Identidad

'Te ves increíble': la carga tóxica detrás de este elogio cuando bajas de peso

"Para muchas personas, la tarea más importante de una mujer es verse bien, o sea, delgada".
Mujer delgada midiéndose la cintura
Foto: Imago Images | Panthermedia || Bearbeitung: VICE

Si buscas en Google "pérdida de peso de Adele" te encontrarás con algo muy preocupante. Se dice que la cantante perdió alrededor de 40 kilos después de su divorcio, algo que los medios percibieron como un logro “increíble”. Hay un sinfín de artículos sobre los "secretos" de su dieta, ofreciendo pseudo consejos para perder peso a las personas que quieren hacer lo mismo. Se prestó muy poca atención a las repercusiones que tal mensaje podría tener en los lectores. Después de todo, se veía “increíble” con menos peso.

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Poner demasiada atención a la pérdida de peso de alguien es problemático por muchas razones. Primero que nada, refuerza el mito social de que entre más delgada esté una persona mejor se verá, y que cualquiera que baje de peso debe ser elogiado. En segundo lugar, pasa por alto el hecho de que la pérdida de peso, especialmente de manera drástica, puede ser causada por muchas razones más allá de hacer una dieta intencionalmente, como enfermedades, estrés mental o trastornos alimentarios. En algunos casos, fomentar la pérdida de peso de una persona puede ser realmente perjudicial para su salud mental.

Le pedimos a seis mujeres que nos contaran sus historias de pérdida de peso, incluidas las consecuencias de los comentarios y la atención que recibieron.

Jessy*, 32, freelancer de Viena

Hace tres años, tuve la primera depresión fuerte de mi vida y como resultado perdí peso. Rara vez me levantaba de la cama. Pero cuando salía, siempre recibía comentarios sobre mi peso, desde el "Ay, no te ves bien" hasta el "Te ves muy bien", lo que hizo que la situación fuera más difícil. Me odiaba a mí misma y, al mismo tiempo, esos comentarios reforzaban mi pérdida de apetito. Disfrutaba que me vieran hermosa sin haber hecho mucho. Estaba triste, pero me sentía notada. Era particularmente absurdo que la gente interpretara mi falta de apetito como una actitud positiva hacia la vida.

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Unos meses después, murió mi padre. Fue el momento más traumático de mi vida y perdí más de 9 kilos. Todo el mundo comentaba sobre mi peso. Me sentía muy culpable: mientras me estaba muriendo por dentro, me veía "increíble" por fuera. Algunos amigos me decían: “Te ves increíble. ¡Sigue así!”. Entonces tendría que permanecer en duelo para siempre, ¿verdad?

Trataba de ponerme cosas holgadas para que la gente no se diera cuenta de mi peso, porque tenía que contener las lágrimas con cada comentario. Lo peor fue que pensaba que estaba traicionando a mi padre, como si todos los cumplidos negaran mi dolor. Algunos bromeaban diciendo que estaba irreconocible. Yo tampoco me reconocía.

Tammy, 23, estudiante de enfermería, de Aquisgrán

Siempre he tenido una relación disfuncional con la comida. Cuando era más joven, esto se manifestaba a través de la frustración por comer, comer en exceso y atracones. Obviamente, subí mucho de peso.

Hace unos nueve años, decidí dejar de atiborrarme de comida. No comía nada durante días, y cuando lo hacía eran cantidades muy pequeñas. También comencé a hacer mucho ejercicio. Perdí peso rápidamente, lo que por supuesto no pasó desapercibido. Los cumplidos me llegaban de todos lados. La gente me pedía consejos. Eso me impulsaba a matarme de hambre y cada vez me deprimía más, porque el sufrimiento y el dolor detrás de mi pérdida de peso pasaban desapercibidos.

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Al final, terminé en el hospital. Mi trastorno alimentario mejoró lentamente, después de muchos contratiempos, pero sigue siendo una lucha diaria.

Bea, 32, podcaster de Viena

En 2012, escribí toda mi tesis de maestría en seis semanas. Fue una época estresante y apenas comía y dormía. Incluso cuando terminé, la tensión y la ansiedad permanecieron. Mis nervios se dispararon. Al final, perdí 38 kilos. Como resultado, sufrí de varias dolencias. Se me cayó el cabello y tuve problemas dentales y de piel. Todo mi cuerpo estaba fallando.

Mi relación con mi cuerpo es difícil, porque fui acosada por ser gordita cuando era niña. Me llamaban "cerda gorda". Después de perder peso, me llovían los elogios. A casi nadie le importaba que me hubiera graduado con honores; todo era sobre mi apariencia. Estaba feliz de no ser más la "cerda gorda", pero sabía que había perdido peso debido a mi enfermedad mental. No era saludable.

Claramente, para muchas personas, la tarea más importante de una mujer es verse bien, o sea, delgada. No importa cómo se sienta por dentro, el cuerpo es lo más importante. O te devalúan por tu peso o te elogian.

Ena, 23 años, estudiante de Viena

Tuve cáncer de huesos cuando tenía 17 años. En un día cualquiera, o parecía un pez globo relleno de cortisona o alguien audicionando para America's Next Top Model. No me gustaba ninguna de esas opciones. Todavía no puedo comer bien. En cambio, veo programas de cocina todo el día e imagino lo que comeré en el futuro.

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Hace poco le platiqué a una amiga sobre mis problemas. Le dije que había perdido seis kilos. Me dijo: "Bueno, al menos hay algo positivo en todo esto". Todavía tengo que entender exactamente qué tiene de bueno no poder comer. Debido a mis experiencias, no comento sobre la apariencia de los demás a menos que esté seriamente preocupada por su salud. Incluso entonces, pregunto con el mayor cuidado posible.

Julia, 22 años, estudiante de Gelsenkirchen

He tenido episodios recurrentes de depresión desde que tenía 12 años y continúan hasta el día de hoy. El año pasado, más que un episodio; sufrí una fuerte depresión.

Comer se volvió difícil y, a menudo, se sentía como algo imposible. Una y otra vez, llegaba a un peso peligrosamente bajo. Desde que perdí peso, recibo cumplidos. Intento esconder mi cuerpo vistiendo cierta ropa, pero aún así la gente elogia mi pérdida de peso. Yo nunca digo gracias. Nunca he perdido peso a propósito. No lo veo como un logro.

Regresar a casa la Navidad pasada fue un desafío para mí. Me encontré con viejos amigos y todos me decían lo "bien" que me veía. Todo eso me hacía sentir amargada. El verdadero logro es luchar contra mi depresión. Cuando alguien me elogia por mi peso, tengo que dejar de pensar que mi peso es lo único que tengo bajo control. Me pregunto, ¿estas personas verán como algo malo cuando vuelva a estar saludable y me vea más repuesta?

*Los nombres fueron cambiados