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FIGHTLAND

Nick Diaz regresa al MMA al estilo Nick Diaz

Está de regreso para decirle al mundo que tal vez no regresará.
Photo by Josh Hedges/Zuffa LLC

No hay justicia en este mundo, y cuando uno voltea y se da cuenta de esto, el artista verdadero, el peleador, el ser humano se ve obligado a buscar un significado de las cosas. Sólo pregúntenle a Nick Diaz, el peso wélter y filósofo de las peleas por excelencia que volvió a ser elegible para competir ayer después de ser suspendido por la Comisión Atlética del Estado de Nevada por dar positivo por mariguana en un análisis del 31 de enero de 2015, cuando enfrentó a Anderson Silva. Silva también falló su análisis dando positivo por esteroides pero recibió solamente un año de suspensión, lo que significa que desde la última vez que vimos a Nick Diaz en el octágono, Anderson Silva, —quien dio positivo por esteroides— ha peleado en dos ocasiones. Y aunque la suspensión de Diaz fue reducida a 18 meses, el hecho de que vivimos en un mundo en el que la mariguana te hace acreedor a una sentencia de cinco años de suspensión y una multa de 165 mil dólares mientras que los esteroides te dan un año de suspensión y una deducción en tu salario, y en el que Brock Lesnar puede entrar a UFC 200 y llevarse 2.5 millones de dólares en los bolsillos con sustancias prohibidas en la sangre, confunde y hace decaer el ánimo de cualquiera. Así que en un mundo sin justicia, y en medio de todo este caos moral, hombres como Nick Diaz tienen que encontrar la manera de controlar sus destinos.

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Entonces, ¿qué hará Diaz? Bueno, en su primer día como hombre libre, Nick Diaz hizo la cosa más estilo Nick Diaz que puedes imaginar, respondiendo a la ambivalencia del reto que le lanzó el nuevo campeón Tyron Woodley. En lugar de actuar como cualquier otro peleador y tomar la oportunidad para regresar a la jaula con una pelea de título, Diaz filosofó, hablando del significado de las peleas de campeonato en un mundo corrupto en el que lo único que importa es lo que pienses de ti mismo, y refiriéndose a su lugar en las peleas en términos existenciales:

"Sabes qué, siempre quiero enfrentar al mejor, pero la cuestión es que yo estoy en la cima. Soy el que está en la cima", le dijo a TMZ. "Están pronunciando mi nombre. No necesito un pedazo de plástico. A la mierda eso… Ahora todos quieren pelear conmigo, campeones de 170, campeones de 185. Dije que los puedo enfrentar en medio. No le debo nada a nadie. Soy digno de un pago-por-evento sin tener un título. No necesito una falsa pieza de plástico para derrotar a alguien".

Para alguien que ha caído víctima de la hipocresía en el mundo de las peleas, desestimar ese símbolo reluciente de triunfo es un acto de resistencia y autoprotección. Algo que el juego de las peleas le arrebató a Diaz, y él lo sabe, así que ahora cada quien ve por si mismo. Así que Diaz se propuso algo, ahora sólo enfrentará "superestrellas".

Pelear contra cualquier otra persona, sin importar si llevan oro en la cintura, sería rebajarse. "Estoy en la cima ahora. No hay tal cosa como darme una oportunidad: yo le daré la oportunidad a alguien", le dijo a ESPN.

Diaz habló con existencialismo y espiritualismo, diciéndole a TMZ que "trabajará en el karma" como peleador. "No iré tras alguien sin una razón, así que tan pronto como tenga razón para que haga algo, lo haré". En ESPN, Nick expandió su nuevo enfoque espiritual para aceptar peleas, que es reflejo y amplificación de los comentarios que hizo en el pasado sobre el desgaste espiritual que le causan las peleas, y sobre cómo tiene que "odiar las peleas para amarlas": "Estoy relajado. No necesito una pelea. No hay razón para que regrese, y peleé por divertirme. No hago eso. No me gusta lastimar gente por diversión". En el mundo del MMA sólo Nick Diaz estaría dispuesto a hablar con franqueza.

Por eso es tan importante que esté de regreso. Aunque ha sido un placer ver a Nate Diaz salir de la sombra de su hermano mayor en los últimos 18 meses y convertirse en una estrella, por astuto y sutil como Nick cuando se trata de la filosofía de las peleas y el arte de la negociación, el regreso de Nick Diaz es causa de celebrarse debido a que significa el regreso de un oponente leal del MMA, un hombre para el que las peleas están tan presentes en su sangre que incluso pelea en contra de las peleas y contra clichés: que los peleadores deben pelear, que ganar un cinturón valida la existencia de un peleador, que un peleador sin el deseo de lastimar a los demás no es peleador. Nick Diaz es la personificación del espíritu contrario en el MMA (el espíritu que construye al deporte y se mantuvo durante sus inicios), más allá del alcance de los jefes, fans, promotores, medios, códigos y las miles de fuerzas externas conspirando para convertir a los atletas en robots en los primeros años del siglo XXI. Diaz es el que dice "basta". Puedes quedarte con tus Conor McGregor y Ronda Rousey, y las otras "personalidades enormes" y superestrellas, ganen, pierdan o no vuelvan a pelear nunca, pero Nick Diaz es lo que el MMA necesita para mantenerse honesto y real mientras crece, explota, se globaliza y ahonda más en el éxito.