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Conoce al luchador MMA que escapó de Corea del Norte enfrentándose a la tortura y la muerte

Park Il Choong nació en Corea del Norte, pero decidió arriesgar su vida para cruzar la frontera de su país y perseguir su sueño en el mundo de las artes marciales.
Photos by SeoulPirates.com

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Es difícil separar los hechos de la ficción cuando hablamos de historias de Corea del Norte, pero un joven luchador de artes marciales mixtas ha experimentado en primera persona lo que es vivir bajo el que se considera el régimen más duro del mundo.

Park Il Choong vive ahora en Chuncheon donde persigue el sueño de su vida, convertirse en luchador profesional de las MMA. Pero no es aquí donde nació. El joven de 23 años arriesgó su vida para escapar de Corea del Norte, emprendiendo un peligroso viaje que le llevó a través del río Tumen hasta la relativa seguridad de China y, luego, hasta el santuario que le ofreció Corea del Sur.

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Su carrera en las MMA no tuvo el mejor de los comienzos y perdió sus primeros cuatro combates, pero Choong ha tenido que enfrentarse a problemas mayores en el pasado. Le llevó casi ocho años huir de Corea del Norte y empezar una nueva vida en el sur.

"Nací en Musan. Mi padre murió cuando tenía 11 años y mi madre huyó a Corea del Sur cuando tenía 12, aunque mi hermana y yo no conseguimos escapar de Corea del Norte hasta que tuve 18 años", cuenta en una conversación por teléfono. "Si quieres escapar tienes que pagar a un intermediario, y eso cuesta mucho dinero. Mi madre quería llevarnos a mi hermana y a mí a Corea del Sur, lo que le costó mucho trabajo y tiempo. Pero luego, cuando por fin había reunido el dinero y pagado, descubrimos que el intermediario era un fraude. Nos quedamos sin nada de dinero".

Choong tuvo que esperar otros seis años para poder seguir los pasos de su madre y huir del país en un viaje lleno de peligros, pero su segundo intento de huida no fue según lo planeado.

"En 2008 fue cuando intenté escapar por primera vez, pero mientras intentábamos encontrar la dirección hacia el sur fuimos perseguidos y dos de las personas que iban con nosotros fueron atrapadas. Mi hermana y yo conseguimos escapar, y luego descubrí que las otras dos personas habían sido torturadas y encerradas. Ahora supongo que deben de estar muertas. De hecho, siete de cada diez norcoreanos que intentan escapar son atrapados".

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Su primer intento de huida acabó casi en un desastre fatal pero Choong continuó decidido a encontrar una vida mejor para él y su hermana pequeña. Las consecuencias si te pillan son tan duras que, en aquel momento, creía que la muerte sería la mejor opción. Pero a pesar de los riesgos decidió intentar una vez más salir de Corea del Norte.

"La primera vez que intenté escapar de Corea del Norte fracasé, pero un año después, en 2009, lo volví a intentar. No podía parar de imaginar lo terrible que sería y pensaba que sería mejor morir de una bala durante la huida que ser capturado. Crucé el río Tumen cuando tenía 18 años y llevé a mi hermana conmigo".

El río Tumen separa Corea del Norte de China. A pesar de ser un río altamente contaminado y estar patrullado de vez en cuando por agentes de fronteras, sigue siendo el camino más fiable para salir del país. Desde allí, los desertores normalmente intentan llegar hasta Corea del Sur porque pueden ser deportados si los descubren las autoridades chinas.

Choong no quiso dar muchos detalles sobre cómo consiguió llegar desde China hasta Corea del Sur, pero dice que nada podría haberle preparado para el choque cultural que le esperaba.

"Puede ser muy duro llegar a Corea del Sur y tratar de entender su modo de vida, porque es muy diferente. Si eres un joven de 17 años y vas al instituto en Corea del Norte no tienes ni idea de lo que es una universidad. En Corea del Norte, a los 18 años es obligatorio ir al ejercito durante diez años".

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Durante sus seis primeros meses en Corea del Sur, Choong fue interrogado por el Servicio de Inteligencia Nacional y le fue muy difícil adaptarse a la nueva vida por la que tanto había arriesgado.

"Aunque llegué a Corea del Sur en marzo de 2009, hasta septiembre no conseguí ser libre. Tuve que ir a una institución del Servicio de Inteligencia Nacional y recibir una formación sobre tareas básicas. En Corea del Norte soñaba cómo sería mi vida si lograba escapar y tenía un plan para sobrevivir, pero cuando llegué a Corea del Sur no encontré ninguna forma de llevarlo a cabo. No tenía ni idea de qué hacer, mi vida era una desolación".

A Choong le llevó mucho tiempo adaptarse a la vida en Corea del Sur, pero pronto se dio cuenta de que ahora podría alcanzar el sueño de su infancia.

"Desde niño, siempre había querido ser boxeador profesional y cuando por fin acabé en Chuncheon pude aprender a boxear. Y no solo eso, quería aprender todo tipo de lucha, así que me pasé a un gimnasio de MMA. Así es cómo acabé en el Wild Gym y después de un mes de estar entrenando allí vi un anuncio para las pruebas de Crying Fist.

Crying Fist es un reality basado en las MMA, podríamos considerarlo "la respuesta de Corea del Sur a The Ultimate Fighter". Choong pronto se convirtió en uno de los favoritos del programa tras haber contado la historia de su vida. Consiga o no enderezar su carrera con un par de triunfos, el norcoreano siempre tendrá un gran apoyo y dice que está muy agradecido por la vida que tiene ahora.

"Vivo con mi madre y mi hermana en Chuncheon y vengo a Seúl en tren. Me divierto durante los entrenamientos y cada día para mí es como un regalo porque logré sobrevivir a una crisis de vida y muerte".

Sigue al autor en Twitter: @JamesGoyder