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FIGHTLAND

Shamrock y Kimbo están lejos de la redención

Un pionero del MMA parece estar determinado a eliminar el estatus que se ganó hace más de 20 años.
Photos by Troy Taormina-USA TODAY Sports

Si esto no se ve como el punto más bajo en la vida de un peleador, está demasiado cerca. Cincuenta y dos años. Quien alguna vez fuese pionero de un deporte de forajidos que se coló en la cultura popular, hoy es el acto estelar con una residencia permanente en el circuito de las peleas de circo, buscando una cuarta pelea con su némesis después de que la trilogía terminara en humillación y controversia. En 15 años, tuvo cuatro victorias poco memorables con once derrotas, y diez de ellas terminaron por nocaut o nocaut técnico.

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Y ahora, después de otra derrota, hay otra falla por antidoping. El viernes, el Departamento de Licencias y Regulación de Texas anunció que Ken Shamrock y su alguna vez oponente, Kevin "Kimbo Slice" Ferguson fallaron sus análisis antidoping en Bellator 149. Todavía no se sabe cuales sustancias aparecieron en los análisis, y ni Shamrock o Ferguson han respondido de manera pública. Para Shamrock, es la segunda vez que falla un análisis antidoping después de dar positivo por esteroides luego de su victoria sobre Ross Clifton. También marcaría el último episodio en la vida de un pionero de MMA aparentemente determinado en borrar el estatus que ganó hace veinte años.

Claro, el uso de drogas para mejorar el desempeño no se ve bien para el peleador: el oponente de Ferguson, Dhafir "Dada 5000" Harris, casi fallece en el hospital después de la pelea. Su muerte hubiera hecho que la tragedia fuese aún peor debido a que el tiempo de Ferguson en las artes marciales mixtas nunca ha tenido nada que ver con la seriedad. Sus victorias han llegado al enfrentar oponentes elegidos precisamente para sacarle provecho a su fama. Sobrevive gracias a un grande y estúpido contingente que fusiona MMA con videos de peleas callejeras que bajaron de Internet hace tiempo.

Mientras tanto, Shamrock fue un peleador serio en los 90. Era veterano de Pancrase y especialista en llaves a las piernas con derribos, tamaño y sabiduría —atributos que lo llevaron a una Superpelea de título, la predecesora de la división peso completo. Junto con Royce Gracie, estaba entre los nombres más grandes de UFC en sus inicios. Pero cuando las derrotas y años se apilaron, Shamrock dejó de pretender que seguía en las artes marciales mixtas para perseguir más metas y en lugar de eso se justificó con determinación por hacerlo: mientras siga queriendo pelear, mientras el público siga queriendo verlo pelear, mientras una comisión quiera verlo pelear, debería seguir peleando.

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Son estándares razonables que la versión de cincuenta y tantos años de Shamrock ha cumplido y es difícil negarle la oportunidad. Dejando atrás el análisis fallido, pasó los requerimientos previos a la pelea para las comisiones atléticas de Missouri y Texas. Y es que ciertamente aún luce como atleta. Y contra Royce Gracie y Ferguson, Shamrock encabezó dos de los eventos de MMA más vistos, que tuvieron más de dos millones de televidentes. En cuanto al criticismo por la división de la tercera edad, Shamrock lo compara con discriminación de edad. Luego aparece nuestra hipocresía: ¿por qué Ken Shamrock debería dejar de hacer algo que todos vemos aunque lo critiquemos?

No vi la pelea más reciente de Shamrock completa. Shamrock parece olvidar que gran parte de las críticas que se ganó llegaron por la negativa de querer ver a un hombre envejecido noqueado, sin importar que el que lo derrote sea un hombre de la misma edad.

Para mí, Ken Shamrock está entre un recuerdo y una realidad. Cuando comencé a ver MMA, me impresioné por lo adelantado que parecía Shamrock, como incluso a mediados de los 90 tenía más en común con Frank Mir y los peleadores de MMA que entrenaban varias disciplinas a mediados de los 2000 que aquellos peleadores unidimensionales que llenaban las primeras carteleras de UFC. Intenté realizar las sumisiones de su libro Inside the Lion's Den. Incluso dudaba de su dopaje, era tan inocente como para tomar su palabra cuando escribió: "Me han preguntado muchas veces sobre cómo los esteroides podrían ser adecuados para el plan general de nutrición y entrenamiento de un peleador. La respuesta es sencilla: No lo son".

Shamrock también tenía una historia inspiradora y escapó de un futuro donde hubiera terminado muerto o en la cárcel a través de las peleas. Cuando consideró el retiro después de su tercera derrota ante Tito Ortiz hace diez años, fue alentador ver que sus éxitos superaban sus fracasos, y que se retiraría antes de que las cosas se pusieran muy mal.

Eso es el recuerdo. La realidad es que Ken Shamrock ha estado perdiendo de mala manera durante mucho tiempo. Convirtió la mentalidad de un peleador —la fortaleza mental que se sobrepone a las posibilidades— en patología. Con cada derrota, ve la siguiente pelea como una oportunidad de redimirse: la pelea contra Ferguson en 2015 fue una manera de silenciar las sospechas sobre la cancelación de su pelea en 2008, la pelea con Gracie fue una oportunidad de compensar por los errores que cometió cuando enfrentó a Ferguson, y la fantasía de una cuarta pelea contra Gracie es la manera de compensar por el final de su último combate. Con cada pelea, el público sintoniza anticipando un desastre. (Si no fuera por la suspensión después de su pelea ante Gracie, este mes Shamrock —no Tank Abbott— hubiera sido programado para enfrentar a Dan Severn por tercera ocasión).

Ya sea que Shamrock pueda defenderse de la acusación, o que obtenga otra oportunidad de enfrentar a Gracie (o Severn), ya sea que logre ganar otra pelea, esas pequeñas victorias no cambiarán el curso que tomó su carrera hace más de una década. Tiene derecho a seguir peleando por dinero. Pero si está peleando por redención, debería saber esto: la redención nunca ha estado tan lejos, y cada vez que sube a la jaula, se aleja todavía más.