Relaciones

'Si yo te contara', por qué siempre tienes un amigo que dice que está peor que tú

Si tienes problemas con la pareja, a él le acaban de dejar. Si en el trabajo no estás bien, te dice que tú al menos tienes trabajo.
mujer deprimida
Foto vía usuario de Flickr Bev Skyes/CC by 2.0

Todos tenemos un amigo que siempre dice estar más jodido que nosotros. El típico al que le explicas que tienes problemas con la pareja y te dice que a él le acaban de dejar y que está pasando por una depresión del copón, aquel al que le comentas que en el trabajo no estás bien y te dice que tú al menos tienes trabajo, que él no consigue uno desde hace meses y que tiene veinte euros en su cuenta corriente.

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No sabes cómo se lo monta, pero a él siempre le ocurre alguna desgracia peor que la tuya y se recrea explicándotela y haciéndote sentir una mierda por sentirte como una mierda. La competición de desgracias acaba siempre con tu silencio, haciéndote tragar tu angustia y, por si no tuvieras suficiente, también la suya.

Pues bien, para intentar buscar respuesta a estas preguntas, hemos contactado con la psicóloga Noelia Vargas Garrido.


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Según nos cuenta, este tipo de conducta ocurre más de lo que creemos y especialmente en nuestra cultura. “Puede cumplir varias funciones, dependiendo de cómo se perpetúe o se haya aprendido ese comportamiento. Bien puede ser una demanda social de la persona, bien una forma de responder a la demanda que se le está haciendo, para rebajar el malestar de la persona que la realiza o por conseguir reconocimiento y atención”, asegura Noelia.

Precisamente, un posible fin de verbalizar que uno es el epicentro de todas las desgracias sería la búsqueda de apoyo social. “Al final, es una conducta dirigida a intentar evitar ese malestar en el que nos encontramos. En una sociedad cada vez más digitalizada e individualizada, quejarse, por ejemplo, a través de las redes, sirve como un recurso más de apoyo, ya que en cierta medida el apoyo social es más accesible y más rápido".

Según la psicóloga, eso dependería también de la socialización que se esté dando en la red: “En Instagram es mucho más raro encontrar este tipo de conductas frente a redes como en Twitter, donde todos y todas estamos hechos una verdadera calamidad”, nos explica. En este sentido, el contexto y el hecho de ver que otras personas lo hacen y reciben apoyo al hacerlo, también animaría a que se provocara ésta situación.

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Noelia también matiza que cada persona aprende a afrontar las circunstancias de forma más o menos distinta y hay personas que puede que magnifiquen sus respuestas en función de un aprendizaje. “Si una persona ha sido expuesta a varios episodios de enfermedad, o incluso ha tenido algún ingreso o tratamiento farmacológico, habrá más posibilidades de que, cuando se hable de una enfermedad, responda con una percepción magnificada de malestar”, explica.

Expresar constantemente que tu vida es peor que la de tus amigos, en principio, no tiene que ser algo patológico y no iría más allá del narcisismo. “Lo patológico entra cuando realmente hay una interferencia en la vida cotidiana de la persona: que ese malestar le lleve a preocupaciones rumiantes, que tenga un estado de alerta continuo o una hipervigilancia de sus sensaciones corporales”, dice Noelia.

El hecho de que se considere o no un problema psicológico, va a depender de la magnitud del mismo y de cómo interfiera en su vida. Pero según nos cuenta, en principio no se trataría de algo patológico ni patologizable. “Las preocupaciones van a estar siempre. Al fin y al cabo, es una conducta común y normal en las personas. La cuestión es cómo respondamos ante las mismas y qué consecuencias va a tener. Si es más o menos irracional o congruente con la situación en la que nos encontramos".

En principio, y según nos cuenta, nada tendría que ver esta conducta con la madurez de una persona pero sí que la edad podría intervenir entre otros factores. “Se trata más de un proceso evolutivo que de madurez en sí”, nos cuenta Noelia. Así pues las experiencias vividas, el grado de afectación de las mismas y cómo lo hemos procesado internamente serían otras circunstancias a tener en cuenta.

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Cuando le preguntamos por cuál debería ser nuestra reacción delante de un amigo o amiga que constantemente está explicándote sus desgracias cuando tu le cuentas lo mal que estás, y es algo que ocurre de forma recurrente y se da la casualidad de que siempre sus experiencias son peores que las tuyas nos contesta que lo primero que debemos hacer es detectar cuándo suele hacerlo más y en qué situación se encuentra la persona.

Soy psicóloga y neurótica

“No va a ser lo mismo una persona que mantenga esa conducta por refuerzo que otra que lo haga por depresión”, nos cuenta Noelia. Según nos cuenta lo mejor es escuchar estoicamente y responder de forma asertiva, aunque a veces nos pueda costar. “Puedes llegar a disuadirle a través de preguntas, pero sin llegar a la confrontación. Al final está respondiendo así por algo y enfrentarle va a facilitar el conflicto entre ésta persona y yo”, nos cuenta Noelia.

Si no te lo has encontrado ya, seguro que a lo largo de tu vida te lo encontrarás: aquel amigo que siempre está más jodido que tu va aparecer para que te deprima aún más con sus historias. Pero al menos ahora ya sabemos que tendremos que sacar la mejor versión de nosotros mismos, aquella que solo sale cuando tu mejor amigo va muy borracho y eres el único sobrio que puede acompañarle a casa y escucharle decir todas sus verdades de persona que ha bebido.

Porque al fin y al cabo para eso están los amigos. Para aguantarse sus mierdas, los unos de los otros y crear así un cojín de respaldo para que al menos si uno de los dos cae, que el otro no resbale.

Sigue Alba en @albacarreres.

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