So wurde Henri, der Hund zum Influencer
Foto & Bearbeitung: VICE 
Tecnología

Intentamos hacer ‘influencer’ al perro de nuestra oficina

¿Cuántos seguidores puedes comprar sin gastar mucho dinero y usando los trucos más sucios?

Un perro, un mes, 100 euros. Es el presupuesto y el tiempo que nos dimos para hacer que Henri, una adorable mezcla de jack russel y pastor alemán que todos adoran en la oficina, se convirtiera en un influencer perruno de Instagram. En realidad, no nos importaba el subidón de dopamina que dan los me gusta ni el dinerito fresco de los patrocinadores, solo queríamos entender cómo funciona el mercado de los falsos seguidores.

Publicidad

Empezamos con lo básico. Sacamos una foto de Henri con las orejas erguidas para el perfil. Muy mono. En su biografía, escribimos: “¡Sígueme si te gustan los perros!”. Además, creamos una cuenta de correo y la añadimos al perfil como medio de contacto. Por último, seguimos diez cuentas de otros perros instafamosos, de las que nos siguieron cuatro.

Así, empezamos a publicar al menos una foto al día. Teníamos un generador de hashtags que añadía las etiquetas por nosotros y ponía letras de canciones pop para rematarlo. Con poco esfuerzo, teníamos publicaciones únicas y originales.

Instagram-Post von Henri

LA ÚLTIMA ENTRADA DE HENRI EN INSTAGRAM

Tras prepararnos para el éxito, tratamos de conseguir algunos seguidores falsos. Descargamos la aplicación Get Super Followers para Instagram, que ya no está disponible, de Google Play Store. La idea era muy simple: Henri tenía que seguir y dar me gusta a otros perfiles para conseguir monedas virtuales que después podría cambiar por me gustas o seguidores en su perfil (todo gratis). Pero, he aquí la cuestión: la aplicación nos pidió la contraseña del perfil de Henri, algo que nunca, nunca deberías hacer. Decidimos hacerlo para ver qué pasaba.

El método era complejo: se necesitaba mucho tiempo para dar me gusta a todas esas cuentas y la aplicación dejaba de funcionar constantemente. Después de una hora, solo habíamos conseguido suficientes monedas para conseguir 20 seguidores, 150 al final del día. Pero también nos enteramos de por qué la gente no usa este método. Instagram nos envió una notificación: nos habían pillado.

Publicidad

Apenas había comenzado nuestra aventura de instafamoseo perruno y ya nos habían parado los pies. “Tu cuenta se ha visto comprometida”, decía la notificación. “Parece que has compartido tu contraseña con un servicio para que te ayude a conseguir Me gusta o seguidores. Esta acción infringe nuestras Normas comunitarias”.

Nos avisaron de que no lo hiciéramos de nuevo o eliminarían la cuenta de Henri, lo que supondría que sus seguidores (falsos) ya no podrían darle a me gusta o comentar.

A continuación, nos unimos a un grupo de engagement. Así es como se llaman los chats donde la gente se apoya mutuamente dando me gustas y siguiéndose. Por ejemplo, puedes encontrar estos grupos en Telegram, una aplicación cifrada para chatear.

Screenshots aus dem Instagram-Pod

GRUPOS DE ‘ENGAGEMENT’ PARA INSTAGRAM. PANTALLAZO DE TELEGRAM

El grupo en el que nos metimos tenía más de 1500 participantes y ninguno era de mascotas influencers. El chat parecía una cascada interminable de enlaces de Instagram, que se rompía solo en contadas ocasiones por las indicaciones de los moderadores. Las reglas eran muy estrictas: antes de poder publicar nuestro enlace, teníamos que darle a me gusta y comentar en las diez últimas fotos enlazadas en la conversación. Los comentarios tenían que ser de más de tres palabras y en la foto correcta. Y así, nuestro engagement sería “único”.

Henri siguió las normas a rajatabla. “Me gustaría ir de paseo ahí”, comentamos en la foto de una chica posando en un puente. Pero tras un par de días, nos dimos cuenta de que los otros participantes del chat no hacían tanto caso a las normas como nosotros. No conseguimos tantos me gusta y comentarios como esperábamos y a nadie le importaba la regla de “más de tres palabras”. “Muy mono”. “Qué monada”. “Ohhh, muy mono”. Un jarro de agua fría. Mensaje captado: no íbamos a llegar muy lejos sin gastarnos dinero.

Publicidad
Screenshot aus Henris Instagram-Account

Dieser Hund ist unschuldig – wir nicht | Screenshot: Instagram

Hay miles de tiendas de falsos seguidores en internet y los precios cambian mucho. Primero, optamos por un servicio caro, pero de “calidad”. La empresa parecía real e, incluso, tenía una dirección postal, un número de atención al clientes y puestos de trabajo. Compramos 25 seguidores de países germanófonos por 5,90 €. Era tan fácil como comprar cualquier otra cosa en internet, simplemente usamos nuestra tarjeta.

Al día siguiente, ya teníamos nuestros seguidores. Tenían nombres normales y apellidos e incluso una foto de perfil. Pero por desgracia, hasta ahí llegaba la calidad del servicio. Era bastante obvio que la mayoría eran cuentas privadas falsas, con solo un par de fotos, y no interactuaban con las fotos de Henri. El precio era desorbitado: para conseguir 1000 seguidores tenías que gastarte más de 200 €.

