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Sexo

Un oráculo para perder la virginidad

Hablamos con Kate Monro una experta en aquello de perder la virginidad

Todas las ilustraciones fueron tomadas de la portada de Losing it

Hace un par de años, Kate Monro dejó su trabajo en el mundo del marketing para poder dedicarse a hablarle a la gente de cómo perder la virginidad. Una vez que reunió suficientes historias de una gama amplia de personas durante las últimas ocho décadas, las escribió todas y las puso en el libro, Losing It: How We Popped Our Cherry Over the Last 80 Years. (Perdiéndola: cómo perdimos la virginidad durante los últimos 80 años)

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Esas historias incluyen los relatos de primera mano de un hombre casado que no ha tenido sexo porque prefiere ser castigado; las palabras de una mujer que entiende que su primera experiencia sexual fue con su doctor; y la historia de un hombre con discapacidades que pagó por su primer encuentro sexual y quien disfrutó más el arrunche post coito que el sexo mismo.

El libro logra demostrar la gran variedad de cosas que hacen que a los hombres se les pare el pipí y a las mujeres se les humedezca la vagina, mientras que, sorprendentemente, hace gala de una buena redacción que permite la lectura. Así que le pregunté a Kate sobre cómo fue el proceso de meter la nariz en la vida sexual de otras personas y qué cosas pueden decir estos cuentos de "desvirgue"  sobre quiénes somos.

VICE: Hola Kate. ¿Qué te llevó  a  preguntarle a la gente cómo habían perdido la virginidad? 
Kate Monro: Me encantaba la idea de explorar la cultura moderna teniendo como vehículo historias en primera persona de la gente relatando sus primeros encuentros sexuales. También, me di cuenta de que no era la única persona interesada en conocer lo que las personas hacen a puertas cerradas.

¿Por qué perder la virginidad es un tema tan importante para la gente?
Hay razones válidas y tradicionales de por qué es un gran tema. Antaño, si eras una mujer occidental y no estabas "intacta", podrías estar en graves problemas —y no olvidemos que aún hoy sigue siendo así para muchas mujeres en muchas partes del mundo—. Pero para aquellas que somos lo suficientemente afortunadas por no ser juzgadas por nuestro estatus sexual, mucha de la gente que entrevisté preguntándole por el momento en que perdieron la virginidad lo consideraban un momento realmente importante que marca el paso o la transición entre la niñez y la adultez.

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¿Qué aprendiste al escribir el libro? 
Una cosa que encontré es que nunca sabrás cuanta gente "normal" y atractiva no han perdido su virginidad. La historia del hombre casado de 40 años que se había mantenido célibe y virgen fue un declaración, incluso para mí. Mucha gente está nerviosa y asustada y perder la virginidad se convierte en un "tema", algunos no logran asimilarlo y afrontarlo —el tiempo no les parece el adecuado y algunos sienten que ya es muy tarde para tratar de comenzar—. Mi blog, The Virginity Project, se convirtió en una voz para esa gente porque parecía que no había un lugar para ellos en esta sociedad.

¿Qué entendiste de tí misma cuando escribiste el libro? 

Cuando hablas con un cierto grado de intimidad con la gente, te soltarán informaciones en la conversación que tu no esperabas oír. Una mujer me contó, que durante su adolescencia en los 50, su ginecólogo le había enseñado cómo masturbarse.

Tienes que controlar tus emociones  en momentos como este, porque ella viene de un momento en el que la gente no sabía mucho de sexo comparado con lo que se sabe hoy. Y mientras que se sentía confundida sobre la experiencia, se sintió a la vez liberada. Tal y como ella dice: "nunca me había hecho esto a mí misma. Fue algo extraño y nuevo. Como resultado aprendí a masturbarme lo cual fue una gran revelación para mí", esa fue la forma en que ella decidió enmarcar la experiencia. Yo no me sentí en el derecho de estallarle la burbuja, particularmente teniendo en cuenta que era una mujer ya muy adulta.

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En algunas ocasiones entrevistaste gente que conocías. ¿Qué tan incómodo fue?
La gente me sorprendía constantemente y aprendí con ellos a no ser prejuiciosa, porque nunca sabes qué buen amigo de un amigo se sienta en tu mesa y te dice que perdió su virginidad a los 13 años en el verano de 1959 con dos hermanas que tenían 15 y 16 años. Hablando en términos generales, encontré a esta generación de personas más adultas mucho menos vctorianas de lo que pensaba. Ellos estaban motivados por las mismas hormonas por las que estamos motivados nosotros hoy en día.

¿Cuál fue la historia más memorable que escuchaste?
Una de las más memorables fue la del papá que se quedaba en casa. Su mujer era la que traía el dinero al hogar y también tenía una inclinación por el pegging. Pegging, según entiendo, es el acto de penetrar analmente a un hombre con un dildo. Así que mientras que él le "arrebató" la virginidad a ella, la primera vez que estuvieron juntos, años después, ella también le arrebató una especial forma de virginidad a él.

