Dor. Pewlawpakdee: El gimnasio entre campos de arroz

Fotos por Matthew Yarbrough

Deja la capital de Tailandia, Bangkok. Sal de la ciudad Buriram o Khorat. Deja una ciudad de tamaño notable, y conduce hacia los campos de arroz en el noreste de Tailandia. Brinca al pasar las carreteras pavimentadas llenas de baches, atraviesa partes de terracería, pasa por los pueblos a kilómetros del supermercado más cercano.

Al llegar a la curva de la carretera, hay otra aldea pequeña. Sigue por los campos de arroz hacia la derecha. Sonríele a la señora que tiene un mono como mascota y detente a un lado en la casa llena de polvo, deteriorada por el clima que tiene un ring en el patio.

Entra al gimnasio Dor. Pewlawpakdee.

Es un gimnasio pequeño con costales viejos y un par de fotos desgastadas de campeones y excampeones, todas cubiertas con una delgada capa de polvo. Pasa una gallina y sus pollos por el piso sucio, buscando migajas junto a las llantas apiladas que se usan en el entrenamiento. Hay perros acostados, levantando las narices con pereza para oler a los que pasan a su lado.

Pero el gimnasio cobra vida cuando los niños comienzan a entrenar. Na, el entrenador principal, los manda a calentar corriendo por la calle. Apunta las llantas y ellos obedientemente las atan a su cintura, arrastrándolas por el pavimento. Los niños pasan frente a la señora con el mono, pasan cerca de manadas de búfalos, junto a otros niños que juegan en sus bicicletas o en los campos de arroz.

Na es joven para ser entrenador principal, apenas tiene 28 años. Los niños lo llaman Tío Na, y es familiar de tres de los cinco niños, los hermanos Moo, Leklaa y Pupa. Los padres de los pequeños son dueños del gimnasio y Tío Na, los tres hermanos y sus padres viven en la casa que se ve atrás del ring. Mientras los hermanos calientan en la calle, sus padres se sientan cerca, viendo los campos de arroz, jugando cartas o apostando con los lugareños. Tío Na se ocupa tomándose selfies para Facebook o platicando con sus amigos por Internet.

Pero Na cambia cuando los niños regresan a entrenar. Apaga su celular, se pone las manoplas y los niños lo respetan. Todos lo admiran, lo siguen, escuchan sus instrucciones. Na fue quien les inculcó el muay thai. Formó a los niños desde cero. Es conocido en la comunidad como un entrenador altruista, alguien que le dedica gran parte de su vida a entrenar a los peleadores que dependen de él todos los días.

La devoción de Na ha tenido resultados tangibles. Entrenó a Moo, de 14 años de edad, desde cero y lo llevó a ganar múltiples campeonatos, incluyendo el campeonato Muay Siam Isaan.

Bajo la enseñanza de Tío Na, la hermana pequeña de Moo, Pupa está siguiendo el mismo camino. Ganó un título regional y ya es veterana de cien peleas, todo a sus nueve años de edad.

Moo, Pupa, Leklaa, y los dos otros niños son parte del legado de Tío Na, peleadores jóvenes construyendo el nombre del pequeño gimnasio de Isaan. For. Pewlawpakdee pueden estar aislados de las ciudades y pueblos grandes, pero en virtud de su locación en la provincia Burinam, hay bastantes ferias de templos y oportunidades de pelear también en estadios para estos pequeños. La provincia Burinam es conocida por producir más peleadores y más campeones en el país, según la Autoridad Deportiva de Tailandia. Todos los peleadores de Dor. Pewlawpakdee, incluso Pupa de nueve años, son profesionales que contribuyen de manera sustancial al ingreso de sus familias.

A la edad de 28 años, edad en la que muchos peleadores siguen ganándose la vida peleando, Na está entrenando a otros. Alguna vez fue peleador, pero Na se retiró a temprana edad debido a una condición crónica luego de sufrir una lesión en las costillas. Nunca alcanzó su potencial como peleador, pero a través de sus campeones, está alcanzando su potencial como entrenador. Los peleadores de Dor. Pewlawpakdee siguen siendo jóvenes, apenas comienzan sus vidas como peleadores, pero todos de ellos tienen una larga carrera por delante en el muay thai. Na es el vivo ejemplo de lo posible.