Todas las conversaciones de mierda que tendrás en la cena de Nochebuena de este año

Sucede a veces en nuestra modernidad líquida que tenemos la sensación constante de que siempre están pasando cosas. Cosas importantes. A golpe de trending topic, de elevar los beefs a cuestiones de estado y lo anecdótico a noticia de primera plana vivimos con una sensación permanente de que la realidad se nos escapa. De que, aunque corremos mucho, ella siempre va más rápido.

Desde tu madre (que compartió aquella noticia que decía que El Niño Polla -no decía que se llamaba Niño Polla, claro- no saldría en los periódicos aunque era una promesa nacional de la investigación contra el cáncer), hasta tú (que eres el mítico de "vas tarde" cuando pasan un tuit al grupo de WhatsApp de "Esa peña") vivís con la sensación de que nuestro mundo se complica y acelera cada vez más. Lo único bueno es que eso da para muchas conversaciones, para rellenar muchos silencios.

Pero sucede también que de tantas conversaciones para las que da el mundo en constante centrifugado, nos quedamos en blanco. Pasa que al final, de tanto vídeo de una deportista recogiendo un premio y siendo preguntada por un machista, de tanta barbaridad de Arévalo, de tanto argumento sacado de un hilo de Twitter, no sabemos de qué hablar.

Así que puede que nada de lo que leas a continuación sea cierto. Puede que tu cena de Navidad sea un silencio sepulcral de tres horas en el que todo el mundo tenga la cabeza tan llena de cosas de las que hablar que nadie se arranque a hacerlo y todos os miréis en silencio mientras coméis cordero primero y turrón del blando después.

Pero puede que no. Puede que aún nos quede un hilito de vida o de alma y hablemos con el de al lado. Y si eso ocurre -ojalá- caeremos un año más en los lugares comunes. Repetiremos las conversaciones y los debates que llevamos semanas teniendo pero esta vez con los primos y tíos que no vemos desde hace exactamente un año. En un momento dado nos pararemos y nos preguntaremos cuántos españoles estarán teniendo la misma conversación de mierda que nosotros en ese mismo momento con el mismo vasito de plástico de sidra El Gaitero en la mano. Y eso, amigos, eso es bonito. Eso es la cohesión nacional, eso es más grande que cualquier bandera. Así que aquí un homenaje, a modo de aviso o a modo de lista de ideas, a las conversaciones de mierda que tendrás esta Nochebuena.

Da lo mismo que tengas abuelos rojos o abuelos fachas. Es indiferente que seas de Argentona o de Villanueva del Pardillo. Que estés hasta la cencerreta ya del tema o que te siga poniendo cachondo hablar de él: VOX va a acaparar no solo todas las conversaciones de la cena de Navidad sino todas las bromas dirigidas a cuñados. Porque en toda familia -en toda familia que no sea de VOX al menos- hay ya, como mínimo, un cuñado extracomunitario: un colombiano, un marroquí, un rumano -nadie se acuerda nunca de que Rumanía lleva en la Unión Europea más de 10 años, así que a efectos prácticos los rumanos computan como extracomunitarios-.

No hace falta ser Esperanza Gracia para saber que Los 12 de VOX, que bien podría ser el nombre de un coro rociero rollo Siempre así, serán los protagonistas, directa o indirectamente, de la mayoría de las conversaciones navideñas de los españoles. Españoles que acabará hablando de la bandera, de los mocos de Dani Mateo, de la izquierda indefinida, de si las avalanchas migratorias son tales, de qué es el fascismo y qué es ser un fascista y, por qué no, del perfil de emperador romano de Santiago Abascal.

Es un comentario que siempre viste mucho en cualquier reunión familiar, un lugar común que nunca falla para rellenar silencios. Así que probablemente esta Nochebuena acabes hablando de las posibilidades estadísticas de que, en el año que entra, se produzca un ataque terrorista y probablemente alguien saque un hilo de WhatsApp que le ha llegado y que dice que estamos en alerta terrorista 12.

Hay un único tema de conversación que puede disputar la hegemonía de VOX estas Navidades. Un tema de conversación interseccional e intergeneracional. Porque desde que suena en el Día y en la radio del autobús tu abuelo y tu madre la conocen y tu prima de cinco años ha hecho el baila de fin de curso con una de sus canciones. Y ese tema es, en efecto, Rosalía. Igual que ocurría con VOX, con Rosalía sucede que la conversación puede tomar diversos caminos e incluso pedregosas carreteras comarcales: desde el por qué de su éxito hasta su "legitimidad" para cantar flamenco pasando por su colección cápsula para Inditex, su acento andaluz impostado y, cómo no, la presunta apropiación cultural en la que incurre cada vez que pisa la calle.

