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Tecnología

¿El cáncer es 'aleatorio'?

El cáncer depende sobretodo de la casualidad argumenta el estudio menos satisfactorio del 2015.
Metástasis en un cáncer de mama. Imagen: Ed Uthman/Flickr

No es una pregunta justa realmente. Cáncer es cáncer y esto es cierto en el mismo sentido que un virus es un virus. O sea, hay muchos tipos de cáncer. El cáncer al pulmón está unido generalmente a fumar o al asbesto, mientras el cáncer al cerebro sólo ocurre. Es un efecto sin una causa, lo que usualmente llamamos suerte.

Quizás una mejor palabra es riesgo. Factores externos pueden incrementar el riesgo y aumentar las posibilidades de cáncer, a veces mucho y a veces nada. Esto tampoco es lo que sucede. Una estadística que aparece en Wikipedia dice que del 90 al 95% del cáncer es "causado por el ambiente", lo que significa que el cáncer no fue heredado genéticamente. ¿Podemos decir eso? No es genético pero sí ambiental.

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Pero, ¿"Ambiental" implica que se pueda prevenir?

​Un estudio publicado la semana pasada en Science ​ha suscitado una conversación interesante. El trabajo de un par de investigadores de la Universidad John Hopkins, el genetista Bert Vogelstein y el profesor de bioinformática Cristian Tomasetti, concluyó que cerca de dos tercios de los cánceres ocurren esencialmente por mala suerte. Esto significa que la mayoría de los cánceres no pueden ser prevenidos.

Cáncer es, en los ojos del estudio, una función en la cantidad de división celular. El cuerpo humano es vasto y está lleno de células que se dividen en nuevas células. En cada célula existe la opción que (re)ocurra una mutación y una mala copia quede libre para hacer más malas copias. El incremento de oportunidades de mutación responde a la demanda creciente de mutación.

La formula propuesta por Vogelstein y Tomasetti toma un órgano dado, suma todas las células que lo constituyen, identifica las células madre que han vivido más tiempo en el órgano y luego determina cuantas veces estas células se dividirán. Si hay más divisiones hay más riesgos.

Entonces a más divisiones en un órgano dado, más mutaciones podemos esperar que ocurra en ese órgano (y posible cáncer). Usando estos números el riesgo puede ser medido por el número de divisiones de las células madre. Así fue como los investigadores de Hopkins llegaron a las probabilidades que tiene cada órgano de desarrollar cáncer. Compararon estas estadísticas teóricas con la incidencia actual del cáncer órgano por órgano y encontraron que se alinean muy bien. Los órganos con el mayor número de divisiones celulares (acumuladas) desarrollaron más cáncer en la vida real.

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"Algunos tipos de tejidos dan origen a cánceres humanos millones de veces más a menudo que otros tipos de tejidos" escribió el duo de Hopkins. "Pese a que esto ha sido reconocido hace más de cien años, nunca ha sido explicado. Aquí podemos ver cómo el riesgo de cáncer, durante toda la vida y de muchos tipos diferentes, está correlacionado con el número total de divisiones normales de renovación celular que ocurre para mantener la homeostasis de los tejidos".

"Estos resultados sugieren que sólo un tercio de la variación en el riesgo de cáncer en los tejidos es atribuible a factores ambientes o predisposiciones hereditarias" concluyeron.

Pese a lo obvio que esta conclusión puede ser, es fácil ver por qué es tan insatisfactoria. Hemos visto la misma correlación en, digamos, el número acumulado de autos en una carretera y el número de choques en ese mismo camino y tampoco podríamos llamar a esto suerte. Hacerlo es imaginar que no tenemos más información disponible que la de los autos y los caminos, sin tomar en cuenta el límite de velocidad, las leyes del transito, la edad de los choferes y así. Decir que los autos causan accidentes automovilísticos es una conclusión trivial.

Dicho esto, los resultados de Hopkins no son tan triviales. La suerte y la aleatoriedad pueden ser vistos como características de "no saber nada", pero el no saber algo no significa que no exista una manera practica de acceder a este conocimiento desconocido, ahora o en el futuro. Lo que nos trae de vuelta a prevenir el cáncer.

En un post disidente, el investigador sobre cáncer del MIT y fundador del ​Meyer Lab, Aaron Meter, ​escribió algo importante: "Si bien esta correlación puede explicar variaciones entre los tejidos, eso no sugiere cuál es la fuente de la mutagénesis".

"Cualquier factor que tenga efectos similares en todos los tejidos variará en el eje Y, pero no tendrá efecto en la correlación" explica Meyer. "Si los datos se presentan en una escala logarítmica, incluso para las toxinas especificas del tejido, muchas veces los cambios en la incidencia de estos cánceres no tendrá ningún efecto sobre las conclusiones del estudio". (Una ​escala logarítmica es una forma de presentar los datos que varía exponencialmente con cada variación linear).

Podemos prevenir choques de autos al no manejar, pero muchos de nuestros órganos no tienen esa opción. Entonces sólo queda aceptar el cáncer, o al menos estos cánceres aleatorios, como el costo de hacer negocios con un sistema biológico altamente complejo. Hay una fuerte oposición a esta ide desde cierto movimiento verde (para ellos el cáncer es consecuencia de ser "occidental" y "antinatural" y no mucho más), pero desechar la causa y el efecto es una conclusión absurda desde cualquier perspectiva. Como siempre, hay un poco de la columna A (ruido) y un poco de la B (causa).