¿Deberían competir de nuevo los atletas olímpicos suspendidos por dopaje?
Photo by Kirby Lee-USA TODAY Sports

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la lucha contra el dopaje

¿Deberían competir de nuevo los atletas olímpicos suspendidos por dopaje?

El regreso de los velocistas Justin Gatlin, LaShawn Merritt, y Tyson Gay a las olimpiadas reabre la polémica sobre si tienen derecho a volver a competir después de cumplir una sanción por doparse.

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Después que Justin Gatlin ganara los 100 metros en las pruebas olímpicas del equipo estadounidense de atletismo y sellara su regreso a las olimpiadas de 2016, la gran mayoría de los que abarrotaban las gradas del Hayward Field, en Eugene, Oregon, se pusieron de pie. Los aplausos se transformaron en un estruendo conforme el ex campeón olímpico caminaba alrededor de la pista con una bandera en la mano y su adorable hijo a su lado. Días después, Gatlin conseguiría otra plaza en los 200 metros. Ya era de nuevo uno de los hombres más rápidos de Estados Unidos y del mundo.

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En un deporte donde, por lo general, los atletas llegan a su máximo nivel con poco más de veinte años, es sorprendente que con 34, Gatlin —ganador de la medalla de oro y bronce en los 100 metros en Atenas 2004 y Londres 2012 respectivamente— siga compitiendo a buen nivel. Sus logros, sin embargo, estarán siempre en duda porque el velocista cumplió dos suspensiones por dopaje: Gatlin fue vetado dos años en 2001 —sentencia que se redujo a un año— y cuatro más en 2006.

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Así que no sorprende que en medio del mar de aplausos después de su actuación en Eugene, algunos en las gradas se cuestionaran sus resultados y la gente se quejara en las redes sociales.

"¿Recordáis cuando Gatlin fue suspendido por dopaje y después regresó para correr más rápido con 35 años? Sin duda, ahora está rehabilitado", decía un comentario bajo el hashtag #Team USA. "Toda el mundo apoyó a Gatlin. Por esto nunca se va a acabar el dopaje" se menciona en otro.

Los periodistas en la sala de prensa murmuraban sobre la actuación de Gatlin, pero pocos tenían ganas de echar a perder el buen rollo dentro del equipo olímpico. Tal vez por esto el puñado de aficionados en las gradas que vestían camisetas con la frase "corredores contra el dopaje" sintieron que estaban llevando a cabo un acto valiente.

Merritt y Gatlin han cumplido suspensiones por dopaje. Foto por Glenn Andrews, USA TODAY Sports

El regreso de Gatlin a las Juegos provoca que uno se pregunte, una vez más, si los atletas que han sido sorprendidos dopándose pueden realmente arrepentirse de su transgresión y competir limpios de nuevo.

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Los aficionados, los atletas, los patrocinadores y los científicos siguen divididos por esta cuestión. Algunos dicen que los que se han dopado deberían ser vetados de por vida. Punto. Otros argumentan que los velocistas como Gatlin merecen una segunda oportunidad una vez cumplida su sentencia.

"¿Qué demonios le sucede a la cultura del atletismo?" preguntó la corredora olímpica de 800 metros, Alysia Montaño, al periodista Philip Hersh en marzo. "No tendríamos que celebrar nada de los que alguna vez se han dopado. Una vez que lo haces, lo seguirás haciendo. No existen las segundas oportunidades".

Los sprints requieren explosividad y al tratarse de una competición en la que el resultado se define por milésimas de segundos, los atletas buscan obtener cualquier ventaja competitiva. Como resultado, el atletismo ha sido un terreno fértil para las sanciones por dopaje. Rusia puede que sea un ejemplo extremo —supuestamente patrocinado por el gobierno—, pero sin duda no fue el único país que permitió ir a Río a sus atletas implicados en temas de dopaje.

