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big sam al rescate

Sam Allardyce es el entrenador que Inglaterra necesita

En una era sin salidas para Inglaterra, "Big Sam" es el hombre ideal para poner orden en el conjunto inglés.

Es una mañana fría en St. George's Park, y las canchas de entrenamiento brillan como plata bajo una delgada capa de rocío. El sol brilla, los pájaros cantan, y la naturaleza para estar en todo su esplendor. De repente, hay un momento de silencio perfecto, un segundo de paz interrumpido solamente por la brisa de Staffordshire. Pero el momento se cae a pedazos por los bramidos del incandescente "Big Sam".

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"Gana la posesión del balón Wayne, bastardo debilucho", grita. "Mete el pie Sterling. Vardy, dame esos parches de nicotina", exclama antes de meterse a la boca un paquete completo de chicles para dejar de fumar. Se trata de las órdenes de "Big Sam", las cuales sacuden el piso, dispersa a las nubes, y ahuyenta a los animales del bosque. Estas son las exigencias del nuevo entrenador de Inglaterra, y no va a soportar pases cortos, o el tiki-taka, o cualquier tipo de tontería practicada en el sur.

Por supuesto, Allardyce aún no es entrenador de Inglaterra, pero parece ser el candidato elegido por la FA hasta el momento. Varias fuentes han informado que se encuentra en pláticas para tomar el cargo, y algunas destacan que podría ser nombrado más rápido de lo esperado. Han surgido varios fans, expertos y columnistas que han expresado su preocupación ante la idea de que "Big Sam" se haga carga del equipo nacional inglés, ya que aseguran que sería un retroceso. Considerando que lo pasaron por alto cuando Sven-Göran Eriksson dejó el cargo —al parecer por sus tácticas rudimentarias—, aquellos que lo ven como un retroceso tiene algo de razón.

En efecto, es por esto que deberían darle el puesto. Más que nadie en el planeta, Sam Allardyce es el director técnico que Inglaterra se merece.

Big Sam Allardyce is the favourite to be the next England gaffer. He's EXACTLY what this country needs as a leader. https://t.co/mNNAppJEcz
— Marathonbet (@marathonbet) July 11, 2016

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Cuando se habla de futbol inglés en la era moderna, la falta de imaginación es lo primero que salta a la mente. Primero que nada, los ingleses son un tanto lentos para diagnosticar los problemas de su selección de futbol. La FA se la pasa meditando entre dos ideas donde por un lado sugiere que las ligas menores se conviertan en campos de juego de primer nivel para los equipos de las academias, y por otro que establezca un tope salarial para evitar que los talentosos extranjeros obstruyan el talento de casa. La realidad es que las fuerzas básicas en aquel país no se han apoyado en absoluto, y hasta que la Premier League no distribuya sus miles de millones hasta el fondo de la pirámide, nunca se logrará cumplir la meta del potencial nacional como sí se hace en otras naciones.

Aunque podríamos seguir hablando del tema del desarrollo de jugadores, ésta es sólo una forma del fracaso imaginativo. La era Roy Hodgson fue una glorificación prolongada de mediocridad, un himno al conformismo. Si tan sólo se pudiese entender en primer lugar el nombramiento de Hodgson —una segura decisión luego del desastre de Fabio Capello—, el hecho de que haya sobrevivido al teatrito que se aventó con Inglaterra en la Copa del Mundo es prueba fehaciente de la pasividad inglesa. A la FA se le acabaron las ideas cuando se trata de contratar a entrenadores progresistas; de esto lleva ya varios años.

Aquí es cuando "Big Sam" entra al juego.

Lo que sea que pienses de las tácticas de "Big Sam", no puedes negar que es el mejor de los candidatos. Alguna vez, José Mourinho comentó que su equipo del West Ham jugaba "futbol como si estuvieran en el Siglo XIX", pero en una era de conservadurismo inglés sin precedentes, ¿qué podría ser mejor que ello? Si los entrenadores ingleses fuesen caricaturas históricas, "Big Sam" sería un estricto sargento. Se encargaría de poner a los seleccionados a raya, infundirles disciplina a base de golpes, enseñarles a patearle el trasero a los franceses y a ganarse el respeto. Es lo que todo mundo quiere de un entrenador. Olvídate del entretenimiento y la estética, y demás tonterías.

En el último de los casos, si los ingleses se pasan otros dos años viendo a Gary Cahill mandar largos centros a Harry Kane, no pasará nada. Están cansados de la creatividad, cansados de los expertos, y es muy probable que estén de acuerdo en que Sam Allardyce se encargue de llevar a Inglaterra al glorioso y patriótico fracaso en Rusia 2018. La candidatura de "Big Sam" es la epítome no sólo del estado contemporánea del futbol en aquel país, sino también el estado del mismo. Al carajo el progreso, las reflexiones a largo plazo y el intentar hacer las cosas bien. Lo único que pretenden los ingleses es irritar a los demás, y "Big Sam" es el hombre apropiado para hacerlo.

@W_F_Magee