Habrá quien se haya pillado uno hace dos meses y ya le haya hecho 900 kilómetros e incluso se haya pillado un casco fluorescente, habrá quien se oponga diametralmente porque fomenta la precarización del empleo y habrá quien los odie porque "joderuntíodemásde8añosenpatinete"…

Puede que nunca hayas sido capaz de aprenderte la tabla del siete. Que jamás hayas podido memorizar no ya la lista de nombres de los Reyes Godos sino tu jodido número de teléfono. Puede que no te acuerdes ni de cómo se llaman la mayoría de tus primos pequeños, pero seguramente recuerdes que Resines dijo en La Resistencia que tenía entre 10 y 15 millones de euros, que Ocelote, el Tangana de los videojuegos, se situó entre Resines y Mendieta, que afirmó poseer 35 millones, y que Arévalo tiene en inmuebles "la de Dios es Cristo" pero poco más de 2000 pavos en la cuenta. Y joder, hablar de las cuentas ajenas no es mala estrategia ni para olvidarse de las propias ni para huir de las conversaciones más turras de las cenas navideñas.

Da igual que seas o no de Madrid. Con la brasa que hemos dado los que sí lo somos, que nos creemos que los límites de nuestra ciudad son por el norte Estaca de Bares y por el sur Tarifa, seguramente puedas elaborar un argumentario sólido a favor o en contra del proyecto estrella de Carmena.

El feminismo, como lo de Catalunya, es uno de esos temas que lleva coleando ya unas cuantas cenas de Navidad. ¿Sabes esos coleccionables de dinosaurios o de casitas de muñecas de los 90 de los que acababas harto pero que no podías dejar de comprar hasta completarlos enteros? Pues con estos dos temas ocurre igual. Esta Navidad tendrán mención especial, con seguridad, Leticia Dolera, el #Cuéntalo masculino impulsado en Twitter por peña como Un Tío Blanco Hetero -y ojo que no salga a colación el propio Tío Blanco Hetero- y, por tercer o cuarto año consecutivo, cómo no, alguien apelará a LAS DENUNCIAS FALSAS.

Igual que lo anterior pero con mención especial a _______ y _______ (rellénese la línea con lo que sea que ocurra durante el día de hoy, 21 de diciembre).

En toda cena navideña siempre llega un momento en el que te abstraes, te miras desde arriba, te das cuenta de que tienes más entradas de las que pensabas y de que o bien llevas siete minutos callado y mirando al infinito o bien estás hablando de un tema tan costumbrista que roza el absurdo. Como por ejemplo la manera correcta de echar leche de un brick a un vaso o si llevamos usando mal el escurridor de la pasta toda nuestra vida.

Esta conversación surgirá, seguramente, cuando el primero de tus primos pequeños pida el móvil o la tablet para ver La patrulla canina porque se cae de sueño. Eso probablemente desatará un debate encarnizado sobre si "los chavales de ahora es que están atontaos" cuando en realidad las generaciones anteriores lo que hacíamos era ponernos el especial de Navidad de la 1 y escuchar los chistes de Gila sin entender nada y las canciones de Carlos Baute ententiendo aún menos hasta que nos quedábamos sobados mientras nuestros padres apuraban las botellas de DYC.

Probablemente esta navidad alguno de tus tíos/primos/hermanos llegue con un vapeador y suceda lo que sucedía en aquellos años en los que los del tabaco de liar era de valientes: su elección desatará un debate, esta vez sobre si es más sano vapear, fumar o viceversa. Hasta que el listo de turno diga eso de "lo más sano es no hacer nada de eso" y a la mierda el debate.

O el novio de María de Operación Triunfo, o si los Javis son gente tóxica porque hacen llorar a los concursantes, o si la edición anterior era mejor o si Amaia ha hecho bien o mal en dejar a Alfred. Sí, quizá esta Navidad, como en la del año 2001, acabes hablando de OT e intercalando valoraciones a los concursantes y a los dulces navideños: fruta escarchada no, Famous sí, polvorores, pues mira no, prefiero mazapanes, Alba Reche lo hace muy bien.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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