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Sexo

Cuando tu madre es tu consejera sexual: así es ser hijo de sexólogos

"Mi padre sabe que tengo un vibrador que se llama Felipe, porque es el rey de mi casa".
Pau y su madre, Carme Sánchez. Foto cortesía de Carme y Pau

Que te pillen a media paja, la charla de las ETS o que te avergüencen con cómo tienes que “practicar sexo” —ese término de padres— en tu primera vez. La gran mayoría hemos aguantado el bochorno porque seguramente ya sabíamos lo que teníamos que saber —o al menos, lo creíamos— no solo cuando éramos vírgenes, sino incluso habiendo alcanzado la madurez.

Como cada vez tenemos menos sexo y estamos perdiendo nuestras habilidades eróticas por culpa del consumo exacerbado de porno, le di vueltas al hecho de cómo sería si uno de mis padres hubiera sido sexólogo. ¿Habría sido distinta la primera charla de sexo? ¿Me habría dado el conocimiento para tener más seguridad sexual? ¿Qué dirían mis amigos sobre mis padres?

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He contactado con distintos chicos y chicas españoles con padres sexólogos y sus respuestas son dignas de tener en cuenta para reflexionar sobre cómo nos educamos en materia sexual.

María con su padre, Antonio Casaubón, psicólogo y sexólogo expresidente de FLASSES

María Casaubón, 30 años, hija de Antonio Casaubón

VICE: La charla, la temida charla de la primera vez. ¿Cómo fue y a qué edad?
María: No ha sido una charla como tal, ha sido algo progresivo durante el tiempo. “Oye, María, hay muchas clases de preservativos”. Lo recuerdo mucho más natural a como sale en la tele o como me cuentan mis amigas. En mi caso, mis amigas siempre me decían que qué divertido.

Si conozco a algún chico y le digo que mi padre es psicólogo y sexólogo, piensan que tengo que ser una máquina sexual y no es así. Mi padre no me ha dado un manual de cómo hacerlo, sino que me ha inculcado que lo tengo que aprender por mí misma, que disfrute y que me tome mi tiempo.

¿Hablas con tu padre sobre tus relaciones sexuales? Yo no me imagino hablando a menudo con mi madre sobre mi sexo.
Sí, sin problema. Sobre todo si me encuentro con un capullo. En mi primera vez fue curioso porque iba a pasar unos días fuera con mi novio de entonces. Al decírselo, mi padre me dijo que había preservativos en el cajón de su habitación, que me los llevara. Sabía que ocurriría, nos conocemos mucho.

Tampoco creo que por ello sea más promiscua o más activa que otra persona. De hecho, me desvirgué a los 18 años. Quizás tardé más que mis amigas, aunque nunca he sentido eso de la culpabilidad por mantener relaciones sexuales. Ya sabes, en la primera vez o sexo ocasional con quien no deberías. Asimismo, también creo que lo disfruto más. Es lo que les digo a mis amigas para chincharlas.

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Hablando con una sexóloga me dijo que nuestra educación sexual y nuestras habilidades eróticas se fundamentan en el porno. ¿Hablas de tu consumo de porno con tu padre?
La verdad que no lo he hablado con él. Es de las pocos temas que no han salido, pero me lo apunto para hablarlo cuando lo vea este fin de semana.

Y con los amigos me imagino que algo de cachondeo.
Sí que es verdad que es una coña con los amigos porque todos le quieren preguntar. Le han hecho muchas más consultas que yo a él. Por ejemplo, que si no duraban mucho los chicos o que si no se les empinaba. Mi padre siempre se lo ha tomado con humor. Incluso decía de quedar todos juntos para que él resolviera dudas en una especie de mesa redonda de amigos. No lo trata como trabajo, es algo innato que le sale.

