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"Drink Water": cuando el snowboard planta cara a las grandes marcas

El evento más 'cool' del 'snowboarding' en verano no solo representa las raíces del deporte, sino que además intenta inspirar la reflexión crítica en todos sus practicantes.
All photos courtesy Liam Gallagher

La Rat Race es una competición de snowboard muy distinta a lo habitual. A mediados de verano, un grupo de valientes se reúnen en el Monte Hood, en el estado Oregon, para disputarla. La Rat Race no tiene jueces ni criterio de puntuación: la única regla es que tienes que quedarte sobre las pistas inclinadas de eslalon… pero incluso eso está abierto a interpretación.

La pista es construida por voluntarios, en su mayoría competidores que llegan unos días antes para excavar y moldear la zona. En la ceremonia de premios y la fiesta posterior, los padres de los organizadores de la competición se encargan de montar una barbacoa y sirven la cena para los más de cien asistentes.

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La cuarta Rat Race, que se disputó hace escasas semanas, reunió a algunos de los mejores 'snowboarders' del mundo. No les importó que no hubiera un premio monetario que ganar; en su lugar, los mejores competidores escogieron un conjunto de tablas de surf Chris Christenson hechas a mano y tablas Nitro para nieve personalizadas. En la categoría femenina, las vencedoras fueron Hailey Langland, Spencer O'Brien y Julia Marino; en la masculina, Harry Kearney, Blair Habenicht y Austen Sweetin se llevaron el gato al agua.

Los premios más codiciados de la carrera, los trofeos en forma de trampa para ratas, fueron hechos por los fundadores de Rat Race, Austin Smith y Bryan Fox. En general, estos premios se entregan como recompensa para logros dudosos en una gran variedad de categorías; hay uno para el mejor choque, el mejor 'grab' y el mejor estilo. Este año hubo uno nuevo, el premio 'Chris Fuck Yeah Roach': lo recibió Chris Roach por… bueno, simplemente por ser Chris Roach.

Desde los atletas construyendo la pista hasta la parrillada de la fiesta, nunca se había visto un evento de snowboard tan autoabastecido como la Rat Race. Así es como Fox y Smith siempre lo han hecho: ellos solos, pero con mucha ayuda de sus amigos.

Colegas desde hace años y practicantes profesionales de snowboard, Fox y Smith son los cerebros detrás de la marca Drink Water, que aloja a la Rat Race. Igual que la carrera, Drink Water es atípica. No vende agua: solo promueve su consumo. La idea nació hace cinco veranos, cuando Fox y Smith se hartaron del número creciente de 'snowboarders' patrocinados por compañías de bebidas energéticas hasta el punto que comenzaron a escribir "Drink Water" [bebe agua] en sus tablas. Después hicieron calcomanías, camisetas y gorras. Se convirtió en su forma de expresar su descontento. Querían que todos supieran que no estaban de acuerdo con que las marcas apoyaran a los 'snowboarders' de una forma tan agresiva.

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"Ese es todo nuestro rollo", dice Smith. "Somos una respuesta a las bebidas energéticas. Comenzamos la Rat Race porque ya hay muchos eventos masivos: quisimos que éste los compensara. Por cada evento dominante vas a necesitar algunos eventos enraizados en la comunidad para mantener la integridad del snowboard", explica.

Ben Ferguson compitiendo en la Rat Race. Foto de Liam Gallagher.

Entre las varias subculturas dentro del mundo del snowboard hay atletas que enfocan sus temporadas al circuito de competición y también hay personas que dedican su tiempo a grabar partes de vídeos, a hacerse sesiones de fotos, a viajar, y generalmente a no competir. La mayoría de los 'snowboarders' de la Rat Race vienen de esta última categoría. Para ellos, el snowboarding no debería ser solo competición.

"Obviamente, hay un mundo profesional de snowboard de élite: los X-Games, el Mountain Dew Tour, las Olimpiadas… pero eso solo es la punta del iceberg", dice Fox. "Todos los que estamos debajo necesitamos otro tipo de eventos, y estamos muy emocionados de tener torneos como la Rat Race".

