? Lo ponemos todo en perspectiva y analizamos cómo ha afectado a ambos. Ese es el principal cambio que propongo: no se trata solo de las consecuencias, sino de los motivos que hay detrás de una infidelidad. A partir de ahí, hay que ver cómo proceder.


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Una infidelidad redefine por completo una relación, y las secuelas dependerán de cada pareja. ¿Hacia dónde queremos ir? ¿Sobre qué no hemos hablado? ¿Qué necesidades no tenemos satisfechas? ¿Qué otros secretos hemos estado guardando? ¿Qué hacemos con nuestro estancamiento sexual? ¿Cómo resolvemos nuestra falta de conexión? ¿Qué clase de conexión queremos? Todas estas cosas redefinen una relación.

Hay personas que afirman que después de una infidelidad han acabado teniendo la relación más sincera de sus vidas. Hacen de la crisis una oportunidad para mejorar las cosas. El divorcio no siempre es la solución para todo.