A la gran mayoría de nosotros nos han pillado masturbándonos y las reacciones de los padres son muy, digamos, variopintas. ¿A ti te ha pillado tu padre?
No. Pero por ejemplo sabe que tengo un vibrador que se llama Felipe, porque es el rey de mi casa. Le comento que me da muchas alegrías y él se ríe.

Antes me has dicho que a tus amigas les dices que disfrutas más que ellas. ¿Lo crees de verdad?
Yo creo que sí, porque soy muy disfrutona, pero no solo en el sexo, sino en todo lo que hago. En cuanto al sexo, puedo esperar, ser paciente, estar sin follar tres meses y luego pillarlo con ganas. Creo que es algo que he aprendido gracias a mi padre. El follar por follar porque ya toca no lo practico.

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¿Cómo crees que nos educamos sexualmente los que no tenemos a un progenitor sexólogo?
Difícil pregunta. Creo que deberíamos ir a más charlas e informarnos más. Salimos los findes a "pillar" y no somos conscientes de que hay que dedicarle mucho tiempo. Falta información de cómo practicar sexo y lo importante que es. Sí que tenemos mucha información de las ETS, la pastilla del día después o del preservativo, pero no de cómo hacer sexo. Yo trabajo en un cole y los niños y adolescentes te hablan de sexo solo del mete-saca.

¿Y has pillado a tu padre haciéndolo?
A mi padre nunca lo he pillado, aunque sé que tiene una vida sexual activa. Diría que no se aburre, aunque tenga 60 años. Él me dice que es muy joven, y como se sigue formando, pues se prepara para disfrutarlo mucho más.

Pepe a la derecha, hijo de María Pérez, seguramente la doctora y sexóloga española con más proyección internacional y pionera en docencia en materia de sexología en España.

Pepe Borrás, 29 años, hijo de María Pérez

VICE: Vamos a ver, ¿cómo definirías el sexo?
Pepe: Como una parte esencial de la vida, pese a que mucha gente se empeña en reducir el sexo a actos o momentos concretos que solo tienen lugar en la intimidad. Mi madre siempre dice que somos seres sexuados, por lo que no podemos vivir de espaldas al sexo cuando nuestra salud y nuestro bienestar dependen en tan gran medida de estar en armonía con nuestra sexualidad.

Yo he hablado poco o casi nada de sexo con mis padres. ¿Cómo ha sido crecer con unos padres sexólogos?
Es haber aprendido a detectar que el sexo sigue estando mal visto en muchos ámbitos (a día de hoy, muchos editores de texto todavía subrayan “sexólogo” o “sexóloga” como errores de ortografía porque no está incluido en su diccionario); es crecer rodeado de iconografía relacionada con las costumbres sexuales de diferentes tiempos y culturas (solo tenéis que buscar “Príapo” en Google para haceros una idea); es que pase unos días en tu casa la doctora estadounidense que acuñó el término “Punto G”; y es que las tetas tengan mejor aceptación que la sangre y la violencia viendo películas en familia.

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En el instituto me imagino que harían bromas.
Por descontado, alguno que otro intentaba hacerse el gracioso, cosas de críos, hasta que un día se me ocurrió empezar a contestar irónicamente con alguna barbaridad más grande que las que me decían. Pasó de molestarme a resultar bastante divertido. A día de hoy, estoy seguro de que alguno todavía cree que en casa tenemos como norma sentarnos a comer todos juntos desnudos.

Ahora ya has alcanzado la madurez, ¿qué ventajas consideras que has tenido?
No estoy seguro de haber alcanzado la madurez en todos los aspectos, pero estoy muy agradecido de haber podido contar con mis padres en algo que genera tantas preguntas cuando estás creciendo, una experiencia distinta de la que mucha de la gente que conozco ha tenido.

¿Es algo que hablas con tus parejas?
Es un dato curioso que siempre despierta una sonrisa. Pero, ojo, ¡siento que a veces genera ciertas expectativas! Estoy muy orgulloso de que mi madre sea una pionera de la sexología a nivel mundial y lo suelo compartir a menudo.