La gracia, para Fox, es que la victoria no es la principal prioridad en la Rat Race; en realidad, es una reunión familiar, una excusa para cotorrear en el Monte Hood durante el verano, nadar en los lagos de la montaña, hacer barbacoas, acampar y salir de fiesta toda la noche con amigos que normalmente solo se ven en invierno.

"Se encuentran las personas indicadas", dice el 'snowboarder' profesional Josh Dirksen. "Esa es una de las grandes metas del evento: traer a los amigos, todos los 'snowboarders' que se conocen desde hace mucho tiempo, y juntarlos en una especie de reunión familiar."

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Dirksen fue parte de la inspiración para la Rat Race. Cada invierno, Dirksen organiza un torneo de eslalon similar en el Monte Bachelor, también en el estado de Oregon, llamado The Dirksen Derby. Josh admite que montar un evento no es tarea fácil, pero lo hace porque cree que el snowboarding necesita momentos en los que todos puedan participar. Para Dirksen, es precisamente en ese tipo de actividades donde comenzó la pasión por el snowboard, y son este tipo de campeonatos los que mantienen el deporte enraizado y en la dirección correcta.

"Esto nos recuerda a todos cómo queremos que sea el snowboarding", dice Dirksen. "Que haya participantes influyentes convierte el torneo en oficial. Es un evento real; no tiene por qué valer millones".

Además, como opinael competidor Blair Habenicht, este es un nivel de snowboarding con el que todo 'snowboarder' se puede relacionar. Todos pasan por los 'pipes', y cada 'snowboarder' puede marcarse una 'pipe' a su manera, pero no todos pueden hacer los trucos y vueltas que vemos por televisión.

"La gente solo quiere vivir en sus furgonetas, ir a dar un paseo en la tabla y sentir cómo fluye todo", dice Habenicht. "Cuando miras la tele, los X-Games y todo eso, no te sientes relacionado. En cambio, con esto sí".

Los premios: tablas de surf Chris Christenson hechas a mano, trofeos Preston Strout con forma de trampa para ratas y tablas para nieve Nitro personalizadas. Foto de Liam Gallagher.

La Rat Race también tiene su lado solidario. Drink Water recaudó 20.000 dólares (unos 18.400 euros) en el evento de este año: el dinero fue donado a la ONG Water.org para ampliar el acceso al agua potable en el mundo. También se vendieron botellas de agua de edición limitada con el objetivo recaudar fondos para el co-creador de la pista de la Rat Race, Pat Malendoski, que tuvo que someterse a una operación quirúrgica para que le retiraran un tumor cerebral el invierno pasado. Todo el dinero de las ventas de las botellas fue donado a la familia de Malendoski para ayudarles con sus facturas médicas.

Son raras las ocasiones en las que el snowboarding puede ser considerado un acto de filantropía, y más raro aún es el 'snowboarder' que usa su fama en beneficio de la sociedad. Esto es lo que hace distintos tanto este evento como la propia campaña Drink Water: ambos son esencialmente una llamada a la acción y un recordatorio de la necesidad de pensar antes de consumir. Puede que todo comenzase entre bromas, pero hoy Fox y Smith se dedican con cuerpo y alma a la marca y a la idea de beber agua en lugar de refrescos con exceso de cafeína.

Como atletas profesionales con una posición de influencia, Fox y Smithesperan que su ejemplo haga reflexionar a la gente —especialmente la generación de jóvenes exitosos que hoy está siendo cortejada salvajemente por las marcas.

"Por eso estamos aquí", dice Fox. "Para decirles a los niños, 'Oye, esta mierda es horrible. Vas a ser una herramienta de marketing para ellos'. Afortunadamente, aún estamos a tiempo de pensar mejor las cosas y cambiar nuestra forma de actuar", concluye.