Este cocinero ex-militar usa marihuana para ayudar a los veteranos de guerra

"El cannabis ha destruido y salvado mi vida al mismo tiempo."

Durante siete años, Cody Lindsay fue un cocinero del ejército de Canadá. Trabajó principalmente en la Marina y durante su tiempo en las cocinas aprendió, más que las técnicas, el poder curativo de la comida.

"No hay nada mejor para un hombre que ha tenido un mal día que un camarón extra en su plato, o una cucharada extra de un rico guiso", dice. "Esas cosas pequeñas son enormes constructos morales en el ejército. Eso es lo que más amaba de ser cocinero en el ejército: llenar a las tropas con buena comida y momentos en la mesa. Eso ayuda más que cualquier otra cosa".

Lindsay, quien viene de una familia militar, siempre supo que al salir de la preparatoria pertenecería a las fuerzas armadas, aunque tenía dudas sobre estar en el frente de batalla. "Me enlisté como cocinero porque pensé que sería fácil", dice. "No quería ser de la infantería y hacer cosas pesadas. ¡Pensé que cocinar no sería tan pesado!, pero estaba completamente equivocado. Es una labor jodidamente difícil; estás en una cocina caliente todo el día y es el cuarto más estrecho y apretado que se pueda encontrar. El calor y la presión no son tan divertidos, pero les tomé gusto".

Justo cuando había encontrado su vocación, lo corrieron del ejército debido a un delito relacionado con la marihuana. Fue momento de tocar fondo, dice, pero le ayudó a reinventarse como veterano, chef y defensor de la yerba. La historia completa en su sitio web: The Wellness Soldier.

"Hice The Wellness Soldier para informar y educar sobre el consumo de la marihuana, pero sobre todo para promover cómo la meditación, la salud física, la alimentación saludable y el cannabis pueden ayudar más que los medicamentos fuertes que recetan. Es para promover un estilo de vida saludable. Está orientado hacia los veteranos, pero la información puede ser usada por cualquier ser humano del planeta".

Después de darse cuenta del saldo que la guerra le estaba cobrando a sus seres queridos, Lindsay empezó a usar sus habilidades culinarias para ayudar a tratar a otros veteranos a quienes se les receta con frecuencia medicamentos fuertes. "Mi madre hacía repetidos viajes al ejército. Hace casi cuatro años, empezó a enfermarse y los doctores la llenaron de medicamentos que terminaron por hacerla sentir peor. Son drogas químicas que alteran el cerebro, te curan pero te joden. Así que le dije que si iba a tomar esos medicamentos duros no podría seguir consumiendo soda, sándwiches de pollo mock y cenas congeladas. Si quieres que las pastillas funcionen, tu cuerpo debe funcionar. Así que comencé a cocinar para ella, pero no le ponía marihuana [ríe]. Y me di cuenta de que si ella lo necesitaba, muchas otras personas probablemente lo necesitaban también".

La marihuana medicinal es solo un pilar del programa Wellness Soldier, pero es bastante central, y ha permitido a Lindsay impulsar sus barreras culinarias. "El cannabis como ingrediente es maravilloso. Hay tantas formas de utilizarlo e incorporarlo con la comida —es soluble en grasa, y puedes ponerle grasa a lo que sea—", dice.

Para los militares veteranos, esas propiedades medicinales incluyen el alivio de síntomas como la ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático, uno de los principales males que sufren los soldados.

La creciente aceptación de la marihuana medicinal por parte del gobierno canadiense ha sido importante para Lindsay. "Valoro el reconocimiento de Asuntos de los Veteranos en el sentido de: Sí, tienen ansiedad, y sí, nosotros la causamos, y sí, vamos a pagar [la marihuana medicinal], porque creemos que es nuestra culpa. Es una enorme ratificación".

Pero también resulta agridulce para Lindsay, quien fue expulsado del ejército por no haber pasado un examen de drogas debido a la marihuana. "Me sacaron [del ejército] por consumir marihuana, pero yo sigo convencido de que no está mal consumirla en moderación".

Como muchos veteranos, Lindsay dice que antes de que le recetaran marihuana medicinal, se automedicaba para sobrellevar la cruda realidad de estar en una zona de combate, incluso como cocinero. "Cuando regresé, empecé a fumar cannabis para tranquilizar mi mente, porque todo el tiempo estaba ahí, estaba en la zona de guerra. Estaba excesivamente alerta, volteando a mi alrededor todo el tiempo, preocupado".

Debido a un evento traumático que tuvo lugar fuera del campo de batalla, Lindsay dice que no respondió bien a la insistencia de los doctores de tomar medicamentos farmacéuticos. "Los militares trataron de ayudarme, me enviaron a un psicólogo. Me dijeron que era un adicto y que debería tomar pastillas e ir a rehabilitación. Mi hermana murió de un suicidio accidental por una sobredosis de Tylenol. […] Así que no estoy muy cómodo metiendo pastillas en mi cuerpo".

Eventualmente le recetaron a Lindsay marihuana medicinal para lidiar con la ansiedad que según él proviene de un periodo de servicio en Afganistán. "Me preguntaron si quería ir a Kandahar, y al principio ni siquiera sabía dónde estaba eso. Pero me uní al ejército para conocer el mundo y hacer mi servicio, así que dije: Seguro. Luego fui a Google y descubrí que Kandahar estaba en Afganistán; me mandaron en dos semanas, mientras que la mayoría tiene nueve meses de entrenamiento. No tenía el equipo adecuado, el entrenamiento de armas de fuego, o medicamentos contra malaria. Fue una pesadilla".

"El cannabis destruyó mi vida, porque me sacaron del ejército por fumarla. Amaba ser un cocinero en el ejército, ponerme el uniforme me hacía feliz", recuerda Lindsay. "Pero también empezó a salvar mi vida: elimina mi ansiedad y mi estrés, además de que Asuntos de los Veteranos la paga, lo que me quita un peso económico de encima".

Como valora el estilo de vida saludable, la aproximación de Lindsay a la marihuana medicinal no se trata de drogarse. "Es un poco difícil estar sano después de fumarte un porro y comerte una caja entera de galletas cuando te da el monchis", dice. Al cocinar con aceites de cannabis aprobados por Health Canada de productores con licencia, Lindsay dice que puede integrar una dosis más suave y saludable de marihuana medicinal en su comida.

"Es todo lo que necesito sin la cabeza drogada. Si te echas un par de fumadas de un churro, te llegará a la cabeza y luego de 30 to 40 minutos pasará. Al poner los aceites en mi smoothie, tengo menos deseos y apenas me doy cuenta. Es como un parche de nicotina. No lo notas en tu cuerpo, pero está ahí".

Aunque el proyecto Wellness Soldier está en pañales, Lindsay dice que la retroalimentación que ha recibido es muy alentadora. "Hice Wellness Soldier para que la gente vea que hay medicinas alternativas funcionales. La mejor parte es cuando la gente empieza a hacer mis recetas y me preguntan".

Aunque actualmente está inscrito en programa de rehabilitación de Asuntos de los Veteranos enfocado a la transición hacia una vida civil, Lindsay planea mudarse a British Columbia—centro de la marihuana de Canadá— donde piensa construir un "Bud and Breakfast", donde pueda fusionar de nuevo su amor por la cocina y el cannabis. Mientras tanto, Lindsay está concentrando su tiempo y energía en Wellness Soldier y en formas de activismo que van más allá de la educación, como cocinar en fundaciones para veteranos y para veteranos en sillas de ruedas el Día de San Valentín.

"La comida es noble. La comida puede transformar un mal día en uno bueno; pero si estás consumiendo la comida y la medicina que necesitas para el alivio del estrés de vivir, tu día será doblemente bueno".