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Cultură

Intentamos desmontar algunos mitos jodidos sobre Londres

No llueve todo el rato, la gente no es hortera y, sobre todo, se lo sabe pasar bien. Hablamos con españoles que viven allí para ver qué hay de verdad en estas cosas.

Londres es la ciudad que más tópicos acumula por kilómetro cuadrado, por milla, para ser más exactos.

Todo el mundo -aunque haya estado allí un fin de semana- es capaz de catalogar a sus habitantes por su forma de vestir, por lo que se meten para el estómago mientras están en un pub, por esa forma tan particular que tienen de divertirse los fines de semana o por estar todo el día empapados por la maldita lluvia.

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Pues bien, ni todos los londinenses toman te a su hora (a la hora correcta), ni juegan al cricket, aunque sí tienen la mejor ginebra, ni cantan el Dios Salve a la Reina a voces antes de que juegue su selección.

Hemos decidido desmontar los principales tópicos que recorren la ciudad del Támesis y hacernos un poco más amigos de los habitantes de un lugar que, por otra parte, nos gusta mucho. Vamos a preocuparnos ahora por la alimentación de los londinenses.

¿Es tan apestosa la comida como dice la leyenda popular?

El pastel de hígado ha pasado a mejor vida, bueno, al menos entre la gente más joven. ¿Todo el mundo desayuna judías pequeñitas con salsa de tomate, huevos revueltos, salchichas y panceta? No es tan exagerado. ¿Todos los zumos se hacen a partir de polvitos? ¿Te pasarás todo el tiempo que estés en Londres comiendo en indios y bebiendo Beefeater? Éste es un asunto que tiene que ver más con no gastarte mucha pasta, que con la calidad de la comida. ¿O no?

Vamos a preguntar. Porque también existen los ingleses que comen bien, y beben mejor. Si vas a un pub te puedes poner ciego (de platos) al estilo que ellos manejan, como si fuera nuestro menú del día, pero 100% british. Y si tienes pasta, pues hay restaurantes de la hostia por toda la ciudad. ¿Te suena de algo Jamie Oliver? Pues debería.

"La comida no es muy allá, pero la clave es organizarse, cocinar y adaptarte a su ritmo de vida", nos dice Aina Jiménez, de 24 años, que ya lleva doce meses pisando las calles de Londres.

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Aina

Un recién llegado, como Álvaro Fernández, de 26 años, que lleva solo un mes en la ciudad, nos da sus propias recomendaciones en materia de gastronomía: "Cuando venía de turista ya me flipaban los restaurantes coreanos que hay cerca del Soho, y también los indios que salen de cualquier calle cerca de Oxford Street. Aunque eso era de turista, ahora tendré que buscar otras opciones. De momento, está bastante bien ponerse ciego de comida callejera en los mercadillos de Camden o de Brick Lane. No es comida típica inglesa, pero sí me parece una costumbre muy londinense y una forma muy buena de llenarse la tripa por poco dinero".

Continuamos con la guía gastronómica de la mano del diseñador gráfico Raúl Cerezo, que tiene una gran experiencia como londinense de adopción. "Si tienes hambre de resaca vete a Meat Liquor o Byron Burguer, impresionantes hamburguesas, si estás de domingo tranquilo y te apetece un market, Borought Market en London Bridge o Southbank Market en Waterloo a la orilla del rio. Si quieres combinar market con ver una buena expo vete a Saatchi Gallery en Chelsea, tienen de todo tipo de comida, zumos, vinos… justo en la misma plaza. Mercadillos vintage, sin duda, Portobello Road… encuentras lo que quieras".

Tras comer, toca pegársela. Primera pregunta que se viene a la cabeza:

¿Salir de fiesta era esto?

Del habitante de Londres —que en un porcentaje muy alto no es sinónimo de londinense— tenemos la imagen de que es una persona que cuando bebe su centro de gravedad se eleva tanto del suelo que le impide dar dos pasos seguidos sin tocar el suelo. Se traslada a otra dimensión. Esto es algo más que un cliché, hay pruebas visuales en internet que lo confirman.

Pero Londres de noche es mucho más que la jarana de sidra caliente y birras de medio litro. "No, el concepto de ingles borracho lo tenemos cuando van de vacaciones a España (yo soy de Mallorca) ahora que eso imagino también va en función de por dónde salgas y por las zonas que te suelas mover. Éste es el mejor lugar de Europa, no digo mas, esa es una de las razones por la que estoy aquí. Tienes de todo", nos recuerda Aina.

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La moqueta

Pongamos un rato los pies en el suelo. Por ejemplo, la moqueta ¿realmente está por todas partes? Hay un huevo de moqueta, sobre todo si pisas pubs en los que ponen a las tres de la tarde un partido de la Premier del Arsenal o te alojas en un hotel más bien rancio de Nothing Hill, de esos a los que regalan las estrellas. Y, ¿está poco cuidada? Pues también es verdad, pero es que es un sistema de cubrir los suelos (de dar calorcito, supuestamente) que a los ingleses les gusta tanto que la dejan hasta que se convierte en una auténtica reliquia, en las que se pueden encontrar más 'tesoros' que en barco hundido hace cinco siglos en las aguas del Caribe. Hay que rendirse a la evidencia, algo de eso hay.

