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Comida

La chef que gana una fortuna por cada platillo cocinado para Floyd Mayweather

Chef Q —a.k.a Quiana Jeffries— es la chef personal de campeón mundial de boxeo, una cocinera que disfruta cocinar tanto para refugios femeninos como para ricos boxeadores excéntricos. ¿Quieres saber cuánto gana?

De vez en cuando, TMZ hace algo bueno. Si no no sabríamos sobre la afición de Ray Rice por la violencia doméstica o las opiniones poco amables de Donald Sterling sobre los afroamericanos.

Tampoco sabríamos sobre Chef Q —a.k.a Quiana Jeffries— el chef personal del campeón mundial de boxeo. El pasado mes, TMZ dirigió la atención hacia un video en el cual Mayweather declara que le paga $1,000 USD a Chef Q por cada platillo durante su sprint, pues es importante estar en perfecta forma para su tan aclamada pelea contra Manny Pacquiao el 2 de mayo.

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Pero hay mucho más de Chef Q de lo que puede hablar su clinete, Floyd Mayweather, quien resulta ser el atleta [profesional mejor pagado en el mundo](Chef%20Q—a.k.a.%20Quiana Jeffries—the personal chef to world champion boxer Floyd Mayweather.) (su ingreso neto al mes se estima en $300 millones USD) y quien firma contratos con una pluma de oro de 18 quilates. Todo eso es una pantalla que opaca a la mujer detrás del campeón: una chef que disfruta cocinar para refugios femeninos tanto como cocinar para ricos boxeadores excéntricos.

Contacté a Chef Q para saber más sobre su rutina diaria y sus planes para el futuro si Mayweather noquea a Pacquiao.

MUNCHIES: Hola, Quiana. ¿Cómo es cocinar para Floyd? Quiana Jeffries, a.k.a. Chef Q. Su horario está loco. Esta mañana regresé a casa a las 7:30 horas.

Wow. ¿Cómo así es tu día típico? Realmente no hay un día típico. Entrena en la tarde —duerme antes de entrenar— y termina como a las 7 u 8. Por lo general hace que venga como a las 9 hasta el otro día. Le preparo algo de comer después de que entrena, después vuelve a comer, quizá tres horas después. Usualmente, le cocino dos o tres comidas al día. Pero, a veces, come fuera.

¿Cuáles son sus platillos favoritos ahora? Cualquier cosa alta en proteínas, bajo en carbohidratos y con muchas verduras. Le encanta el rabo de buey, el pastel de carne, el pollo horneado y el pescado —cualquier cosa que no sea cerdo—. No come cerdo. Y no come pan, ni nada. No intenta ganar peso —intenta mantenerse, entonces se balancea entre carne y verduras. Le hago jugo, así que diario toma jugo. No toma refresco y bebe mucha agua.

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Mi abuela no tenía recetas; todo lo sacaba de su imaginación. Así fue como me enseñó a cocinar. A veces cuando la gente me pide que prepare ciertas cosas, nunca puedo encontrar las medidas exactas.

¿Cuál es su jugo preferido? Usualmente hago diferentes combinaciones de piña, manzana, fresa, naranja y frambuesa. A veces le pongo un poco de espinaca o col.

¿Cómo comenzaste a cocinar? Mi bisabuela comenzó a enseñarme cuando tenía como diez años. Ella fue la que literalmente puso una olla en mi mano y me enseñó lo básico de la cocina. Era comida criolla sureña, porque era de Luisiana, así que comíamos muchos alimentos básicos.

Mi abuela no tenía recetas; todo lo sacaba de su imaginación. Así fue como me enseñó a cocinar. A veces cuando la gente me pide que prepare ciertas cosas, nunca puedo encontrar las medidas exactas, solo digo 'agrega esto, esto más, y prueba'.

Siempre me gustaron los deportes, así que nunca pensaba mucho sobre cocinar hasta que estuve en la universidad. Terminé en Le Cordon Bleu Bollege of Culinary Arts en Pasadena en 2002. Me gradué en 2005 y desde entonces la pasión por la cocina creció cada vez más. Cuando empecé a ir a la escuela, quería ser un chef profesional —realmente no quería terminar en restaurantes o en hoteles—. Pero comencé en hoteles, luego en restaurantes y luego en catering. De hecho trabajaba en una compañía de comida a domicilio antes de trabajar para Floyd, haciendo alrededor de 1 200 ó 1 500 comidas al día. Ahora cuando Floyd me pide que haga comida para 50 personas, digo 'OK, está bien. No es nada'.

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Para mí, cocinar para ellas era un premio, cocinar para alguien que sabes que necesita un empujoncito en su vida es maravilloso.

Antes de comenzar tu negocio de catering, ¿en qué restaurantes cocinabas en Los Ángeles? Uno se llamaba Otis Jackson's Soul Dog. Les ayudé a abrir el restaurante y yo era la chef ejecutiva. Otro restaurante era M'Dear's Bakery & Bistro; era otro restaurante estilo sureño. Eso era. No brinqué a un corporativo de restaurantes, principalmente porque no era mi estilo. Para mí eso es un poco aburrido porque no quiero ir y preparar bistecs todo el día. Por eso siempre estaba atorada en restaurantes pequeños o cocinando en hoteles o refugios —los refugios fueron, de hecho, mi trabajo favorito—.

