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Dinero

Esta agente funeraria desmiente tus mayores estigmas sobre la muerte

Explica por qué tocar un cadáver es más seguro de lo que crees y desarma varios mitos sobre la muerte.
Amber Carvaly, una funeraria de Los Ángeles
Amber Carvaly, fotografiada por Walter Peña

Artículo publicado originalmente por Broadly Estados Unidos.

"Trabajar con cadáveres probablemente es la parte más fácil de mi trabajo", comenta Amber Carvaly, agente funeraria con sede en Los Ángeles. “Es un momento muy terapéutico y solemne en el que puedes ofrecerle una bondad real a otro ser humano. No tienen forma de recompensarte, entonces es como la mejor forma de amor".

Carvaly trabaja con cadáveres todos los días: ya sea supervisando su cremación, bañándolos, vistiéndolos, maquillándolos o arreglando sus ataúdes. Carvaly ha estado en la industria de la muerte durante cinco años, y ahora trabaja como directora en la funeraria que admite únicamente a mujeres, Undertaking LA. "Fue más o menos una decisión descabellada", bromea. "Lo único que quería era hacer algo único".

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Es un trabajo que tiene todo tipo de connotaciones morbosas. La muerte, y particularmente los cadáveres, le asustan a mucha gente: son la fuente de inspiración para innumerables películas de terror, y con frecuencia se relacionan con problemas de salud mental como la ansiedad y los trastornos depresivos, que muchas veces están arraigados al miedo a la muerte.



Como resultado, la vida como agente funeraria sigue envuelta en un misterio, y pocas personas comprenden lo que realmente implica el trabajo. Le pedimos a Carvaly que desmintiera algunas de las ideas erróneas más frustrantes que ha encontrado en su carrera hasta ahora.

Que todos los agentes funerarios son góticos o están obsesionados con la muerte

¡Este es mi mito favorito! En serio no podría estar más alejado de la realidad. Estoy segura de que la mayoría de los agentes funerarios de la industria han sido afectados por la muerte de alguna manera, y se han sentido obligados a marcar la diferencia.

Pero la verdad es que esta industria es increíblemente convencional. Tengo un par de tatuajes, mi muñeca dice "this too shall pass"(esto también pasará) –pero me pidieron que me los tapara en mi antiguo trabajo. También querían que nos pusiéramos unas bufandas horribles, y si nos poníamos faldas, teníamos que usar medias de nylon. La industria funeraria está bastante estancada en la década de los 50s: un niño gótico no podría pasar por la puerta (con todo respeto a los niños góticos, ¡respeto sus elecciones de moda!)

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Que confrontar la muerte todos los días hace que tengas una disposición muy seria y melancólica

Yo diría que la melancolía no es una reacción natural a la muerte, porque no está relacionada con la autoconservación. Las personas que perduran en esta industria tienen un malvado sentido del humor. Tienes que tenerlo, o te vuelves loco. Terminas dándote cuenta de que nada de esto, y nada de lo que hagas, importa, ¡porque todos vamos a morir al final! Así que te ríes, y eso te libera. También trato de ser muy amable con la gente, porque ellos no saben lo que tú sabes: todavía están atrapados en esa falsa realidad.

Que las mujeres se mantienen alejadas de la industria porque no son lo suficientemente fuertes

La industria se está volviendo cada vez más femenina (en EE. UU., casi el 60 por ciento de los estudiantes de ciencias funerarias ahora son mujeres, según la Asociación Nacional de Directores de Funerarias). Un mito persistente que me molesta es la idea de que las mujeres lo hacen porque somos ciudadoras naturales. ¡Lo odio! Cuando los hombres trabajan en esta industria, es porque son buenos en los negocios y la ciencia, y tienen las "agallas" para hacerlo. Pero cuando las mujeres lo hacen, es porque somos dulces, amables y maternales. Amm, no.

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Carvaly en el trabajo. Foto cortesía de Amber Carvaly.

Que las funerarias son lugares corporativos y hay muy poca creatividad involucrada en el trabajo

Creo que estoy de acuerdo con esto. Como directora, diré que me siento muy presionada para no fallar. Quieres ser creativo con tu marca y con lo que ofreces, pero también tengo que pagar los servicios. No se equivoquen: la muerte es un negocio. Muchas veces, los aspectos creativos de este trabajo son cosas que no generan ingresos, por lo que no vale la pena dedicarle tiempo y recursos. Ojalá fuera diferente, pero después de dirigir mi propio negocio, puedo decir honestamente que me siento menos resentida hacia la máquina corporativa de la industria funeraria.

Que los cadáveres son peligrosos

He luchado mucho y mucho tiempo para desmentir la idea de que la ley exige el embalsamamiento, y que se necesita el embalsamamiento para proteger la salud de la gente. No es verdad de ninguna manera, de ningún modo. No estoy abogando por prácticas inseguras, pero le ruego a la gente que entienda que tocar un cadáver es más seguro que tocar carne cruda. De hecho, son tan diferentes en cuestiones de higiene que pueden no estar relacionados. (Pongo esto como un ejemplo solo porque tocar una pechuga de pollo cruda es tan común que uno apenas lo piensa).

Normalmente vestimos cadáveres con los miembros de su familia, y mis colegas y yo a veces también los maquillamos, algo mágico. Esos son los momentos que me impiden arrancarme el cabello. Las personas necesitan saber que esto es seguro y algo que pueden hacer. Sé que suena loco en este momento, pero cuando alguien especial en tu vida muere, quieres honrarlos siendo el último en ungirlos con estos rituales. Porque peinarnos, maquillarnos y vestirnos son rituales. Creo que especialmente ahora en un mundo cada vez menos religioso, es importante recrear o replantear las cosas que nos hacen humanos. No debemos dejarle esas oportunidades de tener un duelo saludable a otra persona.