"Esto sí que es cierto, la moqueta tiene el don de la ubicuidad. De hecho creo que es una de las primeras cosas que se discuten cuando se habla de ir a una casa o a una oficina nueva. La oficina tiene moqueta, las tiendas tienen moqueta, el aeropuerto tiene moqueta (antes había mucha más, pero todavía queda) los asientos del metro y del autobús tienen moqueta. Y sí, es asqueroso cuando te sientas y alguien se ha meado, o derramado una bebida o lo que sea que han hecho… te sientas porque no lo ves y para cuando te das cuenta es demasiado tarde, notas de repente esa humedad en el pantalón y saltas, pero ya es tarde, vas a pasar el resto del dia con la duda acerca de sobre que te sentaste", nos cuenta Eduardo Skinner, fotógrafo de 39 años, residente en Londres. Empezamos mal, pero no perdemos la esperanza de conseguir derribar esas barreras culturales.

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Eduardo

Vamos con el tema de la lluvia

A ver, no siempre llueve, hay capitales europeas mucho más jodidas a ese nivel (según las estadísticas Vigo o Bilbao recogen mucha más lluvia en un año), lo que sí es verdad es que el tiempo puede cambiar aproximadamente cada 30 minutos y que hay que salir con paraguas todos los días y que probablemente vuelvas calado si no lo haces.

"Es cierto casi siempre… Pasamos muchas temporadas con el cielo gris y sin casi ver la luz. El invierno se nos echa encima cuando cambian la hora en noviembre y no salimos hasta casi metidos en mayo-junio (pese a que la hora ya la cambiamos de nuevo en marzo). No llueve todo el rato (o por lo menos dicen que el secreto mejor guardado de París es que llueve mas que aquí) pero muchos días en invierno, cuando esta oscuro, ese nublado permanente hace que nos movamos en un entorno con un exceso de humedad, mas allá de lo que los humanos agradecemos", nos cuenta Eduardo desde Londres.

A lo que nos tenemos que rendir, darle todo la razón, es a aquellos que hablan de la niebla. El 'smog' puede tener su encanto en una serie sobre Jack El Destripador o en una aventura de Sherlock Holmes, pero te puede amargar la vida cuando es el motivo de la cancelación de tu vuelo desde el aeropuerto de Heathrow.

¿Qué pasa con la música?

Vamos a cerrar con una parada en la música. Desde el pop, al punk, a la electrónica, las Islas han exportado toneladas de grandes grupos. Pero, ¿hay cosas buenas después de la muerte del brit-pop? Aquella música es ahora como un fantasma que arrastra su bola y que solo asusta a los que se dejan fascinar por nuevas bandas de estética estudiada, letras absurdas y una ridícula puesta en escena que bordea el play-back. Está bien, hay que reconocer que algo de esto hay, que nosotros lo hemos visto y sufrido. "Pero también hay gente haciendo música increíble. Por ejemplo Nao y A.K. Paul están renovando, con apenas 20 años, lo que suena en la pista de baile. Muy aconsejable para aquellos que la pachanga les produce granitos en el cuerpo.

También está el hip-hop con Brey, de origen angoleño, verdadera crema, y con la joven Litle Sminz. Y para los que añoran a Oasis, se pueden secar las lágrimas con las guitarras de Fat White Family". Ésta última recomendación corre a cargo de Álvaro.

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También es la ciudad de las discotecas más míticas de Europa —Ministry of Sound sigue vivita y coleando— de las fiestas privadas en garitos increíbles (Soho House) y, por supuesto, las paradas más que obligadas en Cargo, Fabric, Electric Brixton, Xoyo o Studio 338.

Y tampoco es verdad del todo eso de que sean horteras a la hora de vestir, la noche no es un desfile de transparencias, pigmentos fucsia, cortes imposibles, vaqueros fuera de temporada y taconazos con chándal. Eso era muy de los 80-90. Ahora serás tú el/la que tengas que vigilar tu outfit si no quieres estar fuera de juego en la noche londinense. ¿Y si lo que nos apetece es un buen concierto?

"Shacklewell Arms o Moth Club, y después pásate por Hoxton Square y tomarte algo en Zigfrid von Underbelly (uno de los primeros sitios donde pinché en Londres, también soy DJ, aka Graham Thunder) mola mucho. Luego si tienes algo de mano y conoces ha alguien, los members clubs son mis favoritos, por ejemplo The Kings Head (otra liga), Shoreditch House (en verano los domingos hacen fiestones en la terraza con la piscina, muy guapo) o Lights of Soho (una galería de arte transformada en club por las noches con buena música)", nos dice Raúl Cerezo, de 24 años.

Raúl. Fotografía por Gary Morrisroe

Ahora que ya hemos visto lo que son tópicos, vamos a intentar limpiar aun un poco más la imagen de la capital británica respecto a esas falsas leyendas urbanas.

No tienes que viajar a Londres para descubrir perlas ocultas de la ciudad. Este verano, en los algunos de los festivales de música a los que acudas —SOS 4.8, Vida Festival, Bilbao BBK Live, Cruïlla Festival, No Sin Música, Low Festival y Sonorama— te puedes encontrar una porción de las las grandes joyas de la corona exportadas directamente de su lugar de origen. Se trata de Beefeater Vintage Store (montada por la gente de Absolute Vintage, que llegan desde su boutique en el corazón del East London), Beefeater Record Store (donde se podrán encontrar los vinilos más sonados de Candem Town, exportados directamente de la tienda Sister Ray) y Beefeater Sports Club (donde podrás practicar los juegos de moda en los bares de Shoreditch).

Solo uno de los tres espacios se montará en cada festival, lo bueno es que tú eliges qué parte de Londres quieres tener en España este verano, solo tienes que pinchar aquí y participar en el concurso organizado por Beefeater.