Adam Nelson recibió la medalla de oro de 2004 durante las pruebas olímpicas del mes pasado. Foto por James Lang-USA TODAY Sports

Cojamos de ejemplo a Estados Unidos. Gatlin estuvo acompañado de Tyson Gay en las pruebas olímpicas, que también dio positivo por sustancias prohibidas en julio de 2013 y fue despojado de su medalla de plata de las olimpiadas de 2012. Formará parte, sin embargo, del equipo olímpico de 100 metros con relevos que estará en Río de Janeiro. LaShawn Merrittfue fue suspendida dos años —se redujo después a 21 meses— en 2010 después de no pasar una prueba antidopaje, pero competirá este verano en los 200 y 400 metros.

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Los seguidores y periodistas no estaban exactamente ansiosos por mencionar todo esto en la sala de prensa y mucho menos en la pista donde se disputaron las pruebas olímpicas. La mayoría de los atletas en Hayward evitaron hablar de las sanciones de dopaje de sus compañeros, algunos mencionaron el tema por encima o aseguraron que habían aprendido su lección y que habían renovado su compromiso para competir limpios.

Existe la preocupación, no obstante, que el dopaje continua otorgando una ventaja a los atletas tiempo después de haber acabado sus sanciones, incluso si ya no consumen nada. Las ventajas aportadas por los esteroides anabólicos podrían durar décadas, según un estudio de la Universidad de Oslo,pero lo que ha generado más críticas por la sospechosa gráfica "geriátrica de sprints" de Gatlin.

A pesar de esto, algunos atletas no están del todo convencidos que aquellos que den positivo sean excluidos de por vida, especialmente teniendo en mente los actuales regímenes antidopaje. Adam Nelson, lanzador de peso y presidente de la Track & Field Athletes Association, opina lo mismo que Carl Sagan, "afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias".

"Como defensor de los derechos de los atletas, tengo que luchar para que ellos participen si cumplen con todas las reglas"

Adam Nelson, lanzador de peso

Nelson es el más indicado para hablar del tema ya que se enteró que había ganado la medalla de oro en los Juegos de 2004 en vez de la de plata después que encontraran rastros de esteroides en la orina del ganador, el ucraniano Yuriy Bilonog. Nelson compitió en las pruebas olímpicas pero no logró entrar en el equipo para ir a Río de Janeiro.

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Para Nelson, un sistema más justo daría a los atletas la opción de tener voz determinando las sanciones apropiadas por el uso de sustancias prohibidas y no sólo a los líderes de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), el órgano internacional que supervisa los estándares de las pruebas antidopaje en los deportes olímpicos."La WADA ve a todos los atletas como enemigos", opina Nelson. "Eres culpable hasta comprobar lo contrario. Es el modelo incorrecto. Los atletas no son perfectos, pero tampoco las pruebas de la WADA lo son. Si sus pruebas lo fuesen, no habría necesidad de todo esto".

En Oregon, los speakers no mencionaron que ningún atleta tenía en su pasado sanciones antidopaje y eso, según algunos de los presentes ayudaba a que los aficionados se olvidarán por completo del pasado de algunos atletas.

El velocista B.J. Lee, en cambio, es mucho más pragmático: "Me quito el sombrero ante la WADA y la USADA por asegurarse de que sea un competición libre de sustancias prohibidas. Es importante asegurarse que el deporte permanezca limpio para que se respete como es debido".

"Cuando estás a punto de salir no lo piensas. Solo esperas que tus compañeros estén compitiendo sin ningún tipo de ventaja".

B.J. Lee, velocista

Lee destacó, sin embargo, que hay muchos aficionados que se mueren por ver caer las marcas y el límite al que puede llegar el cuerpo humano. El velocista advierte que si también quieren que el atletismo sea un deporte totalmente limpio, los deseos de ver nuevos records del mundo en cada competición podrían verse reducidos.

"La gente solo ve el producto final y eso es justo lo que se supone que tenemos que producir", explica Lee. "Es como una película. No ves lo que pasa detrás de las escenas, pero da igual porque lo que quieren es el resultado final en meta".

Una escena similar se desarrollará en la pista Olímpica de Río durante los próximos días, donde Gatlin, Gay y el resto de los velocistas del mundo se darán cita ante miles de personas en las gradas y millones en la televisión. Pese a sus historiales manchados, todavía cuentan con patrocinadores y aficionados; son éstos quienes determinarán como de significativo será el producto que presenten en los Juegos Olímpicos.

Sigue a la autora en Twitter: @marypilon