El año pasado, mientras supervisaba arrecifes de coral y tiburones en las islas Solomon, el biólogo marino David Gruber se topó con algo extraño: una tortuga marina "brillante".Resulta que no era un experimento nuclear que había salido mal, si no una de las cientos de especies marinas fluorescentes que Gruber ha descubierto en recientes años.Sabemos que muchas de estas especies existían pero no sabíamos que eran fluorescentes, debido a que esta característica no es visible para el ojo humano.
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Algunas veces confundida con la bioluminescencia, la fluorescencia es cuando un animal absorbe luz y luego la emite en un nivel de energía inferior, provocando que la luz tome un color diferente. Con el fin de capturar a la tortuga emitiendo luz brillante, Gruber y su equipo usaron luces azules y una cámara con filtros amarillos capaz de capturar la luminosidad de la tortuga.Pese a que tomar imágenes de peces luminiscentes puede resultar en algunas tomas increíbles, los científicos generalmente no tienen idea de porqué tantas especies exhiben esta característica.Algunos estudios muestran que los peces pueden utilizar esta característica para enviar señales entre ellos o para camuflarse, pero nadie tiene certeza. El hecho que muchas y diversas especies evolucionaron para tener esta característica, indica que debe ser utilizada para algo pero sigue siendo un misterio. Gruber y su equipo piensan que pueden haber descubierto algunas respuestas.En un nuevo video de National Geographic, Gruber muestra una cámara "ojo de tiburón" que construyó con el fin de simular la forma en que dos tiburones luminiscentes, llamados pejegato globo y alitán mallero, se ven entre ellos en las profundidades del océano. En su modelo, los investigadores encontraron que cuando los tiburones nadan más profundo en las oscuridades del océano, la fluorescencia de otros tiburones parece destacarse. Esto indica que tal vez este rasgo les ayuda a encontrarse unos con otros.Como reportó The Atlantic, no todos los científicos están convencidos con los hallazgos de Gruber. Otros dos investigadores, Nathan Hart, un biólogo en la Universidad Macquarie de New South Wales, Australia, y Christine Bedore de la Georgia South University, dudaron que el estudio realmente haya descubierto el misterio detrás de la bioluminiscencia. Gruber enfatizó que estos hallazgos son solamente el primer paso y que hay mucho más por aprender. Por ahora, simplemente no sabemos con exactitud porqué buena parte del océano está brillando.