Screenshots von Henris Followern

LOS INÚTILES SEGUIDORES QUE CONSEGUIMOS CON EL SERVICIO "MADE IN GERMANY". PANTALLAZO DE INSTAGRAM

Como habíamos progresado poco, pedimos consejo al profesor Patrick Vonderau, que se dedica a investigar el mercado negro de las redes sociales en la Universidad de Halle-Wittenberg. Nos dijo que buscáramos un “panel de marketing de redes sociales” en internet, una tienda para comprar engagement.

Su consejo funcionó: encontramos un panel, creamos una cuenta e introdujimos un método de pago. Era un gran riesgo: nos podrían haber timado y haber robado nuestras credenciales de pago, pero decidimos hacerlo en nombre del experimento. Después de todo, la oferta tenía buena pinta: 1000 seguidores por 3,61 €, mucho más barato que el servicio anterior.

Publicidad

Aunque en el sitio web decían que los nuevos seguidores aparecerían en un día, no pasó nada. Intentamos chatear con el sospechoso servicio de atención al cliente, desde el que nos dijeron que era un problema técnico. Dos días más tarde, los 1000 seguidores estaban ahí. ¿Fue porque no paramos de molestarles? Investigamos un poco en foros y descubrimos que era un problema común. Instagram persigue constantemente a las fábricas de seguidores, así que necesitan encontrar nuevas formas de seguir en el negocio.

Screenshot von Henris Instagram-Account

HENRI ES UN MAGO DEL PHOTOSHOP. AQUÍ ESTÁ SU PRIMER (Y ÚLTIMO) PATROCINADOR. PANTALLAZO DE INSTAGRAM

Unos días más tarde, conseguimos nuestro primer patrocinador. Desde una tienda en internet llamada Aki-Oka nos dijeron que nos darían un 50 por ciento de descuento de por vida si los promocionábamos en Instagram. Los días siguientes, recibimos otras dos ofertas y unas cuantas más después de la fecha límite que nos habíamos impuesto. Finalmente, aceptamos una oferta de una tienda de camisetas veganas, que nos nombró “mascota embajadora”.

Pero Henri todavía tenía menos de 2000 seguidores y queríamos ver hasta dónde podíamos llegar. Investigamos un poco más y encontramos un servicio superbarato en internet con una opción de “rellenar”, lo que quiere decir que si Instagram cerraba alguna de las cuentas de nuestros seguidores por ser falsas, nos darían más nuevos. Compramos 12 000 seguidores por 60 € y unos 200 me gusta, que nos salían a 35 céntimos por cada cien. La entrega tardó un par de días por problemas técnicos, otra vez. Pero al final, Henri se convirtió en un micro influencer.

Publicidad
Henris Follower-Wachstum in einer Grafik

TODO LO CONTRARIO A UN CRECIMIENTO ORGÁNICO (AZUL: DÍA. ROJO: NÚMERO DE SEGUIDORES). PANTALLAZO DE GOOGLE SPREADSHEETS

Confiados de nuevo, nos propusimos dar un salto al mundo de los anuncios profesionales. Nos apuntamos a un par de plataformas que emparejan marcas con influencers. Antes de conseguir un nuevo cliente, estas compañías piden a los solicitantes que proporcionen informes sobre el crecimiento de sus seguidores, su ubicación y su índice de actividad.

No era muy difícil ver que los seguidores de Henri eran falsos: la mayoría tenían nombres raros, estaban en Estambul, Deli, Bakú o Bombay y no tenían fotos de perfil. No obstante, la tasa de engagement de Henri no estaba mal. Era de un 3 por ciento, que es la media de un influencer de Instagram. Por desgracia, no pudimos engañar a nadie. Nadie nos contestó.

Screenshots aus Henris Analytics

HENRI ES UNA ESTRELLA EN ESTAMBUL. (ESTADÍSTICAS DE PÚBLICO: IZQUIERDA – 10 252 SEGUIDORES. CENTRO: LOCALIZACIONES. DERECHA: CRECIMIENTO - TOTAL: 9503; HAN DEJADO DE SEGUIRME: 1447; NUEVOS SEGUIDORES: 10 950). PANTALLAZO DE INSTAGRAM

Nuestro último recurso para sacarle provecho al pobre Henri fue el mercado negro donde se venden cuentas de Instagram con un gran número de seguidores. Encontramos uno en Telegram en el que conocimos a uno de los líderes del grupo, Amrit. Amrit colaboró con nosotros durante un tiempo, contestando preguntas sobre su línea de negocio de manera voluntaria. Nos contó que era un adolescente de Dubái y no quiso revelar su nombre.

Le pedimos un presupuesto. Una cuenta con 12 000 seguidores cuesta unos 80 €, pero la nuestra tenía seguidores falsos, así que valía solo alrededor de 20 €. Era menos de lo que nos habíamos gastado, pero seguramente se nos había pasado algún truco por novatos.

Screenshot von Henris Instagram-Account

HENRI TRABAJANDO DURO PARA SALVAR AL MUNDO. PANTALLAZO DE INSTAGRAM

Al final, hacer trampa en Instagram nos llevó muchísimo tiempo, trabajo y paciencia, que podríamos haber invertido en hacerlo de manera legal. ¿Pero por qué hay gente que compra seguidores si no funciona? Hay influencers que utilizan este recurso para hinchar su número de seguidores, que son bastantes y reales, y así conseguir mejores contratos con marcas. En pequeñas dosis, es más difícil ser descubierto. Pero hay mucha gente a la que no le importa la fama y solo quieren gastar una broma a sus amigos.

Claro está, decidimos no vender la cuenta de Henri y poner fin a su carrera de influencer perruno. Al fin y al cabo, Henri no necesitaba cientos de me gusta, solo cariñitos y caricias.

Sigue a Sebastian en Twitter.

Suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado