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Collage por Eduard Taberner Pérez vía Behance, Wikimedia Commons/CC by 3.0 y CleanPNG
Politică

TikTok está lleno de fans adolescentes de VOX

Sí, hay decenas de chavales haciendo vídeos sobre VOX. E igual no debería sorprendernos.

"La cantidad de fachas que hay en TikTok no es normal". Lo escribía Alejandra, una usuaria de Twitter, el pasado 11 de enero. El 12, Spainball, una de las cuentas de referencia de la nueva derecha memética, decía en otro tuit que "los zoomers de TikTok estaban muy basados" y que había "buen mercado ahí para reclutar fachas". Lo acompañaba de un vídeo de una adolescente en el que se preguntaba, coreografía mediante y con "Suavemente" de fondo, qué idioma hablarían en Latinoamérica sin España.

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Pero Alejandra y Españabola no son los únicos que lo piensan: el tag "fachas TikTok" en el buscador de Twitter arroja decenas de resultados de personas que se preguntan por/afirman la correlación entre la realidad chavales de derechas y la realidad TikTok. Incluido Ander, que el 30 de diciembre del año pasado escribió: "Cómo hay tantos fachas en TikTok me cago en Dios". La respuesta, querido Ander, no es sencilla. Y no es sencilla porque pasa por responder, en primera instancia, a dos cuestiones previas: ¿qué es un facha y cuántos fachas son muchos fachas?

Si el término, manido y repetido hasta la saciedad, a veces con razón y otras muchas sin ella y recientemente reapropiado —¡FACHAS!, con mayúscula y signos de admiración, se titula uno de los discursos de Santiago Abascal en la cuenta de YouTube de VOX— se refiere a chavales que simpatizan con VOX o atacan al autodenominado Gobierno progresista, sí: puede que en TikTok haya un puñado de fachas.



También puede que el fenómeno esté magnificado por el efecto "hostia, Lucía", es decir, la disonancia cognitiva que provoca que haya chavales simpatizando/militando/votando a la derecha, tradicionalmente asociada en nuestro país, con o sin razón, a la población de más edad y alimentada por el mito representado en la frase de Churchill, que visto con el tiempo el pobre no dio ni una, y que dice que si con 20 no eres de izquierdas no tienes corazón pero que si con 40 no eres de derechas lo que no tienes es cerebro.

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De hecho, el "hostia, Lucía" es una de las versiones más repetidas en la red social con el hashtag #vox entre los que algunos intuyen como el ejército industrial de reserva del partido de Abascal, el "Granadinas con vainilla y Fantas por España", porque la mayoría de estos chavales aún no pueden tomar cañas. No legalmente al menos.

En un artículo de su blog, el politólogo y asesor de comunicación Antoni Gutiérrez hablaba del potencial de TikTok para la politización en particular y la política en general. "Son más de 500 millones de usuarios activos en todo el mundo. De ellos, 60 millones en la India, donde TikTok ha sido descargada 250 millones de veces. Entre esos sesenta millones, no hay ningún partido político ni ningún candidato relevante que tenga presencia en esta red social.

¿Significa entonces que nadie habla de política? No. Significa que ningún partido puede controlar mínimamente lo que se dice de él, ni puede añadir contenidos, en esta red que está arrasando en la India, pero que ya lo ha hizo en China, o en Estados Unidos, y que está teniendo cada vez más éxito en la mayoría de países, entre un público —sobre todo femenino— formado por personas de 13 a 24 años", escribía.

"Más allá de las estructuras de partido, hay decenas de chavales publicando contenidos lúdicos sobre los valores que defiende"

TikTok no admite publicidad relacionada con política, pero no son los únicos: "Twitter también ha prohibido los anuncios relacionados con ella, Spotify anunció que los retiraría a principios de este año, Google los ha restringido y Facebook, aunque los sigue permitiendo, (incluso con contenidos falsos), también ha impuesto algunas limitaciones", reseña Gutiérrez. Pero ello no impide que en TikTok haya política, a pesar de que su objetivo puramente lúdico pudiera parecer, en principio, incompatible con la red social. En Estados Unidos proliferan en ella los memes de extrema derecha y el contenido pro Trump y en Reino Unido hubo conatos de campañas prolaboristas en las pasadas elecciones.

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El caso de la India es paradigmático, señalaba Gutiérrez. "En las últimas elecciones indias de mayo, y sin presencia 'oficial' de estos partidos electorales, el hashtag #narendramodi (referente a Narendra Modi, actual primer ministro indio, del BJP) fue visualizado por 30 millones de personas, frente a los "solo" 13 millones que obtuvo el hashtag #rahulgandhi (vinculado a Rahul Gandhi, del UPA).

En ambos, se podían encontrar contenidos donde se repetían discursos de los dos candidatos, se hacían bromas, se comentaban temas políticos… y todo totalmente visual, con un lenguaje desenfadado y divertido, llegando en un momento no político a millones de adolescentes. De hecho, ante la falta de presencia, algunos partidos, como el AAL, sí que pedían a sus activistas que se crearan cuentas para generar algunos contenidos a favor del partido o en contra de sus adversarios, siempre con humor y creatividad".

En España, el único partido con una presencia relativamente reseñable —1000 seguidores— en la red social es, de hecho, VOX. Preguntadas por este medio, fuentes del partido de Abascal aseguran que esta cuenta no es oficial, que no son ellos sus gestores y que, de hecho, no sabían de su existencia. En ella se pueden ver tanto fragmentos de discursos de sus miembros como algunas noticias de actualidad e incluso portadas de medios. El único partido nacional con una presencia similar es el PSOE, con una cuenta llamada @psoeoficial que cuenta con una sola pieza audiovisual y en cuya biografía se lee "Tengo ganas de coletas". Tiene apenas 47 seguidores.

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Pero, más allá de las estructuras de partido, hay decenas de chavales publicando contenidos lúdicos sobre los valores que defiende y las luchas que Vox ha fijado como principales. En particular, el combate contra lo que denominan "la dictadura progre".

"Vox es un partido que sabe aprovechar las oportunidades que le brindan diferentes espacios. Dejar hacer, en ocasiones, es la mejor estrategia. Es decir, no disponer de un perfil oficial puede permitir que los contenidos sean más "políticamente incorrectos". Por otro lado, sí que es cierto que hay multitud de usuarios generando vídeos sobre Vox, tanto a favor como en contra. Desde el "hostia, Lucía" que comentas a a viajes en el tiempo, a reacciones sobre la designación como presidente de Pedro Sánchez, etc.

Pero lo que sí que es cierto es que TikTok, como cualquier otra red social, también funciona por barrios y que el feed de contenidos que podemos ver varía en función de cada usuario. Cuantas más conexiones se tengan con usuarios (en primer o segundo nivel) próximos a Vox, seguramente se vean más vídeos de este estilo. Generalizar es complicado en cuanto a tendencias. Si observamos el tag #Vox, la gran mayoría de vídeos tienen entre 100 y 200 likes; son pocos los que superan los 1000", comenta el experto en comunicación política Antoni Gutiérrez.

"Al ser un territorio digital nuevo, representa una oportunidad para marcar tendencias y generar influencers"

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Tener cuenta oficial o no en la sucesora china de Musica.ly y Vine, que ha sido en varias ocasiones motivo de polémica por sus normas de publicación y sus cláusulas de privacidad y que ha recibido acusaciones del Gobierno de Estados Unidos en lo que parece parte de la guerra comercial entre China y el gobierno de Trump, es lo menos relevante.

"Al ser un territorio digital nuevo, representa una oportunidad para marcar tendencias y generar influencers. En redes, el que primero que llega es el que normalmente acaba siendo referente. Por este motivo, y por el carácter de la red en sí, no es quizá tan importante que Vox sea el primer partido en tener presencia, sino que los que empiezan a definirse como influencers sean próximos a sus ideales y hagan proselitismo de ellos", añade el politógo. En Italia, Matteo Salvini es el único político que tiene cuenta oficial en la red social.

Pero sobre la sorpresa —para bien o para mal— y las dudas expresadas en Twitter sobre la cantidad de chavales que hay haciendo coreografías y vídeos cortos en sintonía con los ideales de Vox flota en realidad otra pregunta: ¿es la derecha iliberal —si el partido de Abascal pertenece o no a ella es harina de otro costal, pero pongamos que sí, al menos potencialmente— una ideología pujante entre los más jóvenes?

Cuando Vox fue el partido más votado entre los varones menores de 30 en las pasadas elecciones, volaron algunos cerebros y saltaron algunas alarmas: nos dimos cuenta de que la chiquillería no era de izquierdas por defecto, en un ataque de realidad que quizá no habría sido tal si hubiéramos reparado en detalles como que en paralelo al 15M también fueron las JMJ y que cuando miles de chavales gritaban "PSOE, PP, la misma mierda es" otros voceaban "Benedicto-equis-uve-palito". Pero compramos el relato generacional de los primeros e ignoramos el de los segundos y claro: nos sorprenden 52 escaños y nos quedamos locos cuando descubrimos que el 19,4% de los varones menores de 30 votaron por Abascal y compañía.

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"La juventud siempre ha tenido una característica, la necesidad de rebelarse para conseguir definir una identidad propia. El discurso rupturista y disruptivo de Vox atrae a muchos jóvenes por lo que supone de rebeldía contra el relato de lo políticamente correcto y establecido. Vox observa en su estrategia a los jóvenes como un elemento importante; muestra de ello, por ejemplo, son sus Cañas por España", comenta Antoni Gutiérrez.

"Vox atrae a muchos jóvenes por lo que supone de rebeldía contra el relato de lo políticamente correcto y establecido"

En la Europa de entreguerras, los fascismos triunfaron entre la juventud y apelaban a ella como motor del cambio. El himno nacional de la República Social Italiana de Mussolini se llamaba, precisamente, Giovinezza. En él, el coro canta "juventud, juventud, primavera de belleza, en la aspereza de la vida, tu canto retumba y se va". En España, el fundador de las JONS, Ramiro Ledesma Ramos, parafraseado por Abascal en algunos de sus discursos y en el tuit con el que dio respuesta al "Fuck Vox" de Rosalía, le dedicó un ensayo a la cuestión, Discurso a las juventudes de España, cuya visión y exaltación de la juventud diseminó la escritora y Premio Nacional de Narrativa 2019 Cristina Morales en su novela de 2013, Los combatientes. En ella reflejaba, entre otras cosas, su visión del 15M.

Y aunque Vox no es un partido fascista y las diferencias entre la denominada derecha iliberal y el fascismo sean más que evidentes puede que, cuando nos preguntamos por qué TikTok está lleno de fachas o quién cojones vota a Vox y por qué muchos de ellos son menores de 30 nos olvidemos también de ello. De que no: la juventud no siempre ha sido y no es —no tiene por qué ser—, por defecto, de izquierdas. Sea lo que sea eso.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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