pisos colmena

Gente viviendo en el aparcamiento del supermercado: así son los pisos colmena del futuro

Las colmenas estarían situadas en grandes explanadas de aparcamiento y formarían parte del complejo del centro comercial.
pisos colmena en parking supermercado
Todas las imágenes vía Haibu 4.0

Haibu 4.0, la empresa promotora de los polémicos pisos colmena, habitáculos de escasos tres metros cuadrados con una zona comunitaria, busca expandirse como sea para establecer su proyecto en las ciudades españolas, a pesar de que han sido perseguidos por el Ayuntamiento de Barcelona porque no cumplen las condiciones legales mínimas para ser considerados una vivienda digna.

La posibilidad de explotar la situación de personas que a pesar de tener ciertos ingresos no pueden permitirse pagar los precios abusivos de las grandes ciudades —que acaban viviendo trasteros, dentro de furgonetas o dentro de cajeros— que en el último año han alcanzado un récord histórico, llegándose a pagar de media 950 euros para el alquiler de un piso en ciudades como Barcelona, ha llevado a Haibu 4.0 a desarrollar nuevas propuestas, como la de vivir en el parking de un supermercado, una idea que parece tan descabellada como premonitoria del futuro distópico que puede convertirse en una realidad si no se actúa a tiempo.

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Lo que proponen desde Haibu ahora es aprovechar descampados que son propiedad de centros comerciales y que se utilizan como zona de aparcamiento y habilitarlos para que allí viva la gente.

Las colmenas, que es como las llaman, estarían situadas en estas grandes explanadas y formaría parte del complejo del centro comercial. Según comentan los impulsores de este proyecto, se trataría de trasladar el concepto de coworking a las viviendas para reducir al mínimo los costes de la partida del alquiler. De momento, Olivé asegura que han hablado ya con varias grandes superficies que estarían interesadas en implantar este nuevo modelo de lo que algunos denominan infravivienda.

Según los renders que nos han facilitado desde Haibu 4.0, los edificios estarían formados por varios módulos prefabricados en los que podrían vivir hasta 400 personas. Estos módulos contarían con escalera exterior, pequeñas ventanas y se aprovecharía la planta baja para habilitarla como parking. En el ático habría una zona comunitaria en la que hasta se podría poner una piscina.


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Eso sí, habría unas normas muy estrictas de convivencia: no podría entrar nadie más (ni familiares ni amigos) dentro de las colmenas, las pertenencias de los habitantes no podrían ser guardadas bajo llave porque según dicen desde Haibu "no forma parte de la filosofía de la empresa" y habría un criterio de admisión que determinarían los mismos gerentes de los mismos colmena.

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“Sería muy práctico para la gente que viviría allí", dice Olivé, "podrían ir a comprar justo delante de su casa. Además los centros comerciales, a pesar de que algunos se encuentran en las afueras suelen estar bien comunicados”, explica el creador de este proyecto. Haibu pretende burlar todas las normativas legales actuales y seguir adelante con su propósito de construir colmenas incluso en otros países como en los Estados Unidos.

Esta propuesta tiene más detractores que partidarios. Unos de los que desde el inicio de la iniciativa se han posicionado en contra han sido los miembros del Sindicat de Llogateres. “Hay personas que de la necesidad de los demás por encontrar un sitio en el que vivir lo convierten en una oportunidad de negocio y se lucran alquilando nichos”, dice Jaime Palomera, portavoz del Sindicat de Llogateres. “El problema de la vivienda es un problema tan grande como lo es el cambio climático, está estrangulando sobre todo el futuro de la gente joven”, asegura.

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Actualmente, en ciudades como Barcelona hay entre seis y nueve meses de espera desde que se produce un desahucio de una familia hasta que se les puede ofrecer un piso de alquiler social. El Síndic de Greuges ya ha denunciado en varias ocasiones que hay más de 36 000 personas en lista de espera para poder optar a una vivienda protegida. Y eso no es solo un problema único y exclusivo de la capital catalana, aunque sí se trata de la ciudad española con el problema de vivienda más grande de nuestro país.

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De hecho está previsto que el mismo Ayuntamiento de Barcelona, para hacer frente al problema habitacional que hay en la ciudad, cree pisos provisionales en módulos prefabricados por 250 euros al mes. Estos módulos están ubicados en solares abandonados y que estarán ubicados en los barrios de Ciutat Vella, Sant Martí o Sants-Monjuïc. Hace diez años, cuando la exministra Trujillo propuso pisos de 30 metros cuadrados para solventar los problemas del alquiler, la gente se le echó encima. Los tiempos cambian.

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Desde el Sindicat de Llogateres condenan a los promotores y colaboradores de proyectos como el de Haibu 4.0. Así mismo esperan que no prospere por el daño enorme que pueden provocar en nuestra sociedad. “El problema son los Gobiernos que ven la vivienda como un negocio y no como un derecho", asegura Jaime Palomares. "La solución pasa por no especular con la vivienda, la vivienda es una necesidad fundamental. Si tenemos un salario mínimo también tendríamos que tener un precio de alquiler máximo que además estuviese vinculado al salario".

De momento, y hasta que esto no ocurra, los caminos alternativos que van tomando forma pasan por repensar o no lo que asumimos como una vivienda digna.

*Se ha cambiado el nombre de la persona para proteger su identidad.

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