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Dinero

Cómo evitar que te despidan

Por fin tienes un curro; ahora solo tienes que mantenerlo.
MA
traducido por Mario Abad
hombre llevando una caja llena de cosas
Ilustración por Lia Kantrowitz

Este artículo se publicó originalmente en FREE, nuestra plataforma dedicada al dinero.

Has aprobado los exámenes finales; te has dejado explotar como becario en alguna empresa, siguiendo las indicaciones de todo el mundo; has plasmado tu escasa experiencia y un montón promesas en una carta de presentación y un currículum; has tenido que fingir que no eras un saco de nervios en entrevistas de trabajo y por fin has conseguido un trabajo. O a lo mejor solo ha hecho falta que tu tío ha hecho una llamada a ese amigo suyo del golf y te han contratado al día siguiente. En cualquier caso, felicidades por tu nuevo trabajo.

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Pero, ¿cómo piensas mantenerlo?

Evidentemente, hay aspectos de tu vida que tendrás que cambiar cuando salgas de la seguridad de tu habitación de estudiante y te zambullas en el mercado laboral. Muchos de esos cambios son obvios: preséntate a tu puesto, no llegues tarde, no grites a tus compañeros, no te pases el día en las redes sociales (a no ser que tu trabajo consista en eso), no robes más que un par de Post-its y, si entre tus funciones está el trato con el público, procura morderte la lengua y no mandar a la mierda a nadie a la primera de cambio. Ah, y no mientas a tu jefa o jefe, a no ser que estés pensando en organizar un comité sindical en la empresa.


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Luego hay una serie de errores no tan obvios que pueden provocar tu despido fulminante, como tener una mala actitud. “Si te muestras abiertamente negativo u hostil, acabarás llevando el sambenito de ser el lastre del equipo”, asegura Mike Kerr, autor de Inspiring Workplaces – Creating the Kind of Workplace Where Everyone Wants to Work (Entornos de trabajo inspiradores – Crear el entorno de trabajo en el que todo el mundo quiera trabajar).

A continuación te enseñamos otras habilidades más sutiles que deberás dominar si quieres seguir cobrando tu nómina a fin de mes:

Empápate de la cultura de tu oficina

La mejor forma de garantizarte el despido es negarte a encajar en el turbio concepto de la cultura de tu entorno de trabajo. “Muchas veces, mantener un puesto de trabajo consiste más en hacer que tu personalidad encaje”, señala Ryan Kahn, fundador de la empresa de asesoría laboral The Hired Group. “Porque si para el trabajo solo hicieran falta unos pocos años de experiencia, cogerían a cualquiera”.

Quedarse callado en las reuniones o estar siempre de mal humor es, obviamente, una mala decisión, pero hay matices más sutiles y complejos en la cultura laboral. ¿Vas con los compañeros a tomar algo al salir de la oficina? ¿Puedes irte a las cinco en punto exactamente?

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“Muchas veces, mantener un puesto de trabajo consiste más en hacer que tu personalidad encaje”

Teóricamente, las respuestas a estas preguntas se revelan durante el proceso de búsqueda de trabajo, ya sea por lo que tú hayas investigado o contactando con gente que ya trabaja ahí antes de aceptar el puesto. Si necesitas más información, tomarte un café con un compañero de trabajo en potencia o actual es una buena forma de hacerte una idea más clara. Cuando empiezas en un trabajo nuevo, saber qué se puede y no se puede hacer es de vital importancia.

Esto nos lleva a establecer una distinción importante entre tu antigua vida universitaria y tu nueva vida laboral. Antes, cuando no entregabas un trabajo o suspendías un examen, solo tú tenías que lidiar con las consecuencias. Pero ahora, si la lías, las consecuencias pueden afectar a todo tu equipo. Y como empieces a cabrear a tus compañeros, tendrás que actualizar tu currículum antes de lo que imaginas. Si pierdes el apoyo de tus colegas, te quedas solo, y eso no te conviene.

Demuestra que eres capaz de adaptarte y aprender

Hasta ahora, todos los consejos se centraban en qué no hacer, pero hay una lista de cosas que puedes hacer para mantener tu trabajo. La más importante es aprender a dejarte enseñar, o dicho de otro modo, ser capaz de aprender de tus errores.

Si cometes un error —que lo cometerás, porque eres persona—, has de intentar que no vuelva a ocurrir en el futuro. Si no te muestras capaz de mejorar, estás dando a entender que has alcanzado tu techo como empleado, lo que implica que probablemente serás el primero en irse cuando se produzcan los inevitables “ajustes” en la empresa.

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Cuando empiece el juego de los recortes de salario, procura mantener la cabeza gacha y muéstrate capaz de adaptarte a los cambios y aprender.

¿Cómo puedes mejorar? Por lo general, lo mejor es sentarte con tu mánager o algún compañero para que te expliquen exactamente qué has hecho mal y luego tomar las medidas necesarias para que no vuelva a pasar. Este proceso está vinculado a otro método para mostrarse proactivo en tu trabajo: buscar un mentor.

Haz que tu jefe se pregunte cómo se las ha apañado hasta ahora sin ti

La mejor forma de evitar que te despidan es hacerte imprescindible para la empresa. Hay quien llama a esto “ser un tiburón”, aunque se trata simplemente de trabajar donde quieres y haciendo lo que te gusta.

“Toma la iniciativa, muéstrate siempre visible y conviértete en un recurso”, señala Erica Diamond, fundadora del blog Women on the Fence. “Lo cierto es que, para avanzar, tienes que estar dispuesta a hacer las cosas que otras personas en tu trabajo no están dispuestas a hacer. Convertirte en un recurso valioso te hace irremplazable, y cuando eres irremplazable, estás al mando de tu carrera profesional”.

Obviamente, cuando ya eres irremplazable, viene otra parte muy importante de tu carrera: pedir un aumento.

Y cuando ya lo tengas, espera un tiempo y vuelve a pedir otro.

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