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El futuro estará plagado de ratas

En el futuro, las ratas podrían llegar a ser más grandes de tamaño que las ovejas.

Imagen vía Edal Anton Lefterov / Wikimedia

Eso de que las cucarachas heredarán la Tierra es una idea totalmente equivocada. Las verdaderas campeonas serán las ratas y sus enfermedades.

Aunque puede parecer que existe una fuente inagotable de cucarachas, su invertebrada calaña está sufriendo una rápida decadencia, mientras los roedores aumentan. En un reciente y amplio estudio en la revista Science, varios investigadores analizaron un proceso llamado defaunación (deberíais memorizar este término ya que probablemente sea tan vital como el de “deshielo ártico” o “destrucción del hábitat” para entender el colapso ecológico de nuestro planeta), que describe cómo la mayoría de los animales del mundo están desapareciendo de manera acelerada.

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Un equipo de científicos liderado por el profesor Rodolfo Dirzo de la Universidad de Stanford, documentó la tasa de la fauna que se está extinguiendo en la era moderna. Desde el año 1500 después de Cristo, se han extinguido por lo menos 320 especies de vertebrados debido principalmente a la actividad humana. Pero lo más impresionante es la disminución de los insectos: solo en los últimos 35 años, los científicos descubrieron que la cifra de invertebrados ha disminuido en un 45%. Los investigadores dicen que este descenso es una prueba más de que estamos ante la extinción del Antropoceno: la sexta extinción masiva del planeta.

Entonces, ¿quién gana, además de los humanos, cuando las abejas, los tigres y los osos pierden? Pues las ratas.

“Donde la población humana es alta, se obtienen tasas elevadas de defaunación, gran frecuencia de roedores y, por lo tanto, altos niveles de gérmenes, lo que aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades”, explicó Rodolfo Dirzo en unas declaraciones sobre el estudio. “¿Quién hubiera imaginado que solo la defaunación podría tener estas dramáticas consecuencias? Pero puede ser un círculo vicioso”.

Hilary Young, una de las autoras del estudio, ha llevado a cabo una serie de investigaciones en las que ha estudiado cómo los roedores se han ido desarrollando después de que otras especies de tamaño más grande se hayan extinguido.

“Lo que descubrimos fue que estas zonas experimentaron un rápido crecimiento de roedores”, explicó Young a The Current. “La hierba y los arbustos que normalmente consumía la megafauna, quedó a disposición de los roedores, tanto para alimentarse como para refugiarse. Como consecuencia, el número de roedores se duplicó, al igual que la población de ectoparásitos trasmisores de enfermedades que llevan con ellos”.

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El doble de ratas. Y el doble de ectoparásitos. Un estudio publicado en 2013 en la Revista Internacional de Microbiología y Ciencias Aplicadas, investigó cómo las ratas portadoras de parásitos son una pieza clave en la transmisión de enfermedades: “Los roedores, junto con los ectoparásitos artrópodos, juegan un papel importante en la transmisión de arbovirus, infecciones estreptocócicas, coriomeningitis, la peste, tularemia, leptospirosis, spirochaetes, etc.”, escribió el autor.

“Los ectoparásitos incluyen insectos y acarinas (pulgas y ácaros)”, dice el estudio de 2013, “muchos de ellos son parásitos permanentes como los piojos, mientras que la mayoría de las garrapatas y las pulgas son parásitos temporales. Las ratas son conocidas por albergar cuatro grupos de artrópodos ectoparásitos: pulgas, garrapatas, ácaros y piojos… Algunos ectoparásitos pueden transmitir, biológica o mecánicamente, agentes infecciosos a humanos y animales, lo que puede resultar en una propagación de infecciones”.

En otras palabras, las ratas llevan a cuestas un montón de parásitos, que a su vez llevan a cuestas un montón de enfermedades. Aquí tenéis una lista rápida elaborada por el Centro de Control de Enfermedades sobre algunas de las enfermedades que propagan las ratas por Estados Unidos:

  • Síndrome pulmonar por hantavirus.
  • Fiebre Hemorrágica con síndrome renal.
  • Fiebre de Lassa.
  • Leptospirosis.
  • Coriomeningitis linfocítica.
  • Fiebre hemorrágica de Omsk.
  • Peste.
  • Fiebre por mordedura de rata.
  • Salmonelosis.
  • Arenavirus sudamericanos (fiebre hemorrágica argentina, venezolana, boliviana y la brasileña asociada al virus Sabiá).
  • Tularemia.

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Es una lista horrible. Y a la luz de su inminente dominación mundial, vale la pena recordar que las ratas jugaron un papel fundamental en la propagación de la peste bubónica durante la Peste Negra. La falta de espacio para vivir y la poca higiene las convirtieron en asesinas despiadadas, pero fue un ectoparásito –una pulga– la que trajo la peste.

“La peste bubónica es una enfermedad todavía presente en algunas zonas del mundo y ahora sabemos que se propaga a través de las pulgas que tienen las ratas”, escribió para la BBC el profesor Mark Ormrod de la Universidad de York.

Nuestra higiene y cuidados han mejorado mucho desde la época medieval, pero nos enfrentamos a un futuro lleno de espacios compartidos y abarrotados: más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y miles de millones se unirán un futuro, lo que provocará el crecimiento de mega-ciudades. Más vida urbana, junto con más ratas, podrían engendrar problemas de salud similares, o incluso mortales.

Dirzo y su equipo no son los únicos preocupados por el aumento de ratas. De hecho, a principios de este año, otro grupo de científicos determinó que los roedores podrían ser la especie con más probabilidades de vivir más que otras especies.

Jan Zalasiewicz, geólogo de la Universidad de Leicester, cree que las ratas son los animales más aptos para repoblar el mundo en caso de una extinción masiva.

“Actualmente [las ratas] se encuentran en muchas –sino en la mayoría– de las islas del mundo”, explica, “y estando allí, han demostrado ser una especie extraordinariamente difícil de erradicar. Una vez allí compiten con las especies nativas, y en casos han provocado su extinción. Como resultado, el ecosistema está siendo deshabitado y las ratas están en una posición favorable para repoblarlo en un futuro geológico lejano”.

Ese futuro es insultantemente fácil de imaginar para algunos. Según algunos cálculos, en Nueva York hay el doble de ratas que de humanos. Y en algunas ciudades son una plaga.

Mientras los humanos continuemos acabando con la fauna de mayor tamaño y las ratas se dupliquen para llenar el vacío, podríamos, teóricamente, ver cada vez más todo lo anteriormente mencionado. Y aunque no te importen las consecuencias para la salud, el simple hecho de estar cargándonos nuestra inmensa y espectacular biodiversidad, cambiándola por un mundo desagradable y monótonamente rata-centrista es terrible.

Más allá de la defaunación, existen indicios de que el cambio climático está mejorando las condiciones para las ratas en muchas regiones. Las temperaturas cálidas están provocando que algunas especies de ratas se vuelvan más grandes. Por su parte, Zalasiewicz cree que una vez que la competencia sea escasa para las ratas, podrían llegar a ser más grandes que las ovejas.