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Afganistan

Fútbol, secuestros y amenazas talibanes: así es la Premier League de Afganistán

La Premier afgana nació hace cinco años para ser un foco de luz en medio del oscuro panorama de posguerra en el país.
All photos provided by the Roshan Afghan Premier League

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Cuando regresa el fútbol, los fanáticos, los cazatalentos y los apostadores empiezan a rastrear todos los movimientos de las grandes ligas. La mayoría se fijan en La Liga, la Premier League, la Bundesliga, la Serie A… y tal vez algunos llegan a mirar algo de la Ligue 1 francesa. Entre los paladares más exquisitos, hay quienes optan por la Eredivise, la Primeira Liga o la Allsvenskan, por mencionar algunos ejemplos.

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Hay quienes no tienen suficiente con eso, gente que necesita 'viajar' a parajes más remotos y desconocidos. Si encajas en esta última categoría, a lo mejor deberías echar un vistazo a la Premier League de Afganistán, que nació en 2012 y encara su quinta temporada.

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El campeonato de fútbol nació el mismo año en que los líderes de la OTAN anunciaron la salida estratégica de las fuerzas extranjeras del país y, con ello, el final de uno de los episodios más turbios de la historia de Afganistán. A pesar de que esto significó el principio del fin de la guerra afgana, sus habitantes todavía no han tenido tregua.

La nación está dividida ideológica, política y físicamente: el gobierno electo manda desde Kabul y los talibanes mantienen bastiones en gran parte del sur, este y oeste del país. No hace falta decir que, dadas las circunstancias, se trata de un ambiente muy volátil para organizar un torneo de fútbol funcional.

Para paliar los efectos de esta inestabilidad, todos los partidos y sesiones de entrenamiento se llevan a cabo en Kabul como medida de seguridad. El estadio de la Federación de Fútbol de Afganistán (AFF Stadium) alberga la mayoría de los partidos en el centro de la ciudad, no muy lejos de las ruinas de la colina de Maranjan. Con capacidad para 5 000 asistentes, los afganos tienen pocas oportunidades de ver un partido de fútbol en vivo. Desde la óptica de la seguridad, sin embargo, es una cifra que tiene mucho sentido.

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Aunque Kabul alberga la liga, futbolistas de todos los rincones del país pueden apuntarse a pruebas de rendimiento para unirse a los equipos. En la actualidad hay un total de siete equipos que han nacido de torneos regionales —conocidos como Maidan-e-Sabz—, que se disputan en ocho provincias de Afganistán.

Las distintas identidades regionales que se reparten por los equipos atraen a personas más allá de la metrópolis, lo que le otorga un cierto carácter nacional. Los seguidores no pueden viajar siempre a la capital pero, ahora que los partidos comienzan a ser televisados, la liga puede verse en cafeterías, teterías y hogares de todo el país.

Uno de los principales objetivos es ayudar a fomentar la unión nacional a través del fútbol, cuenta Chris McDonald, cofundador de la Afghan Premier League. A pesar de que la liga es una aventura empresarial y el negocio va primero, no por eso deja de jugar un papel fundamental en la formación de la sociedad afgana de posguerra.

El tribalismo ha desempeñado una parte importante del éxito de los talibanes y truncado gravemente los esfuerzos del gobierno hacia el progreso y la modernización. "Cuando diferentes tribus juegan en el mismo equipo, la liga manda al pueblo un mensaje de unión para un país que, en realidad, nunca ha sido fuerte en ese aspecto", comenta McDonald.

La liga, además, provee oportunidades para los jóvenes que corren un mayor riesgo de caer en manos de los talibanes. "Al crear una liga que se apoya en torneos regionales en todo el país, basados en el mérito y en una selección completamente transparente, los jóvenes de Afganistán tienen la posibilidad de convertirse en futbolistas profesionales", asegura. "Sin importar su origen, cualquier chaval tendrá las mismas oportunidades para cumplir sus sueños", añade sobre la escasa movilidad social que existe en el país, algo que la liga también quiere romper.

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Chris siempre quiso hacer algo que pudiera tener una influencia positiva en Afganistán. "Hablé con los gobiernos de EEUU, Reino Unido, la OTAN y varios grupos sobre qué tipo de acciones podrían ayudar a mejorar la situación" explica McDonald. "El fútbol es el deporte más popular y poderoso en Afganistán. La liga puede inspirar a la gente, hacerla disfrutar".

Aunque los partidos se juegan en pleno día, los organizadores ya están instalando focos para poder televisar los partidos en horarios de mayor audiencia. En un país acostumbrado a los toques de queda —primero por parte de los talibanes y ahora por parte de las fuerzas del estado—, esto podría representar un entretenimiento revolucionario. Donde antes había incertidumbre y aburrimiento, ahora habrá una distracción regular para la gente.

Volviendo al problemático telón de fondo de la competición, no es sorprendente que algunas de las historias que cuenta Chris McDonald conviertan las anécdotas de la Premier inglesa o La Liga en nimiedades. Hace tres años, la Premier afgana televisó en directo su primer partido femenino de la historia, un gesto atrevido y peligroso en una nación donde abundan los fundamentalistas.

"Hace dos años tuvimos un problema porque un equipo femenino fue amenazado por los talibanes", me confiesa Chris. "Les dijeron que no querían verlas jugar, que deberían estar en casa y no dejarse ver. A pesar del miedo de perder sus vidas y las de sus familiares, estas mujeres fueron increíblemente valientes. Disputaron el torneo y, afortunadamente, no sucedió nada". La liga femenina lleva tres años en marcha y está a punto de pasar de cuatro a seis equipos.

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Una vez más, el hecho de ver a mujeres jugar a fútbol por televisión lleva consigo una gran carga simbólica. Hace una década, las mujeres vivían bajo arresto domiciliario en Afganistán y el régimen talibán les negaba sus derechos más básicos. Por esto, las mujeres han decidido enfrentar la intimidación y las amenazas de muerte participando en el torneo. Los equipos masculinos también han tenido problemas al poner rumbo a Kabul, donde los secuestros a punta de pistola son habituales. Sin embargo, todos persisten en su empeño.

La liga utiliza su influencia al alza y sus iconos nacionales para expandir los mensajes contra la violencia. Los jugadores tienen la oportunidad de contar sus historias, así que Chris espera que tenga una influencia significativa en la vida de los demás. Aunque los mensajes positivos en el fútbol no son la solución a todos los problemas en el país, tampoco hacen daño a una nación que ha sido destrozada por la guerra, la pobreza y el creciente comercio de opio. Chris me comentó que el 57% de la población vio la final del año pasado.

A pesar de que la liga aún tiene un largo camino por recorrer en términos de infraestructura, su operación sigue incrementando. Si los costos de producción y seguridad lo permiten, existen grandes oportunidades de que la liga se expanda. Es posible que, en un futuro, los partidos se disputen en ciudades y provincias más allá de la capital, convirtiendo el fútbol en una fiesta nacional.

Por muy peligroso que sea, todo indica que será imposible reprimir el avance del fútbol en el país.

Sigue al autor en Twitter: @W_F_Magee