Si has sufrido algún tipo de disfunción, ¿has recurrido a tu madre?
Tengo la suerte de poder contar con mi madre, y su inmensa sabiduría para cualquier cuestión, incluido todo lo relacionado a la salud sexual.

¿Cuando estás en casa con tu madre se habla de sexo con total libertad?
Se puede hablar de sexo con total libertad, imagino que con más libertad y menos prejuicios, pero no se habla constantemente de sexo, ni creo que sea un tema que sea tratado mucho más repetidamente que en otros casos.

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Pau Clemente, 17 años, hijo de Carme Sánchez

VICE: Estás en plena adolescencia a punto de llegar a la madurez. ¿Cómo crees que es convivir con una madre sexóloga?
Pau: Positivo y divertido. A veces te explica situaciones de la consultas y a veces es para flipar. Como una anécdota de una pareja que me hace mucha gracia, donde ella era muy celosa y el chico tenía en el móvil a una "compi" de trabajo como Paco en vez de Lola porque era tan celosa que si hablaba con una compañera de trabajo se enfadaba. Una vez sonaba el teléfono y él le dijo que cogiera porque en ese momento no podía contestar. Ella, después de ver “Paco” en la pantalla y que contestar una chica, le montó un pollo que no veas. Esta vez sí que no era lo que parecía.

Volvamos a tu día a día. ¿A qué edad hablaste abiertamente de sexo con tu madre?
Cuando hice en primaria el tema del aparato reproductor. A partir de ahí, fue bastante normal hablar de sexo en casa. Esa charla de la típica película de “a ver hijo, te voy a explicar” no ha pasado. Es más sobre la marcha. Si me sale una duda, se la pregunto a mi madre. Eso sí, nunca voy a Google porque te puede salir cualquier cosa. Puedes buscar que te pica la punta del pene y encontrar que es un síntoma de cáncer.

¿Y has mantenido relaciones sexuales?
No, todavía no. El día que pase, pasará. No tengo prisa ni miedo a que pase.

¿Tus amigos acuden a ti para sus problemillas sexuales?
Sí, incluso hay amigas que me han llamado para que les diga el problema a mi madre para ver cómo se puede solucionar, como una amiga que me ha enviado audios sobre lo que le ha pasado y mi madre se lo ha respondido.

La adolescencia es la época de las pajas y el porno. ¿Lo has hablado con tu madre?
Se ha hablado en casa y ella me dice que no es lo mismo la masturbación que el sexo. Lo que sale en el porno no es verdad. Un tipo no suele estar 50 minutos con el pene erecto dándole, por ejemplo. En casa se asume que veo porno y la masturbación sin problemas, aunque lo suelo hacer cuando ellos no están.

¿Si te comparas con tus compañeros y amigos, sientes algún privilegio?
Siento que tengo más educación sexual. Por ejemplo en biología, ahora que estamos haciendo la reproducción sexual, asexual, meiosis y mitosis, veo las preguntas que hacen mis compañeros y es para hacerles un taller individual. Incluso hoy (en clase) estábamos hablando sobre los niños probeta. El profe ha dicho que se puede hacer por un tema mecánico, y una compañera no tenía ni idea de lo que se refería.

Para mucha gente hablar de sexo con sus padres puede resultar incómodo. Entiendo que esto no te ocurre, ¿verdad?
No. No le veo ninguna desventaja porque cuanto más sabes de sexo, no es que mejor lo puedas hacer, sino que más precavido puedes ir cuando tenga que pasar. Y respecto a la incomodidad, si no confías en ellos, ¿a quién se lo vas a contar?

Además, creo que es un privilegio. Un día vine de entrenar y mi madre me dijo: “toma, para ti”. Era una bolsa con 30 condones, así que los 30 primeros polvos me van a salir gratis, si no se caducan antes.