¿Cómo te involucraste con los refugios? Mi abuela paterna tiene tres refugios. Necesitaba un cocinero y fui a ayudarla. La razón por la cual me gustan tanto los refugios es porque es una experiencia personal y cada mujer tiene una historia diferente. Aprendí sobre diferentes personas y sobre las cosas que atravesaban. Para mí, cocinar para ellas era un premio, cocinar para alguien que sabes que necesita un empujoncito en su vida es maravilloso.

Teníamos un presupuesto bajo, entonces era difícil cocinar bistecs y comidas gourmet. Cuando piensas en los refugios, piensas en comida mala. Pero trataba de hacer lo mejor con nuestro presupuesto, como pavo, que sabía que lo iban a disfrutar mucho. Tenía que ser creativa usando diferentes artículos de bajo costo.

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¿Cómo conociste a Floyd? Trabajé en estos lugares y luego renuncié a mi trabajo para concentrarme en mí misma. Sólo hice un salto de fe y comencé mi propia compañía de catering. Construí mi clientela y llevaba un par de meses antes de conocer a Floyd. Alguien me recomendó con una celebridad llamada Tony Gaskins. Posteaba fotos de mi comida en Instagram y el asistente de Floyd vio la comida en su página. Me contactó a través de Tony, me llamó y me pidió que fuera a Las Vegas. Supuestamente era solo durante su entrenamiento (dos meses) —esto fue en julio del año pasado— pero no me he ido. Le gusta mi personalidad y mi comida.

Estoy disponible para este hombre 24/7, así que puede llamarme a las 2 am, y si quiere una comida de cinco tiempos, tengo que preparar esa comida de cinco tiempos para 50 personas a las 2 ó 3 de la mañana.

Tenemos que hablar sobre el asunto de los mil dólares por platillo. Yo nunca pongo un precio, él lo pone. El video salió cuando estábamos conversando en la cocina. Floyd se enteró de que había cocinado para alguien y que no les había cobrado, que lo había hecho como un favor. Entonces me dijo: "¿Por qué me vas a cobrar a mí y no a alguien más?" Me dijo que me iba a pagar esa cantidad porque quería pagarme la cantidad que consideraba justa; porque ama mi comida; y porque le gusta mi personalidad. Dijo —literalmente— que aun si mi comida fuera mediocre, me seguiría pagando la misma cantidad solo por mi personalidad. Soy una persona positiva y ama mi energía.

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Así que, él pone el precio, lo cual es raro porque normalmente no cobro tanto, pero conozco lo que vale lo que hago. Y tienes que comprender que estoy disponible para este hombre 24/7, así que puede llamarme a las 2 am, y si quiere una comida de cinco tiempos, tengo que preparar esa comida de cinco tiempos para 50 personas a las 2 ó 3 de la mañana.

Cuando tienes tiempo para ti, ¿qué cocinas? No voy a mentir, usualmente como fuera. Cuando termino, me da flojera y no quiero hacer nada y termino ordenando algo. Pero siempre trato de probar nuevas recetas, de mejorar mis habilidades, quiero hacer comida criolla sureña pero saludable. Mucha gente piensa que los alimentos básicos engordan o tienen mucha grasa. Trato de hacer comida sana y confortable.

En Instagram posteaste lo primero que cocinaste para Floyd, el spaghetti bake. Se ve pesado. Sí, ese es uno de los pesados. Ama el spaghetti. Le gusta en los días tranquilos. Los fines de semana come lo que quiere. A veces quiere una hamburguesa o pollo frito.

¿Se espera que mantengas controlada su dieta como un entrenador o sólo haces lo que él quiere? Sí me llama a las 3 am para decirme que quiere brownies —que nueve de diez veces no lo hará—, pero si lo hace, le diría: "¿Estás seguro que quieres brownies? ¿Estás bien?" Si realmente quiere brownies es porque alguien más los quiere, él no es mucho de dulces. Le gustan los caramelos —especialmente Twizzlers— pero nunca come postre. Sólo estoy aquí para cocinarle cualquier cosa que quiera y para guiarlo, pero al final del día él sabe exactamente qué puede comer y qué no.

Entonces, después de Floyd, ¿qué sigue para ti? Debe terminar de pelear en un año, quizá. Su última pelea supuestamente será en septiembre. Pero nadie está seguro. Después de eso quiero hacer un libro de cocina y tener una especie de reality show de cocina. Quiero estar en el programa de Ophra, quiero conocerla. Ella sabe lo que es valioso y aprecio a una mujer que sabe lo que vale, porque en estos tiempos las mujeres estamos en la mira.

He recibido muchos mensajes positivos y he recibido varios mensajes negativos, pero muchos de los negativos son de chefs que me odian porque también quisieran cobrar $1,000 USD por platillo. Muchos de los mensajes positivos son de gente diciendo que si puedo hacerlo, que lo haga. Sólo soy una chica normal de Los Ángeles que siguió sus sueños. Me tomó tiempo llegar a este nivel, pero llegué.

Gracias por hablar conmigo, Quiana.