Sus observaciones al respecton fueron fascinantes. "Llegué, tan cerca como es posible, a experimentar lo que Georgina sintió la primera vez que tuvimos sexo" dijo él. "Esta no fue como mi primera experiencia, de la cual saqué sentimientos de poder y regocijo. Al contrario, esto incluía una sensación de inferioridad — ser perseguido, penetrado y bajo el control de otra persona. Pero la verdad es que tuve un orgasmo brutal, uno como nunca antes había experimentado"

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¿Qué dice entonces esto sobre la dinámica de poder entre hombre y mujer cuando se trata de sexo? 
Aprendí algo sobre el delicado balance entre poder físico y mental en los hombres y las mujeres. Él también me dijo que su mujer "se sorprendió de lo fácil que la dejé hacer lo que estaba haciendo y en una cierta medida perdió un poco de respeto por mí.  Eso me sorprendrió y me enfureció un poco la manera en la que se sentía, después de todo, yo había hecho lo que ella había querido hacer".

Suele haber una cierto sentido de vulnerabilidad física cuando se habla de la pérdida de la virginidad de una mujer. Es un gran tema, dejar entrar alguien a tu cuerpo por primera vez —si es que así es como defines tu "primera vez"— y no estoy segura de que la gente aprecie realmente el gran acto de confianza que implica y por qué no debería ser tomado tan a la ligera.

Pero, interesantemente, es usualmente la mujer la que decide si el acto se hace en primer lugar. Los hombres vírgines que me encontré —aquellos desesperados porque ese primer encuentro suceda— pasan por momentos mucho más complejos que las mujeres, porque las mujeres saben que, si es necesario, ellas siempre pueden encontrar a alguien con quien tener sexo. Muchas veces no funciona de la misma manera para los hombres. Las mujeres tiene el palo por el mango en ese sentido.

El tiempo en el que se centra tu libro es la pérdida de la virginidad en los últimos 80 años. ¿Ha cambiado nuestra actitud hacia el acto en el tiempo?

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La palabra "vírgen" apareció como un insulto cuando yo era una adolescente, aunque hoy encuentro que los jóvenes están menos afectados por el tema, más que todo por el internet.  De alguna manera, todos sabemos que hay mil y una formas diferentes de tener encuentros sexuales que no necesariamente incluyen sexo con penetración. Así que somos mucho más libres de definir la idea de perder la virginidad en nuestros propios términos.

Pero hay demasiada pornografía poco realista en internet, que nos guste o no, se ha convertido por default en el educador sexual de mucha gente joven. Aunque no estoy atacando a la gente lampiña que les gusta que "les den duro por el culo", creo que ahora, más que nunca, parece justo develar la verdad sobre lo que realmente los hombres y las mujeres piensas sobre sus vidas sexuales y sus experiencias, y comparten esa información con una audiencia mucho más amplia.

¿Por qué decidiste incluir tu propia historia en el libro? 
La conté porque fue parte de la inspiración para escribir el libro y explorar la temática, pero también porque de alguna manera quería devolverle el favor a la gente que se había sentado conmigo a contarme, sin tapujos ,su historia. Parecía que era lo menos que podía hacer. Extrañamente, nunca pensé que me pudiera sentir extraña contando mi historia en público, pero el día en que fue publicada en una revista, una pedazo de mí sintió que era mejor quedarse dentro de la casa por un rato. Es una historia que me expone tanto.

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¿Cómo definirías la pérdida de la virginidad antes de escribir Losing It,  y cómo lo harías después de escribir el libro? 
Si me hubieras preguntado antes, me hubiera quedado con una definición convencional de pérdida de la virginidad y te hubiera dicho que es el primer acto de penetración, pero ahora veo que eso es una tonelada de mierda patriarcal. Seguro, es un acto importante —ese acto puede ser uno de los más íntimos que puedas tener con alguien—. Pero el sexo puede ser una gran serie de momentos íntimos y muy significativos.

Tal y como una persona que entrevisté me dijo. "después de unos meses de tirar con mi novio, comencé a sentir las cosquillas de un posible orgasmo y después el me hizo venir. Así fue como realmente comencé a perder mi virginidad". Ese es un momento demasiado importante en la vida de una mujer. ¿Por qué eso es diferente o menos significativo que la primera vez que tuviste sexo?

Al final lo que importa, es que ahora muchos de nosotros podemos definir nuestras experiencias en la manera en que queramos y no de la manera en la alguien más quiera y eso es genial.

Gracias Kate.

Losing It: How We Popped Our Cherry Over the Last 80 Years es publicado por  Icon Books.

@MillyAbraham